Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}

Capitulo 16:

Confirmando esto con una rápida mirada, me di cuenta que si nos íbamos ahora probablemente nos encontraríamos con él en la salida y entonces tendría que decirle algo. Me acomodé de nuevo en la silla y comencé a buscar en mis bolsillos tratando de hacer que algo se me olvidaba o que estaba buscando alguna cosa, mientras él terminaba con lo del libro.

― ¿Crees que sea raro que él esté aquí a la misma vez que nosotras?― Preguntó Catalina.

― ¿Tú lo crees así?

― Yo creo que te está siguiendo.

― Yo creo que es una coincidencia ―. Esto no era del todo cierto. Si tuviera que hacer una lista de los primeros diez lugares en donde pensaría encontrar a Liam en cualquier noche, la biblioteca no sería una de ellas. Aunque recuerdo lo que él me había dicho. Que leía libros de Shakespeare, pero. NO. No le creo, si yo le preguntara cinco frases de Shakespeare, no sabría ninguno. «¿Entonces qué estaba haciendo él aquí?».

La pregunta era particularmente perturbadora luego de lo que pasó anoche. No se lo había mencionado a Catalina porque se alteraría, demasiado. Se toma las cosas misteriosas muy a pecho, y las exagera.

― ¡Liam! ― Susurró Catalina teatralmente. ― ¿Estás acosando a _______?

Yo planté mi mano en su boca. ― Deja eso y lo digo en serio ―. le dije, adoptando una expresión severa.

― Apuesto a que te está siguiendo ―. dijo, apartando mi mano. ― Apuesto a que ya tiene un historial en esto. Apuesto a que ha tenido órdenes de restricción. Deberíamos colarnos en la oficina, podría estar todo en su archivo estudiantil.

― No nos vamos a meter en la oficina.

― Yo podría crear alguna distracción. Soy buena en eso. Nadie te vería entrando. Podríamos ser como espías ― Dijo ella entrecerrando los ojos e imitando a un espía como en las películas.

― Nosotras no somos espías.

― ¿Sabes cuál es su segundo nombre?―. Preguntó Catalina.

― No. 

― ¿Sabes algo sobre él?

― No y me gustaría mantenerlo así.

― Ay, vamos. Por favor. A ti te encantan los misterios y este no podría ser mejor.

― Los mejores misterios están relacionados con cadáveres. No tenemos un cadáver.

― ¡Todavía! ― Chilló Catalina. 

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Después de las nueve y treinta, Catalina estaba entrando en la carretera de su casa, apagando el motor y sacudiendo las llaves en frente mío.

― ¿No me vas a llevar a casa? ― Le pregunté. Una pérdida de aliento porque ya sabía qué iba a responder.

― Hay neblina.

― Neblina parcial.

Catalina sonrió abiertamente. ― Ay, niña. Estás pensando en él. No te culpo. El parece realmente perturbador ― Dijo ella haciendo una mueca.

― Y la neblina siempre se pone peor cerca de tu casa ―. Continuó. ― Me asusta cuando ya es de noche.

Agarré las llaves. ― Muchas gracias ―.

― No me culpes. Dile a tu mamá que se mude más cerca. Deberían alejarse un poquito del peligroso campo y acercarse más a la ciudad.

― Supongo que mañana te tengo que recoger para ir a la escuela. ¿Cierto? 

― A las siete y treinta estaría bien. Haré el desayuno.

― Más vale que sea bueno.

― Sé buena con mi bebé ―. Ella acarició el dash del Neón. ― Pero no demasiado buena. No quiero que piense que hay alguien mejor que yo.

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Mientras conducía a mi casa, traté de no pensar mucho en Liam, pero era imposible.

Catalina tenía razón, algo en él era increíblemente seductor y también increíblemente espeluznante. Mientras más pensaba en ello, más me convencía de que algo en él era… extraño. A él le gusta contradecirme, aunque no era exactamente algo nuevo, pero había una diferencia cuando a molestarme en la clase se le suma el que tal vez él me esté siguiendo a la librería para molestarme más. No mucha gente se tomaría tantas molestias en hacer algo así, y menos conmigo… a menos que tenga una muy buena razón. Jamás algo así me había pasado. Muchas veces, hasta una persona que piensas que no significaría nada, termina significando todo en tu vida y cambiándola completamente.

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Capitulo 15 y 16 para ustedes.

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