25.

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FERNANDA SANTINI

¿Qué hacen en el despacho?

Lourdes nos miraba a las dos esperando una respuesta, no hay marcha atrás debíamos decirle pero con delicadeza.

— Tú lo sabes, buscamos los documentos de Carlos. —Lauren hablaba rápidamente— ¿Sabes que te dejarán en la calle con Carlos y yo?

La delicadeza se fue al carajo.

—¡Lauren, cierra la boca!

Ella enseguida se dio cuenta de lo que dijo y llevo sus manos a la boca.

— Supongo que ya se dieron cuenta.

— ¿Por qué lo dejas pasar?

Lourdes tomo asiento, tenía la mirada perdida. Lauren y yo nos preocupamos y dejamos por la paz los papeles de Josh.

— Carlos no es hijo de Josh...

—¿¡QUÉ!?

Lauren y yo gritamos al unísono.

—¿Pero entonces por qué cuando peleaban el tío Josh decía eres mi sangre? —Lauren se frustraba—, en el hospital se ponían a pelear.

— ¿De qué nos perdimos Lourdes?

Estaba asustada, sentí ese vacío que había dejado mi padre al dejar su lugar vacío al dejarme o más bien  abandonarme con mi madre.

— ¿Carlos lo sabe, cierto?

Lauren miraba a su tía al borde de las lágrimas, si ella estaba asi yo estaba peor.

— Calmense chicas, definitivamente él lo sabe desde los quince años. —Lourdes nos miraba cariñosa— Él mismo se dio cuenta y bajo secreto me pregunto y eso no lo deprimio.

— ¿Por qué no me lo contó? —pregunte con tristeza.

— Porque no es el momento, Fernanda.

— Entonces... ¿Por qué estas tan tranquila?

— Mi querida Lauren —Hablaba despacio—, Porque si Carlos levanto un imperio en leyes lo hará de nuevo, él no se quedará con los brazos cruzados.

Lourdes Peña era la chica más hermosa de todo el colegio privado Saint John, ella desde esos tiempos dorados era la novia de Andrew Cameron. Pasaron los años y con ello tuvieron a su primer hijo, Carlos.

Un año después su relación no dio para más y se separaron, Lourdes estaba en quiebra y fue entonces que Joshua el hermano gemelo de Andrew visitaba la ciudad y se enamoró locamente de Lourdes que le aseguró una vida mejor, él amaba a su hermano que si Carlos era o no su hijo tenía su sangre.

Pero claro…

El materialismo, egoísmo y envidia carcomio su corazón y dejó a un hombre ambicioso y sin sentimientos con el paso del tiempo.

— No, no, no. —Lauren estaba en shock— Carlos no es hijo del tío Andrew.

— Lauren...

— ¡No, Fernanda! —Me miraba con dolor—, a ese hombre nunca le caímos bien ni siquiera Carlos. Ahora entiendo porque de esos años para acá se volvio mejor que Santa Claus.Tiene remordimiento.

— Podría ser, pero Josh es igual ahora.

Las dos vimos a Lourdes secándose las lágrimas y con decisión se levantó.

— Vamos, tenemos que encontrar esos documentos.

Ese día no logramos encontrar nada y acordarmos buscar por la casa al día siguiente, mamá llego por la noche y unas horas luego Lauren fue a dejarla a casa.

Josh y Javier con Carolin se mantenían en el despacho, Lauren veía conmigo una película en mi habitación.

— Hola, Fernanda.

—¿Quién eres?

Tu peor pesadilla, muñeca.

Me levanté asustada, eran las 3:30 A.m. y vi a Lauren profundamente dormida. Me levanté con miedo y fui a la habitación de Carlos, él estaba dormido boca arriba y con su traje y zapatos aún. Parecía como si se hubiera sentado a la orilla de la cama y se hubiera dejado caer atrás, sentí tanta lástima que como pude me sente en el suelo y le quite los zapatos.

— ¿Qué?

— No te asustes, soy Fernanda.

El estaba tan asueñado que solo asentía ya sentado en su cama, me logre levantar y le quite la corbata desecha y su saco.

— Eres tan hermosa.

Sonreí ampliamente estaba aún dormitando que no creo que se recuerde por la mañana que dijo. Él se quitó la camisa formal de manga larga y se quedó en camiseta.

— Ven, recuestate bien en tu cama.

Sin invitación alguna me acoste a su lado y verlo dormir era la gloria, olvide mi miedo y me dediqué a jugar con su pelo largo. Y así fue que el sueño se abría paso en mi interior...

NARRADOR

Carlos llegó a las once de la noche a su casa muy cansado por el caso que tenía pero sin duda alguna iba levantando su bufete.
Tenía sueño pero fue a la habitación de Fernanda, encontrandola durmiendo con Lauren y la pelicula de «Si tuviera treinta» con sus créditos ya en pantalla.

— Buenas noches, cariño.

Besaba la mejilla de Fernanda y a Lauren le alborotaba el cabello, con una manta las cubría a ambas.

Al salir de la habitación se topo con Javier.

— Buenas noches, viejo.

Carlos no respondió, siempre le decía viejo y él reclamaba pero esa noche estaba muy cansado.

Pasada la madrugada Javier y Carolin discutían como meses atrás, ella buscando huir de esa habitación vio a Fernanda entrar a la habitación de Carlos.

Ella se acercó ya que Fernanda dejó la puerta entre abierta y allí en las sombras contemplaba a la mujer que llevaba a su hijo, que ayudaba a su amado que estaba más cansado que una niñera con veinte niños.

Y viendo como Fernanda jugaba con su pelo sonriente y durmiendo de a poco sintió un dolor en el corazón.

Y al caminar para la sala no pudo evitar recordar la pelea con su esposo.

— Ya no quiero seguir con esto, Javier.

— ¡Claro que seguirás!

— Sí lastimar a tu hermano buscas, lastimarias a más personas...

— Sigue con el maldito plan —, se acercó a ella intimidandola— Sino tu también irás a la calle con ellos.

— Tú ya no eres al que amé.

Carolin por primera vez sintió la maldad que Josh suministro en su esposo, sintió miedo.

Y también por primera vez...

Lloró por amor y decepción.

Ver a Fernanda con su hijo al borde de la muerte había llegado a tocar su conciencia, ella nunca le había reclamado por el engaño y menos tratarla mal.

Y si dejaba que su esposo y el padre de él lastimaran a Carlos seria una cómplice.

Una rata de alcantarilla.

Pensó para ella misma...

Fernanda no se lo perdonaría nunca y la trataría peor que Erin la noche que ella paró en el hospital desangrada. Y mientras tomaba agua levantó su vista hacia la gran foto de los Cameron y dijo:

— Debo impedir el plan.







Vientre en Alquiler #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora