Capitulo 15:

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Justo en ese momento Mariana Gonzalez, la nueva compañera de banco, de James, se sentó en la esquina de nuestra mesa. Su cabello cafe estaba suelto y, como siempre, su piel estaba cubierta por media botella de maquillaje. 

Estaba segura que había acertado en la cantidad de maquillaje porque no se notaban sus pecas. No he vuelto a ver ninguna de sus pecas desde el séptimo grado. Había tres cuartos de pulgada entre el final de su falda y el comienzo de su ropa interior… si es que llevaba puesto algo.

― Hola talla grande ― le dijo Mariana a Catalina.

― Fenómeno ― Dijo Catalina revoloteando los ojos.

― Oye, ¿qué te ocurre? ― dije

― Mi madre está buscando modelos en esta semana. El pago son nueve dólares la hora. Pensé que estarías interesada ― Dijo ella ignorando mi respuesta.

La mamá de Mariana maneja el JCPenney local y en los fines de semanas tiene a Mariana y al resto de las porristas modelando bikinis en las vitrinas que dan a la calle.

― Se le ha hecho muy difícil conseguir modelos para ropa interior de talla extra grande ―. Decía ella mirándola asquerosamente.

― Tienes comida atorada en tus dientes ―. Catalina le habló a Mariana. ― En el medio, ahí, entre tus dos dientes frontales. Parece como chocolate laxante.

Mariana lamió sus dientes y se bajó de la mesa. Mientras ella se alejaba ostentosamente y enfadada, Catalina, a espaldas de ella, metió su dedo en la boca y fingió que quería vomitar.

― Tiene suerte de que estamos en la biblioteca ―. Me dijo Catalina. ― Tuvo suerte de que no nos hubiéramos encontrado en un callejón oscuro. Última oportunidad ¿quieres una patata?

― Paso ―. Catalina se fue para botar las papas fritas. Minutos más tarde regresó con una novela de romance. Se sentó al lado mío y, mostrando la carátula, dijo, ― Algún día estas vamos a ser nosotras. Violadas por dos vaqueros medio desnudos. 

― Sucio ―. murmuré mientras seguía escribiendo en mi portátil.

― Hablando de sucio ― y alzó la voz inesperadamente, ― ahí esta tu compañero de banco ―.

Dejé de escribir, miré sobre mi portátil y mi corazón saltó un latido.

Liam estaba parado al otro lado de la habitación, haciendo fila para llevarse un libro. Como si él sintiera que lo estaba mirando, se volteó y nuestros ojos se encontraron por tres segundos.

Yo fui la primera en mirar a otra parte, pero no sin antes recibir una lenta sonrisa.

Mi corazón comenzó a latir erráticamente y me dije a mi misma que me tranquilizara. Yo no iba a seguir por este camino. No con Liam. De ninguna manera, a menos que estuviera loca.

― Vámonos ―. Le dije a Catalina mientras cerraba mi notebook, la guardaba y metía mis libros dentro de mi mochila, dejando caer sin querer unos cuantos mientras lo hacía.

Catalina dijo, ― estoy intentando leer el título del libro que tiene… espera… “Cómo ser un Acosador” ―.

― Él no se va a llevar un libro con ese título ―. Pero no estaba segura. 

― Es eso o “Cómo Ser Sexy Sin Intentarlo” ―.

― ¡Shhh!

― Cálmate, él no puede escucharnos. Está hablando con la bibliotecaria. Está registrando el libro para llevárselo.

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-A

Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora