FERNANDA SANTINI
¿Cómo poder decir adiós a la persona que te amo desde que te conoció?
¿Cómo sobrepasar un dolor de saber que nunca volverás a verla?
¿Dime has perdido a un ser amado?
Mi respuesta es no.
Yo no pude saber como fue mi padre, él me abandonó sin remordimiento alguno. Crecí sin un padre pero no me hace débil más bien ese era mi impulso para salir a flote.
Joshua Cameron defendía a Javier en prisión de los demás que querían golpearlo, no supo venir un navajazo y éste fue directo al corazón.
Una pelea de reclusos.
—Dile a tu hermano y a tu madre que me arrepiento tanto... — Josh sabía que no saldría de esa situación—. Lauren tenía razón soy de todo menos una buena persona
Javier sostenía a su padre ensangrentado mientras los policías llegaban.
—Javier Perdóname...
—Papá no hables, ya viene la ayuda.
—Descuida ya no duele —sonrió tristemente y con lágrimas—, solamente tengo frío.
En ese momento Joshua dio un último suspiro y murió viendo directamente a su hijo.
Entramos con Carlos a la cede central de la prisión y al ver a su madre soltó mi mano para correr a los brazos de ella, mi madre se había quedado cuidando del pequeño Sebastián y de Lauren.
Lourdes lloraba y gritaba mientras Carlos no la dejaba caer, me acerqué a Carolin quien también tenía sus hinchados. Sentí un vacío al escuchar a Lourdes.
«yo era consciente de lo que hizo, pero él no me dejo en el fracaso. Él me levantó como el ave fénix»
Claramente comprendí que sea como sea la persona que tú decidas amar pasarán muchas cosas y lo odiaras en ciertas ocasiones pero siempre lo amaras.
—¿Dónde tienen a Javier? —pregunto Carlos—, ¿Sabes de él?
—Está en la zona aislada.
Carolin le respondía por Lourdes, le explicó que luego de eso Javier entró en estado de negación y lo tuvieron que calmar a base de relajantes inyectados.
—Vayan a tomar un café, entraré a ver que puedo hacer.
Carolin asintió levemente y tomó delicadamente el brazo de Lourdes y la guió a la zona donde familiares de los reclusos esperaban.
—iré con tu madre —avisé a Carlos acercandome—, ¿Tú estás bien? ¿Necesitas algo?
—¿Podrías darme un abrazo? —hablaba bajo—. Antes de entrar y ser el abogado sin sentimientos.
El abrazo que sentí de él fue el más triste, podía percibir su tristeza y su auto seguridad por los cielos.
—¿Por qué nos pasó a nosotros?
—lloraba aún abrazados—, ¿Por qué él?—Sólo Dios sabe el porque de todo, mi amor —lo consolaba—, antes de darnos algo bueno debemos pasar por obstáculos dolorosos y así sabremos que ser fuerte es nuestra última opción.
—Cada vez que pienso esto, siento que ese problema me hundió lo más que pudo.
—Yo seré siempre la mano que estará lista para sacarte de ese lugar. —Lo besé— y Dios el bálsamo de tus heridas.
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Vientre en Alquiler #1
RomansAlguna vez has escuchado la frase: "ayudar al amor de tu vida a ser feliz con otra persona" Sí, esa soy yo ayudando al amor de mi vida. ¿cómo lo ayudo? Es fácil responderte esa pregunta... Alquilar mi vientre para darle el bebé que tanto desea co...