Capítulo 45

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Scar abrió los ojos y encontró a Jason dormido. Besó su rostro por todos lados en forma de caricias, aunque él no se dió ni por aludido.

Se levantó con frío y sus pezones se pusieron erectos, caminó hasta el placar y se puso un jean oscuro, una remera larga gris que dejaba su hombro derecho al descubierto y unas botas marrones que le llegaban un poco más arriba de los tobillos.

Se lavó y se peinó, hizo una coleta con su cabello, al salir se preparó un café y se sentó en el sofá con las rodillas cerca del rostro. Hacía frío y todavía la calefacción no estaba puesta. Se quedó pensando en el plan, pero unas caricias la quitaron de su estado.

Jason se sentó a su lado con una taza de café en la mano derecha.

—Tu estás calentito.— Se pegó más a él y el Alfa sonrió. La rodeó con su brazo izquierdo y apoyó su cabeza sobre la suya. — Recuerdo cuando solía ser calentita, parecía una brasa y no necesitaba calor de otra persona.

Jason río y tomó un trago de café. Ella lo miró y ambos cruzaron miradas.

— Scar, seas lo que seas. Para mí, tu siempre necesitarás calor y me encanta darte calor.— Le guiñó un ojo, Scar negó con una sonrisa. Dejó la taza sobre la mesita ratona y se acurrucó más en Jason.

— ¿Nos protegimos?— Él dejó la taza junto a la de Scar y la miró.

— Recién me pongo a pensar y no. Fui un irresponsable.— Scar llevó su mano derecha a la frente y suspiró.

—Yo no tome la pastilla.

— Eres una irresponsable tú también.

— No me heches toda la culpa a mí. Yo no fui el que no se puso un forro en el pene.

— A la verga el cuidado. Si tengo hijos contigo, que sean Miles, pero que sean contigo.

Agarró la barbilla de Scar y le besó los labios con dulzura. Ella río y se separaron.

— No se si mi cuerpo resista Miles.— Le dió un pico.— Pero si son hijos nuestros, puede resistir los que sea.

Él le empezó a dejar besitos por toda la cara y ella sonrió. El celular de la casa sonó. Se separaron y Scar se paró a atender.

— Diga.— Miró a Jason y levantó los hombros. Una voz gruesa y firme apareció en la línea.

— Hola muñeca, ¿cómo estas? William me contó del plan así que convencí a mi manada y ahora estamos hospedandonos en la casa de Will.

Una sonrisa apareció en el rostro de Scarlett. Dirkjan era el mejor amigo de Chase, se habían criado prácticamente juntos ya que la madre de él, cuidaba a Chase y existía un romance secreto entre la madre de Dirkjan y Will.

— Oh Dirkjan, muchas gracias por venir. Dentro de un rato voy para allá.— Se mordió el labio inferior.

— Claro muñeca, no te preocupes. Adiós.

— Adiós Dirk.— Cortó.

Miró a Jason y esté levantó su ceja derecha. Los celos le cayeron como un balde de agua fría.

Scar caminó hacia él y puso sus muslos a los lados de la cintura del Alfa.

—¿Quién es Dirkjan?— Preguntó.

— Es un amigo que viene de visita. Era el mejor amigo de Chase y vino a compartir un rato con la manada.

— Bueno, dile que digo yo que tu eres mía.— Le apretó el trasero.— Sólo mía.

Ella sonrió y asintió, se mordió el labio inferior y se sentó bien sobre el paquete de Jason.

— Amo cuando te pones así.

— Tengo que cuidar lo que es mío.

Scar se acercó a sus labios y le dió un pico, luego otro y otro hasta que se unieron en un beso lento y delicioso.

Ambos se separaron y ella salió de encima, Jason se paró y la miró.

— Debo irme, vendré mañana, esta noche no podré porque vamos hacer la revisión de siempre.

Su luna se jaló un poco el rodete en forma de frustración. Si él recorría, se daría cuenta del plan y arruinaría todo.

— Mi amor, no quiero que recorras esta noche. Quiero tenerte aquí conmigo, solo para mí.— Hizo un puchero.

Al Alfa le gustó la idea, pero tenía que salir si o si. Se acercó a ella y le plantó un beso en los labios.

— Mañana en la noche, hoy no.

— Vamos Ja.— Lo agarró de la remera y lo acercó más.— Tenía planes para esta noche.

Él rió. Besó los labios de Scar por última vez y se separó.

— Nos vemos mañana nena, te amo.

Caminó hasta la puerta. Scar miró con cara de enojo a la chimenea y con voz de mal ánimo contestó.

— Y yo a ti.

Salió de la casa, dejándola sola. Se puso su chaqueta y agarró su celular. Esperó a que Jason se fuera y luego salió con la patrulla hacia la casa de William.

Estaba bastante fresco y el sol iluminaba muy poco. Se subió a la patrulla, comenzó a conducir y prendió la radio para escuchar música, necesitaba distraerse un poco y pensar en el plan.

Al llegar a la casa de William, vio el camión de la manada de Dirkjan. Tenía camuflaje militar, ya que todos se habían ido a la milicia y después vivieron juntos desde entonces.

— Hablando de Princesas, aquí está la de Will.

La voz gruesa de Dirkjan la hizo sonreír. Bajó del auto y se fue corriendo a los brazos fuertes de su amigo.

Dirkjan media 1,88, tenía ojos mieles y su cabello era rubio, su cuerpo era musculoso y llevaba los brazos cargados de tatuajes, mientras que en su cuello llevaba un collar con una piedra azul.

— Hola Dirk.

— Tenemos que hablar de muchas cosas enana.

Se separaron y se miraron a los ojos. Scar asintió, el gran brazo derecho de su amigo le rodeó el cuello y entraron a la casa.

Scar saludo a todos. A la manada de Will y a la manada de Dirkjan. Estaban todos sentados tomando café y algunos té.

Scar se sentía en casa, pero sabía que no se juntaban para compartir.

— Bueno, ¿cual es el plan?— Le preguntó Max; el beta de Dirkjan.

Les comenzó a explicar todo detalladamente y respondía todas las dudas posibles. Cuando ya todos sabían lo que tenían que hacer, termino de hablar.

— Solo nos falta esperar hasta la noche y atacamos.

La noche estaba fría, vapor salió de sus fosas nasales, su cabello negro estaba atado en un rodete, llevaba una calza larga negra, unas zapatillas deportivas, una remera larga blanca con cuellito para mantener el calor y una campera negra con detalles rosados. En los cierres.

Se acercó al muelle, se escondió entre unas paredes grises de unos edificios y asomó apenas su cabeza. Lamentaba no tener la vista que tenía una licántropo, pero era lo que había.

<<Licántropos con armas, patéticos.>> Pensó, habían dos hombres con barba y abrigados, estaban armados y se posaba uno en cada lado de la entrada.

Llevó sus manos a la boca e hizo el sonido de un búho. Ben salió vestido con su ropa, se había puesto peluca negra y lo más importante, estaba bañado con el olor de Scarlett.

Los guardias comenzaron a olfatear y sus ojos marrones cambiaron a un color más intenso.

El de la izquierda le hizo seña a su compañero y ambos se dirigieron donde estaba Ben. Él empezó a correr y los otros salieron detrás de él.

Scarlett aprovechó el momento, abrió la puerta del lugar y entró.

My WeaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora