Capítulo veintitrés

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Matty

Las chicas se han ido al centro comercial, justo el mismo sitio en el que había quedado con Charlotte. ¡Mierda! No sé como lo haré para que no me vean. Bueno, más bien que no me vea Julie, por que Gracy lo sabe.

Ahí está Charlotte, con esa sonrisa tan repugnante.

— Hola mi amor —me dice cogiéndome por el cuello de la camiseta.

Yo me aparto quitando sus manos de encima mía. 

— No he venido para verte a ti, simplemente quiero que sepas que el juego se acabó ya, así que le puedes decir a Ryan y a los demás que se acabo. No quiero vuestra ayuda, así que deja a Julie en paz. —estoy dispuesto a irme y dejar a Charlotte, pero me agarra del brazo.

—  Sabes que vas a tener problemas ¿no? —me pregunta enarcando una ceja.

— Eso es asunto mío. —sacudo mi brazo para liberarme de ella y me voy. He venido caminando así que tardaré una media hora en llegar a casa.

Cuando llego me paro en seco al ver mi coche destrozado en frente de mi casa. Los cristales rotos, rasguños por todos lados. Me llevo las manos a la cabeza. Entro en casa furioso en busca de Julie y Gracy, pero para mi sorpresa solo me encuentro a esta última.

— Dime que coño ha pasado ya mismo —pregunto poniéndome en frente de ella.

Ella me mira frunciendo el ceño. 

— ¿Qué ha pasado de qué? 

 —No sé, quiero que me expliques por que mi coche está echo mierda —apoyo mis manos en la cintura. 

Ella se levanta corriendo y sale a fuera para comprobar que es verdad lo que digo, se lleva las manos a la boca. 

— Madre mía... Julie —dice mirándome a los ojos. — Te vio.

— Joder Gracy... Sólo te pedí un favor —paso mi mano por el pelo. — Un puto favor. —cojo el móvil y llamo a Julie.

— ¿Sí? —responde adormilada al otro lado del teléfono. 

—¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? —pregunto con voz ronca.

— No quiero hablar contigo.

— ¿Qué? 

— Se acabó.

¿Se acabó? Joder. Salgo de casa pasando por al lado de mi hermana quien intenta pararme pero no lo consigue.

Solo con un toque en la puerta me basta para que Julie me abra. Está derrotada. Lo puedo ver en sus ojos. No me mira a la cara. Sus manos están llenas de rasguños y de restos de sangre. Joder. 

— ¿Qué te ha pasado? —cojo sus manos y aunque ella no las aparta sigue sin mirarme a los ojos. —Julie ¡Qué coño le ha pasado a mi coche! —alzo la voz.

— ¿Y tú que coño hacías con Charlotte? —me empuja y yo retrocedo un paso. — Eres un puto mentiroso.

— Le estaba diciendo que te dejara en paz, que no volviera a mi casa.

Suelta una carcajada. No me cree.

— Se acabó. —dice derrotada. — Esto no es para mi.

— Julie... No, por favor —le cojo del brazo casi suplicándole. — Por favor.

 Ella solo niega con la cabeza, pero no dice nada. Caigo al suelo de rodillas. Nunca imaginé que iba a acabar tan loco por una chica.

Julie

Un bonito caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora