Capitulo 4: Lara Rogers

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-¡Lara!-exclamé para después correr a los brazos de Lara y fundirme con ella en un abrazo. Sentía el típico amor de una amiga. Sentí como ella correspondía a mi abrazo.

-Tontuela, ¿Dónde estabas?-susurró en mi oído. Me sentía como una verdadera niña pequeña.

-En mi casa, no fuiste por tu abrigo-me separé de ella y retrocedí un poco. Lara me miró extrañada hasta que se dio cuenta de una tercera persona. Ella miró a Rubén y sonrió.

-Ah, vale, lo siento, debí ir, soy estúpida-rió y acercó su mano a Rubén-Mucho gusto, soy Lara, la súper heroína de Anna-se escuchaba en su voz una voz triunfante. No pude evitar reír mientras Rubén correspondía al saludo.

-Rubén, es un placer conocer a la héroe de Anna-De verdad amaba cuando él decía mi nombre, era perfecto. No podía creer lo que él lograba hacerme sentir en solo un día.

Lara sonrió y tomó mi mano, alejándonos un poco de Rubén. La verdad no quería separarme de él, así que esperaba que ella fuera directa y dijera todo rápido. No podía esperar a volver a estar cerca de él.

-Hoy me ha llegado un mensaje, me he asustado mucho-Su voz sonaba preocupada  y asustada. En sus ojos miraba miedo.

-¿Qué ha pasado?-pregunté preocupada por Lara, esperaba que no pasara nada.

-No lo sé, me han dicho que tengas cuidado con Rubén, que no es un tipo de fiar-susurró ella, diciéndome el contenido del mensaje que ella había recibido. Una persona, solo una pasó por mi mente y dudé si podía referirme a él como persona.

-¿Quién lo ha mandado?-apreté suavemente mis manos como puños.

-Es un número desconocido, no existe-dije claramente las palabras, las separó, de forma que se entendiera mejor.

-Aiden…-susurré muy bajo, pensé que ella no me había escuchado, ¿Es que estaba loco? ¿Quería asustar a mi amiga? Pues lo estaba consiguiendo.

-¿Aiden?-preguntó extrañado. Mordí mi labio al darme cuenta que, efectivamente, me había escuchado, mi cuerpo sintió una corriente eléctrica pasar por cada rincón profundo de mi cuerpo, temblé.

-Sí, Aiden-susurré afirmando-Luego te cuento, ¿vale?-Ella asintió y suspiré aliviada-Pero no le digas nada a Rubén, ¿Quedas?-ella asintió rápidamente, ni ella ni yo queríamos regarla.

-Bueno, me iré. Tengo clase y veo que estás ocupada. Más tarde vengo por mi chaqueta-me guiñó el ojo y caminó contenta, perdiéndose en la neblina de aquel día, regresé al lado de Rubén, pero está vez mis piernas temblaban.

Llegué y tomé la mano de él. Solamente sonreí mientras volvíamos a retomar nuestro camino de hace unos minutos. Apretaba suavemente la mano de Rubén y el rozaba nuestros dedos, creando aquella chispa inquietante. Duramos un buen rato caminando hasta que él se detuvo.

-¿Pasa algo, Rubén?-Lo miré y me acerqué un poco a él, hacía un poco más de frío, y al lado de él me sentía bien.

-No, estoy bien-sonrío y besó mi mejilla. Mi rostro se puso rojo y caliente. Me había ruborizado. Noté en Rubén una sonrisa pícara. Joder, Anna, me estoy cabreando. Dile a tu noviecito que no ande mostrándote cariños cuando estoy yo, escuchaba a Aiden quejarse de Rubén. Negué sonriendo y me acerqué esta vez yo, besando la comisura de sus labios.

-Vale, te creo-caminé y lo pasé un poco, sin soltar su mano. Él estaba detrás de mí, siguiéndome. Se acercó de repente y me abrazó por la cintura, pegándome suavemente a él, me ruboricé y puse mis manos sobre las suyas, acariciándolas.

Estuvimos caminando unos minutos en esa posición. No me sentía incomoda, quería estar así todo el tiempo con él, ¿Cómo me hacía sentir este tipo de cosas? Su voz me saco de mis pensamientos, ya que habíamos llegado a un extraño lugar. No reconocía que lugar era. Pensamientos vagos se asomaron en mi mente.

-¿Qué lugar es este?-le pregunté a Rubén. El me miró  y sonrió. Besó mi mejilla y yo sonreí aún más.

-Aquí, es el lugar donde tuvimos nuestra primera cita-susurró él y mi piel se erizó. ¿Cita? Reí bajo.

 Cuando entramos en aquel lugar me di cuenta de algo. Yo era de estatura un poco baja y me di cuenta que Rubén estaba casi agachado para poder abrazarme. Me di cuenta de aquello ya que  cuando me separé de él, miré que estaba muy alto. No me había percatado de que era demasiado alto para mí. Sobre todas las cosas era muy delgado, era demasiado guapo, alto y delgado. Su cabello y sus ojos eran hermosos, ¿Es que no podía haber alguien más perfecto? No señor, solo él. Nos acercamos a una mesa y nos sentamos. No había mucha gente, el lugar estaba tranquilo. Me ruboricé al sentir que me miraba mucho.

-¿Qué es este lugar?-soné como una persona que no conocía nada, que tenía la mente en blanco. Lo escuché reír y fruncí el ceño, ¿tan obvia era?.

-Es una cafetería, cielo-su dulce voz impregnaba en mi oído y era realmente hermoso.

-¿Venden café y esas cosas?-El asintió. Recordé un poco, un lugar como esté y un hombre conmigo. Apuesto como el que ahora estaba frente a mí-Creo que recuerdo algo.

-¿De verdad?-Los ojos de aquel brillaban con la esperanza de que yo pudiera recordar, pero lamentablemente era lo único que recordaba. Mi mente no daba para más-¿Qué recuerdas?

-No mucho-el brillo en sus ojos palideció y tragué seco-No te preocupes, poco a poco recordaré-susurré tomando su mano. Rubén solamente se limitó a sonreír de lado, ni siquiera una sonrisa completa.

-¿Quieres algo de comer?-Lo escuché hablar unos segundos después de aquella escena un poco incomoda.

-Tú me conoces más que yo a mí misma, pide algo-susurré y el sonreía al mirar a un chico acercarse a nosotros. Leí el nombre en un pequeño cuadro de metal que estaba en su ropa, Anthony. Un chico de ojos claro azules, no eran mi tipo. Mi tipos eran los que se parecían a Rubén. Sonreí mirando a Rubén mientras el pedía unas cosas para comer. El joven se fue y él se dio cuenta que yo lo observaba.

-¿Qué tanto vez, chiquilla?-me preguntó.

-N..Nada-tartamudeé, como la vez cuando conocí a Lara. Él sonrió-¿Siempre sonríes?

-Eso creo, solo cuando estás conmigo-afirmó mirando que el mismo chico de hace rato se acercaba a nosotros con unos chocolates calientes.

-Gracias-le dije al muchacho que me miró y sonrió, ¿Por qué todo el mundo sonreía? Acerqué la taza con el chocolate y le di un sorbo. ¡Madre mía que esa cosa quemaba! Aleje la taza rápidamente- ¡Joder!, ¡Esto quema!

Rubén comenzó a reír, de una forma un poco extraña. No lo había escuchado reír así, su risa era contagiosa y yo también comencé a reír, Lo acababa de ver y a pesar de no recordar nada, sentía que lo quería demasiado, como antes. En un momento nos quedamos quietos. Él se acercó, estaba tan cerca que me colocaba nerviosa. Temblé suavemente y él lo notó.

-¿Tienes frio?-susurró cerca de mis labios y rápidamente asentí, estaba muy nerviosa-¿Quieres que te abrace?-asentí, para todo asentía. Estúpida Anna. Escuchaba su voz, la voz de él, de Aiden. Ultimadamente él no podía mandar en mi vida. YO era la que decidiría, no él. Si yo quería estar con él, debía respetar mi decisión. Su mano me saco de mis pensamientos, la agitaba con cierta curiosidad frente a mi rostro.

-¿Anna?-preguntó el chico, dejando su mano al notar que lo miré.

-Lo siento, estaba pensando en unas cosas-susurré y miré nuestras manos. Me ruboricé levemente y sonreí.

-¿Quieres que vayamos a casa?-susurró él y yo asentí. Espera, ¿Dijo casa? ¿Vivíamos juntos? Esto sería el colmo para Aiden.

-¿Vivimos juntos?-escapó de mis labios, el asintió risueño-¿De verdad?

-Sí, Anna, ¿Creías que vivía en casa de tus padres, pequeña tontuela?-Yo asentí nuevamente, Lara y el me habían dicho tontuela, me extrañó.

Me levanté y él se levantó rápidamente, estirándome su mano. Caminamos a la caja y pagó los dos chocolates. No podía dejar de mirarlo, era realmente atractivo. Tenía demasiada suerte de tenerlo a mi lado. En menos de un segundo me coloqué nerviosa, recordando que vivíamos juntos. ¿Qué pensaría Aiden?  O peor, ¿Qué pensaría Rubén cuando le confesara todo? Rubén volvió a sacarme de mis pensamientos. Estaba muy ida, me perdía en mis pensamientos y eso preocupaba a Rubén. Salimos de la cafetería, dirigiéndonos a nuestra casa. Estaba muy nerviosa, los nervios estaban a flor de piel, Rubén tomaba mi mano y yo solo miraba las casas, mirando cual podía ser la nuestra.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora