Capítulo 22

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Scarlett se despertó por la luz del sol en sus párpados. Miró a su alrededor y vio una habitación de paredes blancas con muebles negros, acarició la almohada y sumergió su nariz en ella. El olor a chocolate era abundante y eso la puso seria. Se sentó y le dolía un poco el estómago, vio que tenía una camisa blanca que le llegaba a sus muslos, la olió y tenía el mismo olor que la almohada.
Miró entre sus pechos y estaba con su ropa interior puesta. Un alivió le corrió por el cuerpo, revisó bien sus bragas y su corpiño, no tenían nada raro y por como estaba puesto, supo que nadie había tocado nada.
Se levantó y se apoyó en la mesa de luz, suspiró. Comenzó a caminar tranquilamente y bajó las escaleras, todos la miraron y ella hizo su cabello negro hacia atrás para que todos le vean el rostro.
—Buenos días.— Dijo algo extraña, pero luego se acordó que debería ser como cuando vivía con Chase y con Will.
—Buenos días.— Dijeron todos al unísono.
Ella dedicó un 'permiso' y se sentó en una silla de madera. Todos la miraron y se quedaron en silencio. Jason estaba sentado frente a ella con el periódico cubriendo su cara.
—¿Quieres algo?— Preguntó Ángel amablemente.
— Café si no es mucha molestia.— Dijo sonriente, Ángel le devolvió la sonrisa y se fue a la cocina.
Se quedó pensando en todo y se dió cuenta de que necesitaba respuestas.
—¿Cómo llegué aquí?— Preguntó curiosa rompiendo el silencio horrible que estaba en el comedor.
— Te salvé, si no fuera por mí estarías muerta.— Dijo Jason cortante. Podría estar muy loco por ella, pero no podía tratarla de otra forma.
—Y, ¿por qué no me llevaste al hospital?— Jason río y dejó el periódico en la mesa. Se mandó un tragó de café y dejó la taza frente a él.
— Porque no soy estúpido preciosa, se que si te llevaba al hospital iría a la oficina para interrogar porque gracias a ti, estamos todos en línea roja.— Le dedicó una sonrisa sarcástica y Scarlett quería romperle la cara de una trompada pero solo decidió calmarse y ahogarse esas ganas.
Ángel vino con el café y se lo dejo delante de ella.
— Tiene tres cucharadas de azúcar, no se si te guste.— Ella le sonrió mostrando los dientes.
— Así es como tomó el café. Gracias Ángel.— Tomó un sorbo y fue una canción para su lengua.
Scott apareció y le sonrió, se apoyó en el marco de la entrada y la miró a los ojos mar que tenía.
—¿Cómo se siente Oficial?— Al decir esas palabras Scarlett se acordó que tenía toda una investigación que hacer, que todo se había perdido en el incendio y que no tenía nada.
— Muy bien Scott, gracias por tu atención.— Dijo con una sonrisa forzada. Su vista se enfocó en Jason.— Necesitó irme, tengo una investigación que hacer, perdí muchas cosas en el incendio y no tengo nada de ropa. Debería estar trabajando y no lo estoy.— Scott suspiró y miró a Jason, cruzaron miradas y su Alfa asintió.
— Miré Oficial, esta es la cosa. Yo soy doctor y yo la curé a usted. Por la herida que tiene debe quedarse dos semanas en reposó y no se puede mover de aquí, si hace movimientos bruscos o si se pone muy nerviosa y alterada podría empezar haber un sangrado preocupante y alarmante para el cuerpo.
Scarlett se quedó sin palabras.
<<¿Dos semanas aquí? Que diablos.>> Pensó y asintió para responderle a Scott.
— Okey, concuerdo contigo. Esperó que no les moleste.
— No va hacer molestia muñeca, será divertido tenerte aquí.— Jason le guiñó un ojo y ella casi escupe el café. Detestaba que lo haga, porque además de ser un cretino, le generaba cosquilleos en el cuerpo que la tensaban.
Después de tomar su taza de café, la comenzó a lavar. Su madre siempre le dijo que lavara lo que ensuciara y desde entonces lo ha hecho siempre.
— Y cuentenos Oficial, ¿cómo va la investigación?— Le preguntó Henry con curiosidad.
— Para empezar por favor no me digan Oficial, viviremos dos semanas juntos y sería algo molesto, llamenme Scarlett o Scar. Segundo, la investigación va fantástica, pero se perdió todo en el incendio.— Secó la taza y miró a Ángel.—¿Donde va la taza?
— En el estante de arriba.
Scarlett se estiró y la guardó, Jason no dejaba de recorrerla con la vista, se mordía la lengua para evitar decir algo indebido y se prendió un cigarrillo para controlar los nervios. Scarlett lo miró obvia.
— Jason, no fumes, te morirás de cáncer es enserio.
—Oye, es mi casa, ¿qué te molesta?— Preguntó algo enojado. Sabía que ella lo intentaba cuidar pero a veces era irritante.
— He conocido en uno de mis casos a una testigo, estaba en el hospital con un tuvo en la garganta porque le costaba hablar, sus pulmones estaban negros de tanto fumar y se fumaba cuatro atados por día, le encontraron cáncer de pulmón, después del juicio, ella se desespero y falleció porque sus pulmones habían dejado de funcionar. Ya te lo dije, ahora déjalo, es enserio.— Jason río.
— Es lo mismo que me digas que deje de verte porque me quedaré ciego. Eres muy hermosa y llevas mucho fuego por dentro Nena.
Scarlett se apartó de la mesada y caminó molesta hacia su asiento. Al sentarse lo miró con odio y Jason soltó el humo por la nariz en forma de enojó.
—No soy tu Nena, ni tu muñeca, no soy hermosa, ni preciosa, así que te pido por favor que me tengas un poco más de respetó. No te gustaría que te llame Bebé, ¿oh si?— Preguntó con una media sonrisa. Un 'Ohhhh' se escucho de parte de los chicos.
—Me encantaría que me llames Bebé, te ves muy tierna y hot diciéndolo. Encaja perfectamente en tus labios, igual que mi nombre.— Se llevó el cigarrillo a la boca y soltó el humo por sus labios.
Scarlett se paró y dedicó un 'con permiso' para luego irse a la habitación del Alfa.

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