Capitulo 8:

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En ese instante realizó el tiro, clavando el taco de billar en el paño de la mesa. Levantó la cabeza con brusquedad. Me miró con una mezcla de sorpresa y de curiosidad.

El tipo rudo de la entrada me alcanzó y me sujetó por el hombro.

― Venga señorita, usted debe estar afuera.

La boca de Liam formó una sonrisa. Difícil saber si era burlona o afectuosa.

― Está conmigo.

Liam pareció haber tenido una cierta influencia con el tipo, pero antes de que él me soltara, quité su mano de mi hombro y me acerqué a Liam esquivando a todas las personas.

Mi nerviosismo aumentó al llegar hasta él. ¿Qué se supone que debo decir ahora?

Aquellos ojos negros que me resultaban inquietantes, eran como imanes que controlaban cada uno de mis movimientos. Tragué saliva, tratando de ignorar mi estómago revuelto.

Había algo en él que no era normal. Algo que era extraño… diferente.

― Perdona por colgarte ― dijo acercándose ―. La cobertura no es muy buena aquí abajo.

«Claro».

Liam indicó a todos los jugadores para que se marcharan, y todos tenían una mirada fría y depravadora. «Genial»

― ¿Cómo están las apuestas? ― Dije mirando la mesa del billar. «El juego interrumpido, por mí.»

Él volvió a sonreír, pero esta vez, no tuve duda de que se estaba riendo de mí.

― No jugamos por dinero.

Solté un suspiro de cansancio y dejé mi mochila sobre la mesa.

― Qué lástima. Pensaba apostar todo lo que tengo contra ti. ― Le enseñé mi trabajo, las dos líneas escritas ―. Te hago unas pocas preguntitas y me largo, ¿si?

― ¿Gilipollas? ― Dijo Liam leyendo la hoja. ― ¿Problemas en el pulmón, a causa de los puros?

― Estoy de acuerdo, en que este lugar esta lleno de humo. ¿Cuántos puros esta noche? ¿Tres?

― Yo no fumo.

― Ajá ― Dije sin tragar sus palabras. «Si fuma puros»

― ¿Excelente forma física?

Mi corazón se paró por completo. ¿Cómo rayos pudo leer eso? Si aquellas palabras estaban totalmente tapadas por la tinta azul de la lapicera. Mi mano se abalanzó hacia la hoja y se la quité rápidamente. 

― Estás jugando muy sucio, ángel ― Dijo sonriendo. 

Lo miré a los ojos. ¿Ángel? Imité sarcásticamente su sonrisa.

― Esperemos que estas palabras estén equivocadas. ¿Verdad? ― ¿Tu sueño más anhelado? ― Me sentí orgullosa con ésta porque sabía que lo dejaría sin ninguna respuesta. Siempre tenía que pensar con atención.

― Besarte.

― No tiene gracia ― dije tratándome de concentrar en la hoja, para esquivar su mirada.

― No, pero hace que te sonrojes.

― ¿Trabajas? ― Dije agitando la lapicera, evadiendo esa respuesta.

― Trabajo en un restaurante. 

No parecía preocupado por su respuesta, pero tampoco encantado.

Me paré de la silla y lo encaré. 

― Catalina me dijo que eras un estudiante de último curso. ¿Cuántas veces has repetido biología? ¿Dos? ¿Tres?

― Catalina no es mi portavoz.

― Entonces. ¿Lo estas negando?

― No estoy negando, estoy diciendo que el año pasado no he ido al instituto. 

Me sorprendí.

― ¿Quieres oír un secreto? Nunca he ido al colegio. ¿Otro? No es tan aburrido como esperaba que sería.―

Estaba mintiendo. Todo el mundo debía al colegio. Era una obligación. Estaba mintiendo para fastidiarme.

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-A

Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora