Capítulo 6

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Llegaron a Homer, obviamente hablaron del caso y de la vida de la otra.

Scarlett estacionó el móvil y miró a Samantha.

— Necesitó que te quedes aquí, no salgas, no te muevas y por favor. Si ves algo, no grites. 

 El rostro de Samantha pasó de calma a miedo. 

— Pero...— Scar negó.

— Quédate aquí, ya vuelvo. 

 Se bajó y suspiró al correr la tranquera de la chacra. Comenzó a caminar entre la neblina y el frio, mientras pensaba si era correcto lo que estaba haciendo.

<<Dios, que no pase nada estúpido por favor.>> Su pensamiento fue invadido al ver la enorme cabaña que estaba frente a ella. La madera estaba fría y oscura, el lugar tenía un toque siniestro y eso no era de esperarse. Tocó la puerta y un hombre, sin remera y con el tatuaje de una luna a la mitad en el hombro, le abrió. Ella lo tenía pero abajo de su oreja izquierda. Los ojos mieles del hombre brillaron y su cabello rubio estaba despeinado. Una sonrisa apareció entre sus labios.

— Scarlett Ivanoff, volviste enana.

Abrió más la puerta y la abrazó con fuerza, haciendo que se eleve hacia arriba. Ella río y le devolvió el abrazo, sintiendo el calor de su piel. 

— Samuel, que gusto verte.

Samuel era como su hermano, él la ayudaba todo el tiempo y era uno de los que la motivó a irse de Homer. 

—Ven, pasa. Están los perros ahí.— Ella entró y Samuel cerró la puerta.— Oigan, miren quien volvió.

Todos se fijaron en Scarlett, quien abrazó a Óscar con firmeza.

— ¡Hey, campeona!— dijo con una sonrisa. Su barba marrón lo hacía ver más grande.

— Óscar, no sabes cuánto me alegro de verte.

Se separaron y Scarlett hizo su saludo con Ben, su mejor amigo.

— Se te extrañaba mocosa.— Río y la estrujó entre sus brazos musculosos. Beso su frente y luego la dejo para que saludara a Steven y se dirigió a su Alfa.

— Hey, al fin vuelves Cachorra.

William la abrazó y ella a él. Will era como el padre que nunca tuvo, ella había entrado a la Manada cuando tenía 16 años y se tuvo que alejar de la única familia que tenía que era su mamá para empezar a criarse como Omega con William.— Te extrañé tanto.

— Y yo a ustedes.

— Me parece que te olvidaste de alguien importante.

Una voz masculina interrumpió el momento. Miró sobre el hombro de Will y sonrió. Se separaron y ella se fue a los brazos de Chase.

Chase era su novio cuando tenían 16 y él la convirtió en Licántropo, fueron novios hasta que ella se alejó de la manada para comenzar a estudiar y convertirse en criminóloga. Chase era hijo de William y tenían algunos rasgos parecidos.

Él era de cabello castaño suave, llevaba unos ojos avellana y su tez era blanca, un cuerpo bastante trabajado y una sonrisa encantadora.

Scarlett dio un saltó y enredó sus piernas en la cintura de Chase, quien la agarró de la cintura para abrazarla.

— ¿Cómo me voy a olvidar de ti? 

Lo abrazó y le dio un beso en la mejilla. Chase la bajó haciendo que se pusiera de pie.

— Al fin vuelves Niña, te estábamos esperando.— Dijo Steve.

—¿Quieres café, té o algo?— Le ofreció Samuel.

— Café por favor.— Se sentó en la mesa y se cruzó de piernas.

— Cuéntanos, ¿qué tal todo?— Preguntó Ben. Su cabello pelirrojo era increíble y llamativo, sus ojos azules la miraron y ella sonrió.

— Bien, muy bien. Me recibí de Criminologa, vivo en Washington, he resuelto seis casos y vivo bien. ¿Qué hay de ustedes?

— Lo de siempre niña, proteger al pueblo.— Dijo William mientras prendía un puro de chocolate.

— Y, ¿qué te trae aquí? ¿Vuelves a divertirte?— Le preguntó Óscar.

— No, no vine para regresar con la Manada. — Todos la miraron triste.

— Oh vamos Scarlett, no puedes negar lo que eres. Es como negarte a ti misma, además tú eres grandiosa cuando sacas a tu perro a la luz.— La voz de William era de frustración.

— Ten Enana, está caliente.— Le dio la taza café y ella comenzó a tomarlo con algo de nerviosismo, le quemó la lengua pero no le dio importancia.

— Gracias.— Miró a Will.— Ya lo sé, pero necesito algo más que andar en cuatro patas protegiendo a un pueblo que ni me conoce.

— Y si no viniste a quedarte, entonces ¿qué haces aquí?

— Necesito de ustedes, es urgente.— Todos se miraron entre sí. Chase se sentó a su lado y apoyó su mano derecha en las piernas cruzadas de Scarlett. Él todavía sentía algo por ella y tenía fe de que algún día volverían.

—¿Qué necesitas Scar?— Le preguntó con una sonrisa.

— Necesito que me ayuden en un caso, es importante.— Will bufó. Estaba algo decepcionado, ya que ella sólo iba a trabajar, no a quedarse.

— Dime algo y te ayudaré. ¿Cuántos meses llevas sin transformarte?— Scarlett cerró los ojos con fuerza y los abrió despacio.

— Hace 48 meses que no cambio.

— Faaaaa amiga si que estás en problemas.— Dijo Ben. Si no cambiabas seguido y acumuladas meses o años, cuando te transformabas y tenías dos opciones. O controlarte y no matar o que el animal se apodere de ti y matar todo a su paso.

Will solo asintió y bajó la mirada.

— Vaya...Bueno, escupelo.

Scarlett sólo suspiró. Sabía que Will no la escucharía, si no que solo buscaría una idea para que ella se quedará e ignorar sus palabras.

— Un Licántropo anda matando a los ciudadanos de Seward. Lo sé por las mordidas y los arañazos, también por las cosas que se han llevado de los cuerpos. Nosotros matamos diferente, el asesino este se come lo de adentro.

Todas las manadas comían diferente y cazaban diferente. Es por eso que ella supo que era un Licántropo quien lo hacía y no un lobo.

— Los callejeros andan tranquilos en esa ciudad, al menos que se hayan aliado con la Manada de Tony y hayan creado un plan lo suficientemente loco que tenga que ver con llamar la atención. Quizás quieran algo de ahí y nadie se los está dando.— Sacó el humo por la nariz y luego le dio una calada al puro.

— Y, ¿sabes si Tony está tramando algo?

— Lo único que sé es que nos llamó y nos dijo que tenía un plan para crear una nueva generación y si lo ayudamos seriamos invencibles y toda esa porquería. Igual, hay que admitir que Tony está loco, a un loquero se le escapó un demente y ese demente es Tony.— Habló con el puro en la boca mientras, se servía café.

— Si, es cierto. El problema es que no se donde esta Tony y si lo pudiera encontrar quizas me diga algo.

— Nadie sabe dónde está ese psicópata.— Agregó Ben.

— Ni él mismo sabe dónde está.— Continuo Stuart.

— Bueno, ¿me pasarían un número de alguien que quizás pueda ayudarme? Sería una gran ayuda.— Sacó la libreta para anotar y la colocó sobre la mesa.

— Te la doy si nos das algo a cambio que te gustará.— Dijo Samuel.

— Haber, te escucho.

— Está noche hacemos un fogón, te doy el número si tú vas.— Scarlett sonrió y negó. Todos comenzaron a gritar 'Si, si, si' mientras aplaudían.

— Okey, está bien.

My WeaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora