Capítulo sesenta y tres

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Seguí a Nick hasta la parte trasera de la casa, donde había otro jardín enorme y precioso. Bajé unos escalones y seguí por un camino de piedra, iluminado con pequeñas luces que conducían a una especie de banco de madera. Había gente, gente destrozando este precioso jardín. Gente riendo, bailando... Y yo, bueno, yo era un caso aparte. Me había metido de lleno en una fiesta que ni si quiera sabía que estaba planeada. Y sigo dándole vueltas a la cabeza. ¿Lo habré hecho bien o mal? 

Apoyo mi espalda en el respaldo del banco, sintiéndome un poco incómoda entre tanto ruido.

Miro al cielo oscuro. En el brillan algunas estrellas.

Mi cabeza viaja unos meses atrás, cuando conocí a Matty, estábamos sentados en el porche de mi casa, mirando hacia el cielo, que brillaba más que nunca. Sintiéndonos pequeños.

— ¿Julie? —la voz de Nick me saca de mis cabales.

— Perdona, estaba distraída. ¿Sabes por que Chloe ha hecho esta fiesta? 

Niega con la cabeza. 

— Nunca había hecho una, creo que está pasando un momento "raro" en su vida.

Estira su brazo ofreciéndome una copa con un líquido amarillento en el. No me paro a pensar en lo que es, simplemente lo llevo a mis labios y dejo que fluya por mi garganta... Sintiendo como arde a su paso.

— Ey... más despacio —suelta una sonrisita casi seductora. — A ver, cuéntame.

— ¿Qué te cuente el qué? —arrugo la frente.

— Pues lo que te preocupa, recuerda que te he salvado de la cocina hace un rato.

Suspiro y vuelvo a mirar al cielo. Es verdad. Aunque pensé que haría caso omiso a lo que le dije, solo quería paz y olvidar el tema por unas horas.

Nunca había imaginado que acabaría en una "fiesta" con una persona con la cual solo había cruzado un par de palabras, contándole toda mi vida sin ton ni son.

— ¿Te arrepientes? —suelta casi en un susurro después de habernos quedado en silencio.

¿Me arrepiento? Eso es exactamente lo que estaba intentando averiguar.

— No sé si me habré equivocado o no, solo sé que todas las personas tienen un límite y quizá el mío ya llegó. No quiero darle muchas vueltas. —me levanto dejando la copa en la pequeña mesa que tenía en frente. — Voy a buscar a Chloe, no he hablado con ella en todo lo que llevo aquí... Ya hablamos


Quería escapar de ahí, el pobre Nick se quedó perplejo. No estoy enfadada, me hacía falta desahogarme, pero si sigo pensando en ese estúpido que tanto me volvía loca, mi cabeza estallaría en cualquier momento.

Camino por el precioso jardín. Ahora lleno de basura hasta entrar en la casa. Hay menos personas y eso me hace ver mejor lo que tengo delante. 

Chloe hablando con un par de chicos, gemelos por cierto.

James estaba morreándose con una chica de no mas de dieciséis años, la cual le mete mano descaradamente. 

No veo a Matty y tampoco a Valerie. 

Pongo los ojos en blanco y camino haciendo malabares para no caerme hasta llegar a James. Tiro de su brazo haciendo que se separe de esa chica, llevándome una mirada de asco por parte de ella.

— ¿No ves que está ocupado? —suelta casi escupiendo.

No le hago caso. Hoy no tengo ganas de discutir con nadie, y no es que me pase todos los días discutiendo. No me gusta. Pero no puedo callarme ante ciertas cosas y eso me ha traído bastantes problemas.

Un bonito caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora