Capítulo sesenta y ocho

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Estoy sentada a oscuras en el frío suelo de mi habitación con las lágrimas corriendo a borbotones por mis mejillas, y no lloro por tristeza, lloro por que no sé como llevar todo esto. 

Probablemente me esté equivocando con esta decisión, quizá James tenga razón y lo único que hago es huir... Pero es algo que necesito y que mi mente me pide desde hace tiempo. Necesito aclarar todo.

***

Un fuerte golpe que proviene de la planta de abajo me despierta. El corazón me va a mil. Tengo que buscar la luz a tientas con la mano para así poder ver algo. Cuando consigo encender la luz e intento convencerme a mi misma de salir a ver que pasa, me levanto de la cama y me dirijo hacia la puerta intentando escuchar algo más, pero lo único que escucho a través de esta son susurros.

Abro poco a poco la puerta de la habitación casi sin poder respirar. Desde lo que pasó con Amanda tengo miedo de estas situaciones, sobre todo si sé que sigue suelta en algún lugar.

Escucho voces que vienen desde el salón. Una risa.

Estoy a punto de preguntar quien es cuando escucho la voz de mi padre, suspiro, consiguiendo que el aire vuelva a mis pulmones. Mi padre no está solo.

Bajo las escaleras con cuidado intentando hacer el menor ruido posible, pues quiero saber con quien viene, por la cabeza se me pasan miles de cosas y teorías, incluso que está con Amanda, pero enseguida aparto eso de mi cabeza, es una tontería.

Encima de él hay una mujer. No puedo ver mucho más que el pelo liso que le llega por los hombros, pues está de espaldas a mi.

— Sh... —susurra mi padre poniéndole el dedo indice en los labios — Mi hija está durmiendo, no quiero que se despierte

Que considerado... Sobre todo con el cuidado que cerró la puerta, creo que Chloe se enteró y eso que vive a quince minutos de aquí.

Me dispongo a subir las escaleras cuando al apoyar el pie chirría el escalón llamando la atención de mi padre, que rápidamente se quita a la chica de encima.

— ¿Julie?

Estoy de espaldas, subiendo lo que me queda de escaleras de puntillas, con la esperanza de que todavía esté sentado en el sofá, pero no...

— Julie... Que te he visto.

— Uy, perdón... —me giro hacia él. — Solo me asusté y quería saber que pasaba

Solo quiero subir a mi cuarto y dormir. No estoy enfadada ni mucho menos. No se si es algo serio o es simplemente un ligue, pero espero que no sea una loca como Amanda. Soy consiente de que mis padres nunca más van a estar juntos, a pesar de la aventura que tuvieron hace unos meses. 

Quiero que sea feliz.

Cojo el móvil de la mesa de noche y hago una llamada. Una llamada que he intentado hacer hace mucho tiempo. Pero no hay ni rastro de Helen.

***

Casi no he dormido pero ni si quiera estoy cansada ni de malhumor como suelo estar cuando no duermo las horas suficientes. No se escucha nada al otro lado de la puerta, así que supongo que mi padre se ha ido ya.

Un día más desayuno sola.

Me pongo a ver la televisión y a mirar el móvil, sí... Puedo hacer las dos cosas a la vez. Cuando le doy el último mordisco a la tostada llaman a la puerta y poniendo los ojos en blanco me levanto  cuando abro la puerta delante de mi me encuentro unos globos de helio en forma de corazón. Pero no hay nadie, no tengo ni idea de quien pudo haber sido, miro hacia un lado y hacia otro pero no hay nadie.

Un bonito caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora