Ángeles Caídos.. {Liam & Tú}

Capitulo 4:

Disimuladamente corrí mi silla acercándome hacia él. La posición en cómo se sentaba no era nada agradable, era alto y sus piernas eran demasiado largas, ocupaban casi todo mi espacio. Un aroma extraño pasó por mi nariz. ¿Era su aroma? Me concentré más, usando más mi nariz, y olía a… ¿cigarrillos? No. Olía a menta. ¿Menta?

Mientras el profesor no paraba de hablar, él comenzó a arrancar hojas de su libreta, y las arrugaba en forma de bola, y las lanzaba al tacho de basura. El tiro era perfecto, las bolas de papel caían perfectamente en el tacho. Él se dio cuenta que lo observaba, pero yo rápidamente corrí mi vista a mi lado derecho, apoyándome en la pared, rendida.

- Te llamas Liam. ¿verdad? ― Dije con la intención de al fin escuchar su voz.

Una sonrisa burlona apareció en la comisura de sus labios.

- Sí.

Lo pronunció tan rápido, que no alcancé a escuchar su voz gruesa. Grandioso. Era un chico de respuestas cortas. ¿cómo podremos hacer los orales y todos los trabajos de biología?

Me volví a apoyar en la pared, rendida, lamentándome. “Este año será pésimo y cansador”.

- Así es, me llamo Liam.

Su voz era gruesa pero suave a la vez. Lo miré confundida, tal vez se haya dado cuenta de que me cansé de intentar hacerlo hablar.

Le sonreí otra vez, al parecer, esto no sería tan difícil después de todo. Él volvió a sonreír, pero su sonrisa no era nada agradable, se estaba burlando de mí, aguantaba la risa.

- Mira, ¿me harías el favor de ayudarme a terminar este trabajo? Irá para el semestre, es una nota importante. Y será de los dos.

- ¿Qué clase de favor?

- De terminar el trabajo. Que seas nuevo aquí no significa que tu primer día no tengas que hacer nada. El profesor nos hace hacer 5 trabajos en clase y nos envía otros 3 para llevarnos. Así que tendremos que juntarnos. ¿Tendrás tiempo libre algún día?

― No tengo tiempo libre.

― Yo tampoco tengo, pero trato de correr otras cosas y dejo tiempo para esto, que SÍ es importante.

Él movió sus hombros, sin mostrar importancia y preocupación por lo que estaba diciendo.

- Shakespeare. 

- ¿Ah?

- Leo sus libros.

- ¿Y qué tiene que ver con biología ahora?

- Me preguntaste si tenía tiempo libre, y te dije que no. Te contesté que no tengo tiempo libre porque leo libros de Shakespeare y otras cosas más importantes. “«Estoy todo el tiempo en multijugador.»”

- Oh, bueno.

- Yo te conozco más de lo que tú no piensas.

- ¿Qué? ― ¿De qué se trataba eso? ¿Quién era él?

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Yo sé cuáles son tus debilidades.

Me acomodé, mirando hacia él.

- ¿Mis debilidades? ¿Y cuáles son?

- Juzgar. 

- ¿Y la segunda? ― Dije con mucha curiosidad.

- Confías en las personas equivocadas ― Dijo mirando hacia Jason, mi amigo.. ¿Qué? ¿De qué está hablando?

- ¿Y la tercera?

- Tienes miedo a las cosas nuevas. Tardas en acostumbrarte a cualquier cosa que venga de golpe.

- ¿Y cómo sabes tú todo eso?

- Y la cuarta, es, que tienes miedo a que un día no puedas controlarte.

Mi respiración se hizo anormal. ¿Cómo sabía él todas esas cosas? Yo solo las he descubierto a medida que iban pasando los años, pero jamás se las había contado a nadie.

- ¿Cómo sabes tú todo esto? Respóndeme ― Exigí. Sentía mi corazón golpeando fuerte en mi pecho, y comencé a sentir calor. 

«Presión baja.» 

Él no contestó. ¿Intentaba asustarme? No dejaré que este chico, Liam, me quiera intimidar. 

- ¿Has hecho algo ilegal?

- No. Pero, ¿por qué no preguntas algo más normal? No lo sé, ¿cuál sería mi artista favorito? O ¿qué es lo que sé hacer?

- No voy a preguntar lo que ya sé.

Dios mío, aunque no lo quiera admitir, me estoy asustando.

- Apuesto a que no sabes cuál instrumento toco.

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Espero que les guste.

-A