Siento como Matty y Gracy me están mirando pero no dicen nada.
No sé que decir, no me lo esperaba y menos de mi hermana. Todo el mundo pasamos por malos momentos, pero nadie tiene derecho de reaccionar así, yo nunca le habría dicho eso. Sus palabras retumban en mi cabeza, quizá tenga razón y todo el mundo al fin y al cabo me abandona. ¿Soy una persona egoísta? Solo quiero el bien de mi familia y de las personas que me rodean... Me siento tan vulnerable ahora mismo, desearía poder meterme en una burbuja y no salir de ahí en un buen tiempo, pero lo único que se me ocurre es salir corriendo.
— Julie —grita Matty a mi espalda
— Déjala Matty, necesita un tiempo sola —escucho como le susurra Gracy.
Estoy en la habitación de Matty, como toda la casa el suelo es de madera y chirría un poco a mi paso, es mas grande que el resto de habitaciones, las paredes son de color azul, como el mar. Tiene estanterías de madera colgadas de la pared, con algunos libros, y trofeos. En su mesa de noche hay un cuadro con una foto, es una mujer bastante guapa, su piel se ve tan reluciente y suave, tiene el pelo rizado de color castaño claro, con reflejos rubios gracias al sol que supongo que habría ese día, tiene una sonrisa preciosa. A ambos lados de ella hay dos niños, una chica y un chico, de unos doce años, están abrazados a ella. Felices.
— Es mi madre —la voz grave de Matty me sorprende y dejo el cuadro en su sitio levantándome de la cama.
— Lo siento... Yo... —meto mis manos en los bolsillos traseros del pantalón. — No tendría que haber tocado nada.
— No, no, tranquila... —pasa por mi lado, sentándose en la cama. — Teníamos doce años. Ese día habíamos ido a dar un paseo por un parque que nunca había visto a las afueras de california. — mira la foto. — Mi madre era la loca de las fotos, siempre quería hacernos fotos a mi y a mi hermana, decía que las fotos era el recuerdo más valioso que podríamos tener y esa... fue la última foto que nos hicimos...
— ¿La última? —le pregunto confundida sentándome a su lado. —se queda un segundo en silencio y coge aire.
— Al salir del parque un conductor que iba borracho, supongo la atropelló, y se dio a la fuga... —mira al suelo. — Los médicos intentaron hacer todo lo posible, pero murió.
— Lo siento mucho... —paso mis brazos por su cuello abrazándolo.
— Lo único que sé es que el hijo de puta que mató a mi madre y destruyó mi familia sigue suelto, y está aquí, y haré lo posible por encontrarlo y hacerle sufrir como el nos ha echo sufrir a nosotros.
— Matty... —le acaricio la cara con la yema de mis dedos. — No creo que la venganza sea lo adecuado, entiendo por lo que pasaste, y lo que estás pasando. Pero no creo que ir detrás de una persona sea la solución perfecta.
— Tu no entiendes nada —grita, apartando mi mano de su cara.
No entiendo por que reacciona así, me pilla por sorpresa. Me quedo sentada en la cama, mientras el permanece con los brazos apoyado en las rodillas mirando al suelo.
Permanecemos un rato en silencio. Hasta que decido hablar.
— Creo que es mejor que me vaya... —me levanto pasando las manos por mi camiseta, alisándola.
— Quédate —tiene la mirada triste, y por primera vez en mucho tiempo puedo mirarle a los ojos sin sentir vergüenza.
— ¿Y donde duermo? —puedo ver una pequeña sonrisa en sus labios.
— Conmigo. —me mira. — O si lo prefieres yo puedo dormir en el sofá.
Me lo pienso por un segundo, la idea de dormir en la misma cama que el es alentadora, pero me resisto, y asiento encogiéndome de hombros.
— Oye —grita Gracy desde la planta de abajo. — Creo que ya habéis pasado demasiado tiempo ahí arriba ¿no? —su tono no es de enfado, más bien sabemos que esta de broma, lo que me hace soltar una carcajada.
— Voy a bajar, no quiero que a tu hermana le de un ataque por estar tanto tiempo sola —sonrío y bajo la escalera encontrándome con Gracy acostada en el sofá.
— Por fin —exclama. — Estaba a punto de volverme loca aquí sola —ríe.
— Voy a llamar un momento a mi madre, enseguida vuelvo —salgo de la casa cerrando la puerta detrás de mi.
Sé que vivimos prácticamente al lado, pero no quiero ir a mi casa y que mi madre me monte un espectaculo, ya sé que no le gusta Matty, el por que no lo sé, pero ya tengo dieciocho años, y puedo decidir con quien estar.
— Hola cariño, ¿qué pasa? —contesta al fin mi madre, después de cinco llamadas.
— Te llamo para que sepas que me voy a quedar en casa de Matty y Gracy.
— Julie, no, ya te dije lo que pienso de ese chico. —Su voz suena autoritaria, pero me da igual, no estoy para sermones.
— Lo piensas tú, pero no yo, adiós —cuelgo.
Quizá esté siendo un poco dura con mi madre después de todo lo que ha pasado, pero ella también lo ha sido conmigo, sobretodo con las mentiras, y por culpa de sus secretos, mi mayor apoyo me odia. Ella fue la primera que me lanzó a los brazos de Matty, y ahora de repente no le gusta ¿Por qué? No lo puedo entender, no voy a cometer los mismos errores que ella. Quiero averiguar más de este chico, que a pesar de sus tatuajes y de su apariencia de chico duro, detrás de todo eso hay un enorme corazón echo pedazos.
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Un bonito caos
RomanceJulie es una chica normal y corriente, vive con sus dos hermanas y su madre en un pequeño pueblo de Londres. Tan solo bastó un fin de semana para que su vida diera un giro de 180 grados. Todo a su alrededor se tambaleó en un abrir y cerrar de ojos...