Con mis manos fuertemente apretadas contra el volante, conduje el automóvil a través de la lluvia, rezando para que el semáforo estuviera verde. Lo estaba y pasé la calle mirando directamente hacia el frente, pero a la vez mirando con el rabillo del ojo las sombras de los lados de la carretera.
No había ninguna señal del chico con la máscara.
Quince minutos más tarde estaba estacionando el automóvil frente a la casa de Catalina. El daño en la puerta fue mucho y tuve que patearla para poder salir. Luego corrí hasta la puerta de entrada, entré a toda prisa y bajé corriendo las escaleras hasta el sótano.
Catalina estaba sentada en su cama con las piernas cruzadas, tenía un cuaderno sobre sus rodillas, llevaba puesto audífonos y su iPod estaba encendido.
― ¿Quiero ver el daño hoy, o debería esperar a dormir al menos siete horas?―. Me preguntó a través de la música.
― Quizá deberías escoger la opción número dos.
Catalina cerró su cuaderno y se quitó los audífonos. ― Terminemos con esto de una vez ―.
Cuando salimos, me quedé mirando al automóvil por un largo rato. No era una noche cálida, pero el clima no era la causa del escalofrío que recorrió mis brazos. La ventana del conductor no estaba rota. Tampoco la puerta.
― No puede ser ―. dije. Pero Catalina no me estaba escuchando. Ella estaba ocupada inspeccionando cada lugar del automóvil. Mejor dicho, de su bebé.
Yo me adelanté para ver la ventana del lado del conductor. Cristal sólido. Cerré mis ojos. Cuando los volví a abrir, la ventana seguía igual.
Caminé hasta la parte de atrás del auto, casi terminaba de rodearlo cuando de repente me paré en seco.
Había una pequeña grieta en el parabrisas.
Catalina lo vio al mismo tiempo. ― ¿Estás segura que no fue una ardilla?―
Mi mente volvió a los letales ojos tras la máscara extraña de aquel CHICO. Ellos eran tan negros que no podía distinguir las pupilas. Eran negros como los de… Liam.
― Mírame, estoy llorando de alegría ―. dijo Catalina, abrazando su automóvil. ― Una pequeña grieta. ¡Eso es todo!―.
Yo fingí que sonreía, pero mi estómago estaba revuelto y mi cabeza dando vueltas y preguntándome ¿CÓMO?. Cinco minutos antes, el cristal de la ventana se había deshecho y la puerta estaba destruida. Ahora, mirando al automóvil, todo eso parecía imposible. No, parecía una locura. Pero yo vi como atravesó el cristal con su puño y sentí como sus uñas se clavaban en mi hombro.
¿Verdad? Mientras más intentaba recordar el accidente, menos podía. Los detalles se estaban perdiendo. ¿Era él alto? ¿Bajo? ¿Delgado? ¿Musculoso? ¿Me dijo algo?
No podía recordar. Esa era la parte más aterradora.
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-A
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Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}
Fanfiction¿Estarían dispuestos a saber la verdad sobre los ángeles? Será demasiado arriesgado para todos ustedes. ¿Qué harías si un día te enteras que la persona que conoces, es un ángel? ¿Un ángel caído? ¿Raro, verdad? Arrancan sus alas y son arrojados a la...