Capítulo 50: Laboratorio de portales.

440 19 5
                                    

Al despertar, un fuerte dolor me invadió la cabeza, haciéndome sentir mareada y ver que todo a mí alrededor se movía con fuerza. Lo curioso era, que también sentía un dolor en mi pecho, ¿Aiden? Comencé a llamarlo, pero él no contestaba, Aiden, no es gracioso. Contéstame, pero el dolor era indescriptible, algo me hacía falta. Y claro, me hacía falta Aiden. Hijo de su madre.

Cerré los ojos, recostándome nuevamente en el sofá, donde me habían acostado cuando me dejaron inconsciente. Me senté lentamente luego de unos minutos y abrí los ojos.

Era una oficina bastante grande, teniendo como objeto central el sofá largo y café en el que estaba. Me levanté de este y comencé a caminar alrededor de cada rincón de esa extraña oficina, era muy espaciosa y tenía pocos muebles. Estaba paseándome por un mesón, acariciando suavemente con la yema de mis dedos unas decoraciones muy bonitas que descansaban en aquel mueble, cuando de pronto las puertas se abrieron, deslizándose hasta abrirse por completo, rápidamente me volteé, mirando a la persona que estaba aproximándose.

-¿Dr. Lewis?-Pregunté, quedando sorprendida de encontrármelo.

-¡Anna!-Exclamó, aproximándose a mí y fundiéndose conmigo en un cálido abrazo.

Entré en shock por un segundo, sin saber cómo poder corresponderle al doctor esa muestra de cariño. No era un abrazo de mi padre, o de mi madre, o de Mary, y eso me hacía llorar. Lágrimas comenzaron a salir por mis mejillas, y al parecer el doctor lo malinterpretó.

-No llores, Anna. No me he ido-Susurró, separándose de mí y quitando las lágrimas que se deslizaban rebeldes por mis mejillas.

-¿Q..Qué ha…ce aquí?-Pregunté, al ver que en la parte superior de la entrada estaba el sello de la DPA y la CIA, juntos y fundidos en oro como si fuera algo sumamente importante. Vaya mierda.

-Es una larga historia, Anna, pero me alegra que estés sana y salva-Dijo sonriendo y aproximándose a un escritorio que estaba frente al sofá.

Yo lo seguí un poco confusa hasta que se sentó y me ofreció sentarme en una de las sillas que estaba frente al escritorio.

-Si…bueno… casi me descalabran la cabeza cuando venía. Fue una grosería que me golpearan. Solo me hubieran dicho que querías verme y ya-Dije un poco desconcertada y recargándome en la silla. Me cruce de brazos mientras miraba fijamente a Robert.

-Te pido una disculpa, le dije a Andrew que no fuera tan violento contigo-Comentó y rebuscó unas cosas entre unos papeles.

-¿QUÉ? ¿ANDREW?-Me levanté rápidamente de la silla, haciendo que Robert dejara sus papeles y me mirara-¿Es que acaso estás loco? Sabes perfectamente lo que Andrew quiere, no me salgas con que el fue a por mi-Dije y luego capté, mirando hacia cada lado,  observando cada cosa y la cara de miedo de Robert-Un segundo... ¿TRABAJAS PARA LA CIA? ¿QUÉ TE PASA?-Pregunté ya histérica,

-Anna, tranquila, solo estoy haciendo unas cosas para ellos.

-¿AH SI? ¿UNA BOMBA ATOMICA ACASO?-Dije caminando desesperadamente, sintiendo nuevamente esa sensación dolorosa en mi pecho-Otra cosa-Dije más tranquila y Robert me miró atento-Siento algo en mi pecho, y Aiden no está.

-Ah-Rio y se levantó de la silla, aproximándose a mi-He diseñado un campo para que las entidades no entren ni salgan de aquí, así es más seguro.

-Pero… No puedo estar sin Aiden-Dije, llevando una mano a mi pecho y sintiendo como dolía.

-Bueno, lamentablemente no puedo hacer nada-Hizo una mueca de desaprobación, pero rápidamente esa mueca fue reemplazada por una gran sonrisa-Pero ven, quiero mostrarte algo, Anna.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora