Capitulo 32: ''Un día normal'' Parte I

584 18 0
                                    

Rubén llegó una hora después. El lugar sí que estaba lejos de la casa de los abuelos. Según el, había ido lo más rápido que se podía. Me tomó en sus brazos y me subió en el coche de Richard. Una vez que subí al coche, todo se apagó a mí alrededor. Todo se volvió negro. Me había quedado profundamente dormida en el coche de Rubén, dejándome llevar por mis sueños y el cansancio que sentía en esos momentos. Todo a mí alrededor se detuvo. Al pasar las horas, escuché la puerta de mi lado abrirse, sinceramente estaba más dormida que despierta. Escuchaba el sonido del cinturón de seguridad abrirse. Unos brazos me sostuvieron y me condujeron a un lugar cálido. Unas voces hablaban en noruego, supuse que sería el abuelo de Rubén que hablaba con él. Me aferré al pecho de Rubén escondiendo mi rostro en su cuello. Podía sentir la calidez que me transmitía su cuerpo, y lo segura que me hacía sentir. Lo siguiente fue que sentí como me colocaba sobre algo realmente suave, y deduje que sería la cama de la habitación de Rubén, me acomodé en él, quedando de lado y en cuestión de segundos sentía una manta arroparme. La tomé con la mano, cubriendo el resto de mi cuerpo. Hubo un gran silencio en la habitación, pero sabía que él estaba ahí, y peor aún, que estaba llorando en silencio. Podía escucharse como sollozaba por lo bajo. Eso me partía el corazón. Pero estaba dormida, como en una especie de coma. Lo sentí tomar mi mano fuertemente y sentí que me derretiría.

-Creí que no te iba a recuperar…Pensé que te perdería-Susurró y besó mi mejilla, dejándola húmeda.

Entonces abrí los ojos y lo miré, acaricié su mejilla con mi mano y luego pasé mis dedos por su cabello. Enredé mis dedos en su cabello y sonreí débilmente.

-¿Qué pasa?-murmuré dándome cuenta de sus lágrimas corriendo por sus mejillas sin parar- No llores-Con todas mis fuerzas me senté en la cama y tomé su rostro con mis dos manos-Estoy aquí. No me iré-Limpié sus lágrimas con la yema de mis dedos y besé su nariz. Junte nuestras frentes y miré sus ojos perfectamente verdes-Te amo-Susurré y junté sus labios con los míos en un tierno beso.

    Todo mi cuerpo temblaba y estaba muy nerviosa. El aún no había correspondido a mi beso, tal vez por la sorpresa o por que no se esperaba que lo besara. Pero al final de cuentas correspondió, haciéndome sentir completamente dichosa y feliz.

-Siempre estaremos juntos, Rubén-susurré sobre sus labios, sin dejar de acariciar su rostro. Una lágrima rodó por la mejilla de mi amado, la cual al instante limpié. Me separé de él y sonreí. Él también sonrió, tiernamente, como me encanta.

Se acostó en la cama y me coloqué al lado de él. Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, yo no dejé de mirarlo, a sus ojos, su boca, sus cejas, todo en él era hermoso. Quería llorar. Nuestros dedos jugaban traviesos con una sonrisa irremplazable en el rostro de Rubén. Besé sus labios nuevamente, justo cuando iba a hablar. Rio por lo bajo, pero correspondió al  beso al instante. Una de sus manos se puso del otro de la cama, y se colocó sobre mí. Me estremecí, pero sin dejar de besar sus labios. Era lo único que quería en ese momento. Sus manos acariciaron mi rostro y yo pase mis manos por su cuello, acariciándolo y sintiendo como su piel se erizaba ante el contacto de mis manos en su cuello. Sus besos recorrieron todo mi rostro, pasando desde mi frente, a mis ojos, mi nariz, mis mejillas y mis labios. Lo acerqué un poco más a mí, sintiendo su respiración agitada chocar con la mía. Negué sonriendo y lo escuché susurrar te amo. Un cosquilleo inundó mi estómago y esa necesidad de volver a conectar con sus labios se hizo presente. Cuando estaba a punto de besarlo se separó negando. Lo miré extrañada.

-Estamos en casa de mis abuelos, linda-Susurró sobre mis labios, depositando un suave beso en mis labios. Se acomodó a mi lado, dejándome un espacio para que me acostara pegada a él.

Me acosté y cerré los ojos, respirando el olor de su perfume y de su ropa. Poco a poco me fui quedando dormida en sus brazos, sintiéndome nuevamente yo a su lado, sintiendo como todo desaparecía, quedando solo él y yo en una niebla que nos protegía.

Más Allá (ElRubius fanfiction, EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora