Jason corrió hacía la casa, las llamas estaban quemando las cortinas y el humo salía de las ventanas, se metió a la casa y no pudo ver mucho, el calor era inmenso y las llamadas de colores intensos evitaban una buena visualización.
—¡Scarlett!—La llamó. No se escuchaba nada.
Saltó y quedó en el medio del comedor, la comenzó a buscar y el humo le había empezado a molestar. Se subió la remera tapando la nariz e hizo un poco de presión para que no entrara tanto humo a sus pulmones.
Seguio buscando y la vio tirada en el suelo del living, se acercó a ella y sacó su mano de su rostro. Se quitó su campera de cuero y la abrigó con eso. La levanto entre sus brazos y la llevó a fuera.
Pudo ver que sangraba, le levantó la remera y vio su vientre lleno de sangre. La habían apuñalado, con razón le había dolido el estómago. Bajó la remera y se dirigió a la patrulla, transformó su mano en una pata de Licántropo y con las garras abrió las puertas del piloto y la del asiento de atrás. Acostó a Scarlett atrás y él se subió en la del piloto, encendió el móvil con la uña y comenzó a conducir.
Marcó el número de Logan y lo llamó.
—Hola Jefe, ¿todo bien?
—Escúchame Logan, ustedes sigan recorriendo, tú tienes las llaves del Jepp así que ustedes vuelvan en él. Yo me dirijo a casa, cuando llegues te cuento.— Dijo mientras miraba hacia delante y se volteaba para ver a Scarlett.
—Okey Alfa, no se preocupe.
— Bien, ahora tu eres el jefe esta noche.—Cortó y se puso el celular en el bolsillo derecho.
Llegó a Laguna en una hora, iba demasiado rápido y Scarlett necesitaba ayuda de inmediato. No la mandaría al hospital porque sabía que estaban en la lista de sospechosos y que quedaría extraño que llegué con la Oficial Johansson apuñalada e intoxicada por el humo.
Frenó frente a la casa y se bajó apurado, agarró a Scarlett de los tobillos, la abrazó y ella puso sus piernas alrededor de su cadera y sus brazos alrededor de su cuello, su cabeza estaba apoyada en su hombro izquierdo y sus corazones chocaban al estar pecho con pecho.
Jason la acostó en el sofa. La cabeza de Scarlett estaba cómodamente apoyada en la almohada y su ropa estaba manchada con sangre.
Él puso su cabeza en su pecho y rogó que estuviera con vida. Sus latidos eran normales pero parecía que cada vez se apagaban más. Fue por un trapo y un tarro con agua.
—Dios, no me dejes caer en la tentación.—Cerró los ojos con fuerza y rompió la remera de Scarlett, dejando su corpiño negro a la vista. Sus pechos eran grandes y bastante llamativos, Jason tragó saliva y comenzó a pasar el trapo por su vientre retirando toda la sangre, le costaba hacerlo con el corpiño que sostenía los atributos de su compañera de vida.
Vio que tenía un corte bastante profundo y no dejaba de sangrar. Fue por el botiquín y le vendo la herida. Le quitó los zapatos y le quitó el pantalón, intentaba que su piel no rosara tanto la de ella y así no terminaba haciendo algo indebido. Le puso una camisa de él y la dejó durmiendo en el sofá del living tapada con una manta azul petróleo.
Se quedó mirando todas sus facciones, se dió cuenta que era muy bonita. Acercó su mano a la mejilla de la jóven y la acarició, su piel era esponjosa y se sentía a ceda. Sonrió y pasó su dedo pulgar por sus carnosos labios, estás se separaron un poco ante el tacto y salió un suspiro de su parte. Alejó su mano del rostro y la puerta se abrió, todos entraron y Jason se paró delante del sofá antes de que hicieran algo estúpido.
—Antes de que empiecen a decir algo, les comunico que no paso nada entre ella y yo, solo la ayudé.—Tenía que aclarar las cosas porque si no empezarían con las burlas y no las toleraría.
—¿Qué le pasó Jefe?—Preguntó Logan con cara de asombro.
—No lo sé, pasé por delante de su casa y vi que se estaba encendido y Scarlett estaba tirada en el suelo con una puñalada en el estómago.—Miró al suelo y se puso nervioso pero lo escondió con una sonrisa.—Scott te agradecería mucho si revisas la herida.
Scott era el médico de la Manada, él curaba a todos y no les cobraba como debería ser.
Él miró a su Alfa y asintió, se acercó a Scarlett y le desabrochó algunos botones dejando expuesto su vientre armado y lastimado. Sacó la venda y comenzó a salir sangre.
— Necesitó alcohol, algodón, gasas, una pinza y una linterna.— Apoyó su mano derecha en el vientre de Scarlett para detener el sangrado. Sam apareció con todo y lo puso en una bandeja de plata.
—Alfa, me haría un gran favor si ilumina para que yo pueda ver.— Jason asintió, agarró la linterna y alumbró la herida. Scott tenía la pinza en sus dedos y la acercó a la herida, la abrió y uso su vista sobrenatural para ver el interior. Los órganos estaba bien y algunos estaban raspados ya que se estaban terminando de recuperar.
Sacó la pinza y la dejó en la bandeja.
— Es extraño, es como si el cuchillo solo haya lastimado la carne, los órganos se están terminando de curar y solo el músculo es el que sangra.— Agarró el alcohol y al tenerlo en la mano lo miró.— Sam, esto es Vodka.
—Dijiste que te traiga alcohol.— Levantó los hombros y los bajó en forma de defensa.
—Igual gracias.—Scott se empinó el Vodka y luego le hecho a la herida. Le pasó la botella a Jason y él también tomó un tragó de aquel líquido que quemaba su garganta. Puso el algodón y lo presionó para que esté absorba toda la sangre derramada, colocó las gasas y arriba un vendaje.- Bueno, después vamos a ver que pasa, si el músculo está bien y no sufrió mucho daño, dejamos que la herida se cierre sola, pero si el músculo sigue igual debemos coser.
—¿Cuanto de reposó?— Preguntó Jason mientras apagaba la linterna y la dejaba en la bandeja.
—Bueno, honestamente es una semana de reposo, aunque yo diría dos porque nadie se cura tan rápido como la Oficial Johansson, excepto los Licántropos y los hombres lobo.
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My Weakness
WerewolfLos ojos de Jason sobre su cuerpo, la ponían nerviosa, lo suficiente como para hacerla temblar. Jamás había estado con un hombre así. Si se podía llamar hombre a Jason Marchrest. -Gracias por....salvarme- dijo algo asustada. Jason acomodó un mechón...