Capítulo 45: Amigos. (Especial 10.000)

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No hay nada mejor que aspirar Londres. Estar en el avión y de cualquier forma sentir que estás en casa. Porque de verdad lo estaba. Después de otra temporada fuera volvía a mi lugar natal, e iba a quedarme aquí hasta morirme. Ya no iba a escapar de mis temores e iba a afrontarlo con valentía y fuerza. Nada podía pararme, ni siquiera Andrew.

Con mis pensamientos a mil por hora, me dirigí a la parada de taxis y esperé ahí, con los brazos cruzados y sacudiendo ligeramente mis brazos para conseguir algo de calor, me estremecí y estiré mi mano, haciendo señal a un señor de unos 60 años que conducía un autobús con destino a Oxford. Entré y comencé a caminar por el pasillo, buscando un asiento libre.

Dentro, era más cálido, la calefacción hacía que el camión estuviera a una temperatura neutral, ni tan frio ni tan caliente. Desgraciadamente la ropa que tenía puesta no era la adecuada para Londres. Me senté cerca de la ventana, recargué mi rostro en la ventana y la empañé con mi cálida respiración. Suspiré y comencé a tararear You Found Me, cerré los ojos y me sumí en un tranquilo y pacifico sueño.

Cuando desperté nos encontrábamos cerca de Oxford, había dormido cerca de 45 minutos  y mi cuerpo estaba agarrotado y se me dificulto estirar mi cuerpo sin quejarme. A mi lado, un joven de cabello negro miraba hacia el lado contrario de la ventana, como perdido o pensando en una cosa, tenía tatuajes por todo su cuerpo y la única prenda que lo cubría era una camisa de tirantes negra y holgada. Justo como la que lucía Ed en mi sueño. Cuando sintió mi mirada se giró y me miró. Me puse un poco nerviosa, tal vez porque su mirada de repudio ocupaba toda su cara.
Se acomodó el cabello con los dedos y se enderezó en el asiento, mirando al asiento que estaba frente a él. Luego, volvió a mirarme, haciendo como un juego de miradas en el que caí, y justamente ambos volteábamos y nos mirábamos. Dirigí la vista a la ventana y comencé a reír silenciosamente, pero al parecer el notó que me estaba riendo.

–¿Se puede saber que es tan gracioso? –Me preguntó cortante.

Me quedé callada por unos segundos, tratando de controlar la postura y recargué mi brazo en el borde de la ventana.

–No lo sé.

El solo bufó y miró hacia afuera.

–Lo siento, es solo que tu cara se me hace muy familiar.–dijo escupiendo las palabras de sus labios, como si no quisiera hablar–Soy Ellis.

Ellis. Ese nombre me sonaba demasiado, pero no recordaba dónde lo había escuchado antes. Tal vez vagamente entre mis recuerdos, o había sido solo el personaje de alguna película, o un amigo lejano que no recordaba.

–Anna.

Él sonrió de lado y asintió

–Como la amiga de Kira–Dijo para sí mismo, como en un intento de pensar que era una coincidencia. Se cruzó de brazos y soltó aire pesadamente.

Pues sí. Tenía sentido, Ellis y Kira eran novios antes. Y entonces recordé porque me sonaba familiar su nombre.

–Ellis. Soy yo, Anna.

Él me miró unos segundos sin poder creérselo. Sus ojos estaban abiertos de par en par, como platos y su boca ligeramente abierta. Estaba perplejo, en shock. Y yo tampoco podía creérmelo. Me abrazó fuertemente y con una sonrisa en sus labios se separó para tocar mi cabello y mi rostro.

–Hace tanto tiempo, Anna.

–Si–Dije, sonriendo y poniendo mis manos sobre sus hombros.

–Creí que solo era una imaginación y que me estaba volviendo loco.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora