Vientre en Alquiler #1

6.

Maratón 2/3

CARLOS CAMERON

— ¡NO QUIERO QUE ENTRE NADIE!

— ¿Dónde dormirás hoy?

— No lo sé, Lau. —Ella me mira con atención.— En algún hotel.

— Mándame un mensaje donde te encontrarás.

Lauren se acercó a mi y me abrazó, no supe que decirle ella era como mi hermana.

— ¿Cómo te enteraste?

— Estaba escuchando atrás de la puerta. —dijo entre el abrazo.— cuando tía Lou y tú me encontraron.

— ¿Crees que me perdone?

— Pueda que sí. —Lauren se separó de mí— Te quiero Carl.

Empaque todas mis cosas y salí de la que era mi habitación. Tres maletas me acompañaban en mi salida de la casa, mamá se despidió de mí con ojos rojos. Y como dije le deje la boleta a papá.

(...)

Salí a la carretera sin saber a donde ir, se que tengo dinero para hospedarme en un hotel. Pero no hoy, no quiero estar solo. Tomé el teléfono y llame a la persona que me quedaba antes de Fernanda.

— ¿Hola?

— Erin, sé que vas a colgar.— rezaba porque no lo hiciera— ayúdame.

— Cameron, te atreves a llamar.— Erin reía imitando una frase célebre de "¿Y dónde estan las rubias?"— ¿Qué necesitas?

— Un lugar donde pasar la noche.

— Claro, ven tenemos un modesto cuarto de invitados.

— Llego en veinte minutos.

Colgué la llamada y me dirigí a la casa de Erin.

— Carlos, ¿Qué ha pasado?

No dude en abrazar a Erin, ella me lo regresó preocupada. Pasamos a la sala y le conté todo, no debía esconderle nada.

— ¡Ese maldito! —Erin se levantó enojada.— Es un aprovechado.

— Yo no sabía hasta hace una hora. —Le dije con tristeza.— Ella no me perdonará.

— Claro que sí. —Sonreí al decirme eso.— ven, te mostraré el cuarto.

Me guió por la estrecha casa, sabía cual era la habitación de Fernanda. Tenía un sombrero pintado en su puerta, de cierto personaje de "Alicia en el país de las maravillas".

— Gracias Erin.

— No es nada, descansa.

Me quede en la habitación preparándome para dormir, antes de eso le mande el mensaje a Lauren.

Eran cerca de las dos de la madrugada y no podía dormir. Me levante por un vaso de agua, pero al llegar a la habitación de Fernanda tuve cierta curiosidad de verla. Así que entre lo más callado que pude.

Y allí estaba, casi el posición fetal y toby estaba echado a sus pies. Se le notaba ya su estómago de cuatro meses, ¿Cómo pude no escucharla?. Recuerdo cuando me iba a visitar a mí bufete y le decía a Raúl que la sacara que estaba ocupado, cuando me llamaba y le cortaba la llamada. Y un día dejó de buscarme.

°Recuerdos...

— Me llamo Ana Fernanda. ¿Tú como te llamas?

— Carlos. ¿Quién eres?

— Soy tú amiga.

°Fin...

La sonrisa se colaba en mis labios pero las lágrimas no obedecían y salían sin previo aviso. Esa niña que me robo el corazón en ese club de lectura aún me enamoraba  cada vez más. Decidí regresar a la habitación.

4:30 A.M

Sentí que algo me rodeaba la cintura. Me asusté nadie debía estar conmigo.

— Fernanda. —Ella estaba aquí no lo puedo creer.

¿Cómo supo que estaba acá?

Al diablo no importa, la abracé como lo desee y me dormí una vez más.

7:00 A.M.

— Carlos, hijo ven a desayunar. —Erin me despertaba.— Fernanda te espera para desayunar.

— Gracias Erin, ahora iré.

Me levanté me dirigí al baño y luego de secarme las manos, en pijama me encamine al comedor.

— Buenos días.

Sonreí tanto al verla allí sentada, camine hasta su lugar y la abracé.

— Perdóname, Perdóname.

— Fuiste un completo idiota. —su voz era baja con tristeza.— Pero te perdono.

La alarma del teléfono suena, y la apago. Desperté en una habitación lujosa de un hotel.

— Eres un completo idiota Carlos, estabas soñando nada más.

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Finaliza la segunda parte del maratón queridas y queridos lectores.

Pregunta preguntosa!

¿Cómo se imaginan a Carlos y a Fernanda?

*Inserte emoji pensativo*

No dejen de leer.

Falta otro capítulo

¿Perdonarán a Carlitos?

Veremos >:)