El avión estaba en vuelo, Scarlett estaba concentrada en su libro, el roce del papel amarillo entre sus dedos le encantaba y amaba el olor que invadió sus fosas nasales. Leer era una de las pasiones de Scarlett y más de una vez se había refugiado en ellos, cuando todo era un caos.
Sus auriculares la mantenían en su mundo y la canción Hey Baby de Duplo, Dimitri Vegas & Like Mike sonaba en sus oídos. Siempre le gustó el ruido, es algo que lo necesito constantemente para mantener su mente ocupada y la música electrónica hacía bien su trabajo.
Levantó la vista y observo las nubes. Era hermoso, como si el todopoderoso hubiera agarrado un pincel y hubiera dibujado esas nubes. Arriba de ellas se encontraba el sol, que las iluminaba con dulzura. Un color coral se hacía presente en el cielo y eso le sacó una enorme sonrisa.
En el viaje comió fideos de almuerzo y helado de postre.
El cambio de clima se hizo notar, al estar cerca de la llegada, el frío se hizo presente en un instante.
Se puso un saco negro y se abrocho los botones.
— Pasajeros, hemos llegado a destino Seward Alaska, vamos a aterrizar.— dijo la azafata.
El avión aterrizó y todos se bajaron, Scarlett fue la última en bajar y luego se fue a la parte de atrás para buscar su maleta que fue entregada enseguida.
Comenzó a caminar hacía el aeropuerto y vio un cartel enorme que decía Ivanoff. Una mujer de cabello rubio y ojos mieles lo tenía en las manos. Ella se acercó y estrecharon manos.
— Oficial Samantha Gobris.
— Oficial Scarlett Ivanoff.— Se separaron y comenzaron a caminar.—¿Cómo a estado Oficial?
— Bien, la ciudad es la que anda mal.
Llevaba un traje azul oscuro y la placa descansaba en su hombro derecho.
Llegaron hasta una patrulla y se subieron, las maletas iban en el asiento de atrás y ambas iban adelante.
—¿ Podría ir primero hasta la oficina y luego ir a la casa?
— Por supuesto oficial.- Samantha hizo una pausa. - Le seré honesta, hemos esperado a un criminólogo por semanas y no nos han llegado. Pero se que usted es el clip del papel para este caso. Nos dijeron que usted llegaría y nos contaron algunas cosas.
— Con todo respeto oficial, yo no soy buena trabajando en grupo.— La risa de Samantha la dejó sin palabras.
— Tendrá que acostumbrarse, soy policía, mi trabajo es proteger y resguardar, hacer que la ley se cumpla y poner orden en un barrio. ¿Cuál es el suyo?
— Investigar, analizar, revisar el cadáver, detectar pistas, encontrar al asesino y encerrarlo.
— Entonces nos llevaremos bien.
Se detuvo frente a la jefatura de Policía más grande de la ciudad, se bajaron y Scarlett le hecho un vistazo al perímetro.
Las calles eran limpias, el frío estaba áspero, la gente andaba abrigada y la mayoría era gente grande, dos o tres niños dando vuelta y nada más.
Entraron al establecimiento y vio un montón de escritorios. Se acercó al secretario general y mostró su placa, este lo escaneo y le dio el pase.
Se fueron a la oficina principal y vio a dos policías comiendo rosquillas con café. Uno era de cabello negro, ojos negros y barba, mientras que el otro era de tez morena, y unos ojos oscuros.
— Buenos días Oficiales.— Saludo en general.
Scarlett mostró su placa.
— Oficial Scarlett Ivanoff, un placer.
— Él es el oficial Stuart Chase y yo el Oficial Marcos Santilla. — se presentó el de cabello oscuro.
— Bueno, me gustaría informarme de este caso y mañana saldremos a investigar a la primera hora. Permiso.— Se sentó y Marcos le alcanzó la caja de rosquillas.— No gracias.
— Bueno, lo único que sabemos es que el asesino atacó en el callejón Silverio a las 00:00, ayer, un niño jugaba ahí y fue lo último que vio después de ser asesinado. — Scarlett sacó lapicera y cuaderno, anotó y asintió. Stuart continúo.— El segundo ataque fue en la costa, una mujer estaba saliendo de su bote en la noche y el asesino atacó, esto fue antes de ayer a las 11:30 p.m.
Scarlett tuvo un presentimiento, un mal presentimiento. Los ataques habían sido de noche y recordando el estado de los cuerpos que estaban en las imágenes, tuvo que preguntar.
—Dígame, ¿Cómo estaba la Luna?
Se miraron entre sí, nadie sabía que contestar, era una pregunta tonta para ellos. Los agarró por sorpresa y se quedaron plasmados, hasta que Samantha habló.
— Ayer la luna estaba llena pero cuando atacó a la mujer del bota, estaba casi llena.
Lo anotó.
— Mañana investigaré más y quizás tenga la mayoría de los datos. Muchas gracias por su tiempo y lamento haberlos molestado.— Guardo todo en la cartera y Samantha la fue a dejar a la casa.
— ¿Qué tiene que ver la Luna con todo esto Oficial?— Preguntó dudosa la rubia.
— Hay que saber todo detalladamente, oficial Gobris. Todo depende. Y si desde hoy trabajaremos juntas, dime Scarlett o Scar.
— Y a mi llámame Samantha, se me hace insoportable que me llamen Oficial todo el tiempo.
Scarlett le regaló una sonrisa amable, para después voltearse a ver por la ventana. Una ola de recuerdos comenzó a invadirla. Pero Samantha la interrumpió, haciendo que regresara la vista a ella.
- ¿Tienes hijos?
- No, no los tengo. ¿Y tú?
- No, lamentablemente no. Mi esposo y yo estamos buscando, pero no hay caso de que quede.
Sintió tristeza. Ella si podía quedar embarazada, el doctor le había dicho que era fértil, pero los niños nunca estuvieron en la lista de sueños. Solo tenia dos deseos.
Escapar de Homer.
Y ser humana.
Llegaron a una casa algo grande. Al entrar, había un living comedor, una cocina y al lado un baño, un mini pasillo y al final un cuarto con una cama de dos plazas, un baño con ducha y vidrio alrededor, un mueble para colocar la ropa y un televisor Philip de 50 pulgadas.
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My Weakness
WerewolfLos ojos de Jason sobre su cuerpo, la ponían nerviosa, lo suficiente como para hacerla temblar. Jamás había estado con un hombre así. Si se podía llamar hombre a Jason Marchrest. -Gracias por....salvarme- dijo algo asustada. Jason acomodó un mechón...