4.

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No sé ni como llegué aceptar, soy una completa tonta. Estoy ya en el hospital esperando a Javier y Carolin, los cuales dos días atrás me pidieron ese "gran favor".

Fue tan horrible la inseminación, di gracias a Dios que fue una doctora la que me atendió. Escucho la bocina del auto de Javier, salí caminando raro y asi me sentía.

— Querida, muchas gracias por esto. —Carolin sonreía como niña en navidad.— Eres la mejor.

— siempre estas para mí, Fer.

Javier continuó hablandome pero al no recibir respuesta siguió con Carolin en un tema desconocido. No pude evitar sentir culpa a bordo de ese auto, no sabía como decirle a mamá menos a Carlos.

— Carlos, Perdóname. —susurre para mi lo más bajo que pude.

Durante el mes que pasó no pude sacarme de mi mente a Carlos. No le hablé tanto como siempre y no porque su hermano estuviera aquí en la cuidad, tengo miedo de sentir algo por él y que pare decepcionada por su desinterés.

Y con este favor no creo que sea el mismo conmigo, no puedo verlo a la cara y decirle ayudo a tu hermano a tener un bebé.
Es estúpido y más viniendo de mí porque acabo de tirar a la basura sus logros de hacerme feliz, pero sin duda tiré a la basura un posible amor.

UN MES DESPUÉS

He cumplido un mes exacto luego de la inseminación, y por lo que veo no hizo efecto. Entonces puedo estar libre de culpa ¿No?.

— Hola Fernanda, ¿Qué tal tu día?

— Ahh. Hola Javier, esta bien.

— No funcionó ¿verdad?

— Creo que no.

Javier, Javier, Javier...

Parece que tengo su atención que siempre deseé pero ¿De qué me sirve? Es solo por la inseminación no porque me quiera de verdad hablando como la gente.

— toc, toc, toc. —esa voz la conozco.— ¿Alguien quien me atienda?

— ¡CARLOS!

Mi euforia se notó tanto que Javier se sorprendió y mucho más cuando corrí a abrazar a cierto personaje.

— Wow, hola pequeña.

Carlos se encontraba de blazer negro como todo abogado, con un poco de barba. Me abrazó como tanto lo necesite días atrás, no pude contener lágrimas.

— Te extrañé tanto...

— Nunca me he ido.

Su mano pasaba por mi cabello, era increíble la manera en que mi cuerpo y mente reacciona al verlo.

— ¿Por qué tanta cercanía eh?

Javier nos miraba serio, como queriendo que su hermano no me toque. ¿Qué derecho tiene?

— Bueno, ella es importante para mí.

Luego de otro par de segundos nos separamos de ese abrazo que tanto anhelaba.

— He venido a decirte que dentro de dos noches...

— Es la cena en casa de Lourdes, lo sé hoy no lo olvide.

— ¿Llegarás? —Javier me mira sorprendido.— Hace mucho que no vas a casa.

— Esta vez sí.

Un par de minutos después, Javier se retiró a su escritorio no sin lanzar siempre miradas fugaces donde se encontraba su hermano y yo conversando. Se mostraba enojado cuando Carlos me hacía reír. Y luego sonreía él con arrogancia.

Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora