Permanecemos los tres en silencio.
Y yo pensaba que aquí iba a pasar desapercibida —estúpida—
— ¿Qué es lo que me tienes que decir? —clavo mis ojos en James que está mirando su cuaderno. alza la vista y me mira.
— Nada, en serio ¿Le vas a hacer caso? —alza las cejas.
— No creo que lo haya dicho por decir James, ni si quiera sé como ha sabido de la existencia de Matty.
— Se lo he dicho yo —la voz de Chloe me sorprende detrás de mi, y no puedo ocultar mi sorpresa al mirarla.
— ¿Qué has hecho qué?
— Me tenían acorralada en el baño Julie, y no paraban de preguntarme cosas, por más que decía que no sabía nada, más daño me hacía —me enseña sus muñecas enrojecidas. — No quería hacerlo, ellas ya conocían a Matty—lleva sus manos a su cara tapándose esta.
— No pasa nada —digo para consolarla, pero ¿Quién me consuela a mi? Apoyo mi espalda contra la pared resoplando.
Otro día más limpiando el comedor ¿En serio tengo que estar una semana así? Niego con la cabeza, limpiando una de las mesas que está llena de salsa de tomate seca.
Mi móvil vibra en el bolsillo de mi pantalón, meto la mano y lo saco de este, cogiendo la llamada sin ni siquiera mirar quien es.
— ¿Sí? —pregunto limpiando aun la mesa.
— Hola —un escalofrío recorre mi espalda al escuchar su voz, y sin querer el móvil se me escurre de las manos rebotando en la mesa. — ¿Julie?
— Esto... —cojo el móvil llevándolo a mi oreja de nuevo — Se me ha caído el móvil, lo siento. ¿Qué tal, Matty? —suelto casi sin respirar.
— Bien, bueno... Esto es diferente —suelta un suspiro y sé que en este preciso momento se está pasando la mano por el pelo. — ¿Y tú?
— Pues yo estoy limpiando el comedor —resoplo. —Parece que aquí comen niños de tres años ¡Qué asco!
Escucho como se ríe al otro lado del teléfono, y yo cierro los ojos.
— ¿Ya te han castigado? —dice divertido
— ¿Lo dudabas? —río. — Esto es tan diferente a Londres, oye... ¿Tú estabas en este instituto?
— Sí, ¿como lo has sabido?
— Entonces... ¿Conoces a James? —le digo al fin soltando el aire de mis pulmones.
Silencio.
— ¿Matty? —insisto pero ya ha colgado.
No entiendo nada, ¿Por qué no me dicen lo que pasa? Si no es nada del otro mundo. Tienen el poder de complicarlo todo cuando son tonterías, ¿A mí que más me da que ellos sean amigos? Aunque puede ser que haya algo más y no quieren que yo me entere, quien sabe. —sacudo la cabeza apartando esta idea.
Cuando termino de limpiar el comedor, me despido del conserje, un anciano pero muy amable hombre. —él más amable de este instituto diría yo—
Hasta mañana George —le sonrío despidiéndome con la mano.
— Hasta mañana Julie.
Como no, James está esperándome fuera.
— ¡Estoy muerta! —digo tirándome en el asiento del copiloto. — Y me muero de hambre.
— Si quieres podemos ir a algún sitio a comer —sugiere James
Niego con la cabeza
— Tenemos que terminar el trabajo, que por cierto es para mañana, así que mejor vamos a mi casa.
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Un bonito caos
RomanceJulie es una chica normal y corriente, vive con sus dos hermanas y su madre en un pequeño pueblo de Londres. Tan solo bastó un fin de semana para que su vida diera un giro de 180 grados. Todo a su alrededor se tambaleó en un abrir y cerrar de ojos...