Estaba sobre mi espalda, mi camisola absorbía la humedad debajo de mi, briznas de hierba rozando la piel desnuda de mis brazos. La luna sobre mi cabeza. Los gestos generales de la luna no era más que una astilla, con una sonrisa puntiaguda de lado.
Aparte del ruido de un trueno distante, todo estaba tranquilo. Parpadeé varias veces seguidas, ayudando a mis ojos a adaptase a la luz escasa. Cuando rodé mi cabeza a un lado, una estructura de ramas curvas que asomaban sobre la hierba se solidificó en mi visión. Lentamente me levante. No podía apartar los ojos de las dos esferas negras mirándome desde las ramas. Mi mente trabajaba para colocar la imagen familiar. Y entonces, con un flash horrible de reconocimiento, lo sabía. Estaba acostada junto a un esqueleto humano.
Me arrastré hacia atrás hasta que tropecé con una valla de hierro. Me habría paso a través de la confusión y recapturando mi último recuerdo. Había tocado las cicatrices de Liam. Donde quiera estuviera, era en algún lugar dentro de su memoria. Una voz, masculina y vagamente familiar, se escuchaba a través de la oscuridad, cantando en tono bajo. Volviéndome hacia él, vi un laberinto de lápidas estirándose como piezas de dómino en la niebla. Liam estaba en cuclillas sobre una de ellas. Vestía solamente con unos pantalones Levi’s una playera de la armada, aunque la noche no fuera cálida.
― ¿Clandestinamente con los muertos? - Dijo una voz familiar. Era ronca, rica e irlandesa. Rixon. Se agachó en una lápida frente a Liam, mirándolo. Acarició con su pulgar su labio inferior. -Déjame adivinar. ¿Tienes en mente poseer a los muertos? No lo sé - Dijo, moviendo la cabeza. –Gusanos retorciéndose en los agujeros para los ojos… y tus otros orificios, podría llevar a las cosas un poco demasiado lejos.-
― Esto es por lo que siempre te tengo cerca, Rixon. Siempre ves las cosas por el lado bueno.-
― Jehsvan comienza esta noche - Dijo Rixon. - ¿Qué haces tonteando en un cementerio? -
― Pensando.
― ¿Pensando?
― Un proceso por el cual uso mi cerebro para hacer decisiones racionales. - Las comisuras de la boca de Rixon bajaron. -Estoy empezando a preocuparme por ti. Vamos. Tiempo de irnos. Chaucey Langeais y Barnabas esperan. La luna cambia a medianoche. Confieso que he puesto el ojo en una Betty en el pueblo.- Hizo un ronroneo como de gato. -Se que te gustan pelirrojas, pero a mí me gustan rubias, y una vez que este dentro de un cuerpo, intentaré terminar mis asuntos pendientes con una rubia quien me estaba haciendo ojitos temprano.-Cuando Liam no se movió, Rixon dijo -¿Estás loco? Tenemos que irnos. Tenemos un juramento de fidelidad con Chauncey. ¿No suena una campana? Que tal esto. Eres un ángel caído. No puedes sentir nada. Hasta esta noche, eso es. Las siguientes dos semanas son el regalo de Chauncey para ti. Dada su voluntad, te importaría”- Añadió con una sonrisa oculta.
Liam le dio una mirada de lado a Rixon. -¿Que sabes sobre el libro de Enoch?-
― Tanto como cualquier otro ángel caído: poco o casi nada. -
― Me dijeron que hay un historia en el libro de Enoch sobre un ángel caído que se convirtió en humano.-
Rixon se dobló de la risa. -¿Perdiste la cabeza, compañero? - Juntó los bordes exteriores de las palmas, haciendo un libro abierto con las manos. -El libro de Enoch es una cuento para ir a la cama. Y uno bueno, por su aspecto. Te envía directamente a la tierra de los sueños.-
― Quiero un cuerpo humano. -
― Mejor te conformas con las dos semanas en un cuerpo de un Nephil. Mitad humano es mejor que nada. Chauncey no puede deshacer lo que ya se ha hecho. Lo juró y ahora tiene que vivir para ello. Justo como el año pasado. Y el año anterior a ese -
― Dos semanas no son suficientes. Quiero ser humano. Permanentemente.- Los ojos de Liam se centraron en los de Rixon, desafiándolo a reírse de nuevo. Rixon pasó sus manos por su pelo. - El libro de Enoch es un cuento de hadas. Somos ángeles caídos, no humanos. Nunca fuimos humanos, y nunca lo seremos. Fin de la historia. Ahora, deja de tontear y ayuda a encontrar el camino a Portland.- Estiro el cuello hacia atrás y observó el cielo tintado. Liam se levantó de la lápida. -Me convertiré en humano.-
― Claro, compañero, claro que puedes.-
― El libro de Enoch dice que tengo que matar a mi vasallo Nephil. Tengo que matar a Chauncey. -
― No, tu no. - Dijo Rixon con una nota de impaciencia. - Tú lo poseerás. Un proceso por el cual tú tomas su cuerpo y lo usas como tuyo. No ponerle un freno a las cosas, además no puedes matar a Chauncey. Un Nephilim no puede morir. ¿Has pensado en eso? Si pudieras matarlo, no podrías poseerlo.-
― Si lo mato, me convertiría en humano y no necesitaría poseerlo.-
Rixon apretó el ángulo interior de sus ojos como si supiera que su argumento caí en oídos sordos y le estaba dando un dolor de cabeza. -Si pudiéramos matar a un Nephilim, ya hubiéramos encontrado una forma ya. Siento decírtelo, chico, pero si no me encuentro entro los brazos de esa Betty pronto, mi cerebro se cocerá. Y algunas otras partes de mí.
― Dos opciones - Dijo Liam.
― ¿Eh? -
― Salva a un humano y convierte en un ángel guardián, o mata a tu vasallo Nephil y conviértete en humano. Haz tu elección. -
― ¿Esto es más basura del Libro de Enoch? -
― Dabria me hizo una visita.-
Los ojos de Rixon se abrieron, y soltó una carcajada. -¿Tu psicótica ex? ¿Qué hacía aquí abajo? ¿Cayo? ¿Perdió sus alas?-
― Bajo a decirme que puedo obtener mis alas de nuevo si salvo a un humano.-
Los ojos de Rixon se abrieron más -Si confías en ella, yo digo que vayas por ello. No hay nada malo en ser guardián. Gastar tus días manteniendo a los mortales fuera de peligro… podría ser divertido, dependiendo del mortal al que seas asignado. -
― ¿Pero y si tuvieras una opción? - Preguntó Liam.
― Ok, claro, mi respuesta depende de una muy importante distinción. Si soy un borracho empedernido… o ¿he perdido completamente la cabeza?”- Cuando Liam no se rió, Rixon dijo sensatamente - No hay opción. Y aquí el por qué. No creo en el libro de Enoch. Si fuera tú, me lanzaría por la tutela. Estoy medio considerando el trato para mí. Lo malo es que no conozco a ningún humano al borde de la muerte.-
Hubo un momento de silencio, después Liam pareció salir de sus reflexiones. El dijo -¿Que tanto dinero podemos hacer antes de medianoche? -
― ¿Jugando cartas o boxeando? -
― Cartas. -
Los ojos de Rixon brillaron. -¿Qué tenemos aquí? ¿Un niño bonito? Ven aquí y déjame darte un buen ajetreo.- Se engancho al cuello de Liam, aplastándolo en el hueco de su codo, pero Liam lo tomó de la cintura y arrastró a Rixon al pasto, donde se turnaron para lanzarse duros golpes.
― ¡Esta bien, está bien! - Gritó Rixon, alzando sus manos en rendición. -Solo porque no puedo sentir un labio ensangrentado no quiere decir que quiero gastar toda la noche caminando por ahí con uno.- Guiñó. -No aumenta mis posibilidades con las damas.-
― ¿Y un ojo negro lo haría? -
Rixon movió sus dedos a sus ojos, probando. – ¡No lo hiciste!- Dijo, blandiendo un puño hacia Liam
Aleje mi dedo de las cicatrices de Liam. La piel detrás de mi cuello se erizó, y mi corazón bombeo más rápido. Liam me miró, una sombra de incertidumbre en sus ojos. Me vi obligada a aceptar que tal vez ahora no era tiempo de confiar en la mitad lógica de mi cerebro. Tal vez era una de esas veces cuando necesitaba salirme de los límites. Dejarde jugar de acuerdo a las reglas. Aceptar lo imposible.
― Entonces definitivamente tú no eres humano - Dije. - De verdad eres un ángel caído. Un chico malo.-
Liam le dio esa sonrisa contenida - ¿Piensas que soy un chico malo? -
― Posees lo cuerpos… de otras personas. -
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Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}
Fanfic¿Estarían dispuestos a saber la verdad sobre los ángeles? Será demasiado arriesgado para todos ustedes. ¿Qué harías si un día te enteras que la persona que conoces, es un ángel? ¿Un ángel caído? ¿Raro, verdad? Arrancan sus alas y son arrojados a la...