Capitulo 25: La verdad.

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Y aquí estaba, nuevamente, en casa de mis padres, con una sonrisa iluminada en mi rostro y con la esperanza de verlos nuevamente, estaba emocionada y a la vez un poco nerviosas. Creo que una semana sin ver a mis padres era un poco extraña. Me temblaban las piernas solo de pensar en volver a abrazar a mi padre o a mi madre, después de que supieran que ya había recobrado la memoria.  Aún traía la misma ropa de la mañana, no me había vestido ni nada, tenía pereza. Aparqué el coche y lo apagué. ¿No te da un poco de miedo? Realmente no. Me sentía cómoda de estar nuevamente en esta vieja casa. Me bajé del coche y tomé mi abrigo, el de Lara, caminé pesadamente hasta la puerta y di tres toques. Estuve alrededor de unos cuantos minutos afuera, congelándome del frio y nadie me habría. Mis dedos comenzaran a perder movilidad, por lo que volví a tocar la puerta ahora con más dificultad. Nada. No habrían,  y no quería gritarles. Acerqué mi mano temblorosa a la perilla, la giré y mágicamente esta abrió. Entré en la casa, no veía a mis padres por ningún lado, ni siquiera escuchaba a Drew. Esto no me da buena pinta. Entré en la sala y mis padres estaban ahí, sentados, esperándome. Drew estaba durmiendo tranquilamente en un portabebé, sin comprender nada, sin importarle nada, solamente dormir a gusto. Me acerqué a mis padres un poco nerviosa. El semblante de ellos era muy frío. ¿Por qué de pronto se comportaban así?

-¿Mamá?-pregunté casi con un hilo de voz.

Miré a lo lejos como una lagrima se asomaba por su ojo y rodaba por su mejilla. No lo comprendo. Tragué seco y miré a mi padre, que mantenía su rostro firme, serio y frío. No me acordaba verlo así en toda mi vida, desde….

Desde que me dejaron con el Dr. Lewis.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y rapidez.

-Anna… Si ya recuerdas todo es mejor que te digamos la verdad-Dijo mi padre que me señalaba el sofá que estaba frente a ellos.

Tiré la mochila en la entrada y me acerqué rápidamente al sofá. Quería que de una vez me dijeran que sucedía. Miré a Drew, permanecía aun dormido, tan quieto que daba miedo. Lo observé durante un rato.

-¿Qué pasa? ¿Es algo relacionado con Drew?-me sorprendió lo rápido que hablé y como las palabras se tropezaban  al querer salir rápidamente de mis labios.

-Me duele con todo el alma…

-¡¿QUÉ LE SUCEDIÓ A DREW?!-Pregunté casi histérica.

-Anna, siéntate. Drew está bien-Mi madre habló con la voz entrecortada. Seguían cayendo lágrimas de sus ojos y no comprendía lo que sucedía con mis padres. Me levanté del sofá y me acerqué a mi padre. Me hinqué frente a él y tomé sus manos.

-Dime…

-Anna… No hagas esto-Miré como mi padre se quitaba sus lentes, los limpió con un trapo especial y volvió a colocárselos-Esto no es fácil de decir.

-Entre más pronto mejor…-esto comenzaba a estresarme, a agobiarme. A sofocarme. Necesito saber qué es lo que me quieren decir, que es lo que me están ocultando. Son mis padres, deben de confiar en mí como yo confío en ellos. Necesito que me digan ese secreto oculto que tienen entre los dos, algo que sé, desde que soy pequeña, nunca me han dicho.

-Anna…-Mi padre se acomodó en el sofá y se acomodó los lentes. Me miró lo más serio posible, sin ninguna gota de preocupación en su rostro. Sin ninguna emoción. Comenzaba a darme miedo-Yo…Tu madre…

-¿Qué?-Comencé a separarme de él, no me gustaba el rumbo que estaba tomando esta conversación.

-Anna, lo diré… Nosotros no….somos…tus padres.

-¿QUÉ?

-Anna-Intervino Helen. No podía llamarla madre después de lo que habían dicho los dos. Mi vista se nubló a causa de las lágrimas que querían salir de mis ojos.  Ellos no eran mis padres. Yo nunca había hija de ellos. No merecía el apellido Holmes y ellos simplemente me lo habían ocultado todo este tiempo. 23 años y ellos no se habían dignado a decirme que no eran mis padres.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora