Scar acarició los labios de Jason con su pulgar, creando un espacio entre ellos. Él acarició su mentón y comenzó a descender realizando caricias por el cuello hasta llegar a su corazón. En el cual Jason apoyó la mano para sentirlo.
— Jason.— Él sonrió al escuchar que su nombre salía de la boca de Scarlett. La miró a los ojos y ella se perdió en la oscuridad de estos.—Te necesito.—Le susurró a un volumen que sólo él pudo escuchar.
Jason estampo sus labios con los de ella y se hundieron en un profundo beso. Las manos del joven viajaban por el cuerpo de la mujer. Le acariciaba la cintura y le apretaba los muslos, cosa que a Scarlett le hacía soltar un gemido silencioso.
Se separaron por falta de aire y unieron frentes, se dedicaron una sonrisa y sus respiraciones chocaban. Scar posó las manos en sus mejillas.
—Eres perfecto.
—¿Aunque sea un patán?— Ella río.
—Si.— Se dieron un fugaz beso.— Tenemos que hacer la cena, no podemos estar así todo el tiempo.— Jason hizo un puchero y ella sonrió.— No me pongas cara de perrito mojado, dale.
Jason la agarró y ella se pegó a su cuerpo. Él la tenía en sus brazos, sus piernas estaban entrelazadas alrededor de su cadera al igual que sus brazos a su cuello. Jason la bajó y ella se alejó de él para empezar a preparar la cena.
—Y, ¿qué vamos a comer?— Preguntó algo incómodo. Jamás había estado así con una chica, sólo era una aventura y se iba enseguida por la incomodidad.
—Estaba pensando en lasaña.— Respondió algo sorprendente. Era la primera vez que mantenían una conversación sin discutir y eso la hizo sonreír.
—Te ves bonita sonriendo.— Habló mientras sus mejillas se tornaron rojas.
—Jason, ¿no te das cuenta lo que nos afectó? Al fin dejamos de pelear y ahora me dices cosas tiernas, estamos mal si un beso nos afecta.— Jason sólo se quedó recalculando y luego salió de su estado de shock.
— Tienes razón, sólo que es algo nuevo para mi. Usualmente me acuesto con las chicas sin que mi otro yo sienta algo, tengo una aventura y luego se van. No soy de sociabilizar después de un beso o una aventura.— Se confesó mientras se rascaba la nuca con nerviosismo.
— Wow...Al menos ambas sabemos algo de ustedes. ¿qué más tenemos que saber?— Él se prendió un cigarrillo y se apoyó en la mesada para tenerla cerca.
—Mmm...Déjame pensar.
—No hay mucho que pensar.
A Jason se le formo una sonrisa en los labios, le gustaba eso de Scarlett, que fuera honesta y cruda.
—¿Y qué hay de tí? De seguro no hay mucho más que pensar.— Respondió con frialdad.
Se formó un silencio. Scarlett tenía mucho para decir, pero no sabía por dónde empezar, así que fue más que directa.
— No lo sé, ¿Qué quieres saber?— Preguntó indiferente sin darle mucha importancia a Jason.
— ¿Con cuántos has estado?
Scar sonrió de costado y se volteó a verlo a los ojos petróleo que tanto le gustaban.
— ¿Quieres que sea honesta o amable para no herir tu débil masculinidad?
Jason sonrió de costado. Jamás se había topado con una mujer así y mucho menos una que se burle de él.
— Eres mala preciosa.
— Solo fue una pregunta, tú no quisiste responder campeón.
Scar sacó la carne picada para hacer la lasaña mientras que él la seguía con la mirada. Se quedaron en silencio y Jason intentó pensar. Le costaba imaginarse a Scar con otra persona y por un momento sintió envidia de que otro pudo probar sus labios al igual que él. Esos pensamientos hicieron que se acabará el cigarrillo en un santiamén y lo tirara a la basura.
— De acuerdo, bien.— Hizo una pausa.— Se honesta.
— No sé, no llevo la cuenta con los hombres con los que me he acostado y he estado nada más que en dos relaciones. La primera duró cinco años y la última unos cuatro meses.
— Vaya, eres difícil.— Dijo levantando las cejas. Scar tiró el paquete de las pilas de pasta sobre la mesada.
— ¿Crees que fue culpa mía?
— Y, si él te dejó después de cuatro meses de relación, es por algo.
— En realidad, machirulo, él me fue infiel mientras yo estaba aquí trabajando y antes de venir me dijo algo así como "tu trabajo o yo".
El joven asintió y poniéndose en los zapatos de ella, comprendió lo enojada que estaba.
—¿Y con el primero ocurrió lo mismo?
Scar negó. Abrió el paquete de las tapas de lasaña y comenzó a ponerlos en la bandeja plateada que estaba sobre la mesada.
— No, Chase y yo nos separamos porque no estaba listo para alejarse de la manada e irse conmigo a Washington. Él puso a la manada primero y yo puse mi futuro. Por eso nos distanciamos.
Una lágrima resbaló por su mejilla derecha y su labio inferior tembló un poco, su vista se nublo y el dolor de aquél momento regresó. Jason la abrazó y apoyó su barbilla en la cabeza de la jóven.
— Lo lamentó.— Ella se escondió bajo su cuello y su olor a chocolate enloqueció a su Licántropo, eso hizo que ella le respondiera.
El silencio invadió la casa, ellos no se hablaban ni nada, solo hacían lo que tenían que hacer. Estaban sentados en el living con la chimenea prendida, Scar miraba el fuego con mucha atención y comía de la lasaña que había preparado, Jason no dejaba de observar sus facciones, cada lunar, cada peca, cada centímetro de su rostro lo guardaba en su memoria.
—A veces pienso que el fuego fue creado por la tentación porque es llamativo y extraño, pero también es prohibido porque sabes que si lo tocas te quemas.— Sus ojos azules lo miraron. Jason sonrió porque sabía que toda la atención de la chica estaba fijada en él.
—Tienes razón, es cierto. Mi problema es que me gusta jugar con fuego.—Scar río y volvió su vista a las llamas.
— Me gusta que seas así, no se porque pero adoro a los chicos malos.— Jason levantó una ceja.
—¿Crees que soy malo?
— Estuviste en la cárcel, violaste a una mujer, eres el Alfa más arrogante y bruto que conozco, además tienes un corazón ocultó solo que nunca te has tomado el tiempo de buscarlo.
Se puso a pensar en las palabras de su luna por un momento. Ella tenía razón, era el chico malo sin corazón que está loco por una chica divertida y tierna que lo hace sentir mejor.
—Yo nunca abuse de esa mujer, jamás lo haría. Otro fue el que abusó de ella y cuando se escaparon, me agarraron a mí. Pero nunca le puse una mano encima, jamás, a ninguna. No alcancé a salir cuando ya estaba la policía afuera, me encontraron y como vieron que era un animal me mandaron a una cárcel de Rusia. Al salir comencé a buscar mi propia Manada, no podía ser un Licántropo de sangre pura y ser un solitario. Así que aquí estoy, sentado al lado de mi compañera de vida, disfrutando de una lasaña deliciosa, sintiendo el suave calor de una dulce chimenea y oliendo el aroma a sahumerio de vainilla que sale de su cuerpo. Ven aquí.
Scarlett le hizo caso y se sentó entre sus piernas, él la abrazó y apoyó su cabeza en su hombro derecho.
—Cuando cumplí 16 me enamoré de Chase Foster, el hijo de William Foster. Nos hicimos novios y él decidió transformarme, pensó que era su luna. Me alejé de mi madre y la dejé sola, me comencé a criar con Will y su Manada, me volví su Omega y luego tomé otra decisión. Ahora soy criminóloga y estoy sentada con Jason Marchrest, platicando de lo que alguna vez fui.— Se formó un silencio, supuso que era el momento de decirle, ya que se estaban diciendo la verdad.— Yo...— Le costaba hablar, como si tuviera una papa en la boca que no la dejara.— Yo he estado tanto tiempo sola que ahora que te encontré, no me siento la única que perdió todo por estar aquí.
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My Weakness
WerewolfLos ojos de Jason sobre su cuerpo, la ponían nerviosa, lo suficiente como para hacerla temblar. Jamás había estado con un hombre así. Si se podía llamar hombre a Jason Marchrest. -Gracias por....salvarme- dijo algo asustada. Jason acomodó un mechón...