Capitulo 19: La quedada.

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Los chicos estaban desayunando en el comedor los panqueques que había preparado con ayuda de Liz. Ambas estábamos sentadas juntas, a nuestros lados, nuestros respectivos novios. Platicábamos de diversos temas, mientras compartíamos la mesa con el resto de los chicos.

-He, chicas, ¿De qué hablan?-Preguntó Luzu el curioso. Estaba frente a nosotros. Lo miramos alzando la ceja-¿Qué? Solo quiero saber.

-De nada, Luzu-Sonreí-Cosas de chicas.

-¡Me cago en las cosas de chicas!-Exclamó Cheeto, que se levantó rápidamente de la silla-Siempre son cosas de chicas y es asqueroso. Me iré a jugar videojuegos, si quieren venir, vengan-Fue al lavavajillas y dejó su plato ahí junto con el vaso. Se fue a la sala y cuando el salió yo me levanté.

-Yo voy-Rubén tomó mi mano y me acerqué a él-Vamos-besé su mejilla y me alejé de él, acercándome al lavavajillas. Puse el plato y mi vaso encima del de Cheeto-¿Quién va a lavar los platos?-Volteé y Willy levantó la mano. Lo miré sorprendida-¿Tu?

-Si-Samuel le golpeó el codo y Willy le dio una cachetada. Rubén apareció atrás de mí y puse los platos encima de los mios.

-Vamos-Me llevó a la sala casi arrastrándome y al llegar, vimos a Cheeto jugando Super Smash Bros. Llegué por detrás de él y cubrí sus ojos, haciéndole perder una vida.

-¿Qué mier…?-Destapé sus ojos y él se dio cuenta que había perdido una vida-¿Qué? ¿Pero qué les pasa?-Se giró hacia mí y yo mordí mi labio.

-Lo siento-Hice puchero y me acerqué a Cheeto, depositando un beso en su mejilla. Lo escuché suspirar y me separé, ya que escuché mi móvil sonar. Revisé el identificador. Andrea-¿Hola?-Contesté, colocando él móvil sobre mi hombro y pegando mi oreja a él.

-¡Anna!-La voz de Andrea se escuchaba del otro lado del teléfono, sonaba feliz, contenta. Eso me gustaba. Parecía que la tenía justo frente a mí con esos cabellos negros y su sonrisa tan peculiar.

-¿Qué pasó, Andrea?

Hubo una pausa antes de que ella volviera a hablar, escuchaba como murmuraciones, pero no le tomé importancia, esperaba a que me contestara. Mientras esperaba, los brazos de Rubén me rodeaban la cintura y me acercaban a él. Aiden se enojará, pensé. Reí para mis adentros y miré como todos comenzaban a llegar y se sentaban en el sofá.

-Em… ¿Crees que podamos quedar esta noche? Ya sabes, Salir a la calle, ver Oxford-Al parecer Andrea estaba nerviosa de pedirme que saliera con ella en la noche.

-Claro, me encantaría, ¡Callense, idiotas!-Grité, los chicos no me dejaban escuchar con sus gritos de nenas-Lo siento, estoy con unos amigos.

-No te preocupes, ¿Entonces a las 8 en la cafetería? Puedes traer amigos  si quieres, yo llevaré a mi hermano.

-Me parece perfecto. Entonces hasta las 8-Me despedí de Andrea y colgué el teléfono.

Todos estaba mirandome, tan interesados estaban en mi, que pausaron el juego para prestar atención a cada palabra que intercambiaba con Andrea. Los miré y fruncí el ceño. Rubén aún me abrazaba, sentía sus brazos rodearme.

-¿Qué están mirando?-Pregunté curiosa alzando las cejas-¿Tengo algo en la cara?

-No-dijo Mangel fingiendo una toz falsa. A su lado, Liz me miraba negando con una sonrisa.

-Ustedes sí que son raros-Caminé a un sofá que estaba desocupado y Rubén y yo nos sentamos ahí.

El me abrazaba mientras observábamos como los chicos se mataban en el videojuego y como algunos saltaban, sintiéndose dentro del juego. De vez en cuando, Rubén y yo soltábamos la carcajada. Pasó un rato y Cheeto me ofreció un mando. Lo tomé y escogí a mi personaje favorito: Pikachu. Yo antes había jugado ese juego y en la misma consola. Así que era toda una experta usando mi personaje. Cuando comenzó la partida comencé a quitarles vidas a todos. Cheeto era el único que lograba bajarme una vida, y yo dos. Al final, quedé en primer lugar, en segundo Cheeto, tercero Luzu y los demás en los otros lugares. Le comenté a Rubén que Andrea me había invitado a salir esta noche y quería que estuviera conmigo. El aceptó, y también queríamos invitar a Mangel, a Liz y a Samuel pero no podíamos hacerlo frente a todos. Esperamos a que se fueran, y una vez que se fueron los tomamos a los tres y los llevamos a la cocina. Ahí ellos nos miraron extraños, no sabían que tramábamos.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora