Capítulo treinta y nueve

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Los días pasan. Chloe se ha quedado un par de días en mi casa después de salir del hospital, le han dado el alta ponto por que prácticamente la he obligado a comer y así ha mejorado. No he visto a James, me ha mandado algún mensaje pero he estado ocupada y no he tenido tiempo de quedar con él, no quería dejar a Chloe sola después de la confesión que me hizo.

— Si quieres puedes quedarte aquí de nuevo —le digo cuando veo que está preparando su bolso para irse.

— Ya me he quedado suficiente —se sienta a mi lado sonriendo. — Estaré bien, además —da un salto poniéndose de pie en la cama.  —Tengo que hacer algunos deberes, mañana empiezo a ir a clase de nuevo.

Llevo la mano a mi frente haciendo sonar una leve palmada. 

— No me acordaba de que empezábamos las clases mañana.

Chloe se ríe y yo la acompaño en la risa soltando una carcajada.

— Hasta mañana y no llegues tarde —me advierte antes de cerrar la puerta.


Llevo toda la tarde dando vueltas por la casa, no sé que hacer y estudiar no es una opción. Mi padre está trabajando, como siempre. Miro el reloj de la cocina, son las nueve de la noche, el día se me ha pasado muy rápido y eso que no he hecho absolutamente nada.

James

Estoy parado en frente de su casa. Mi corazón va más rápido de lo normal ¿Por qué estoy nervioso? Llamo al timbre de la casa y él me abre la puerta. 

Nos quedamos en silencio.

— El puto Matty ha vuelto —suelto yo para quitar la tensión en el ambiente. Está mucho más fuerte que yo, sé de alguien que se ha pasado todo este tiempo en el gimnasio.

No me habla, me abre paso para entrar en la casa y así lo hago.

— ¿Qué haces aquí? —me atrevo a preguntarle.

— ¿Por que lo hiciste? —se cruza de brazos.

— ¿Qué hice? —alzo una ceja. No tengo ni idea de lo que habla.

— Por que la besaste, te pedí que la protegieras no que te enamoraras de ella. —su mandíbula se tensa.

— No estoy enamorado de ella —suelto una carcajada. — No soy su guarda espaldas, pero bueno ya que tú estás aquí lo puedes hacer tu mismo ¿no?

— Llévame a su casa —abre la puerta y yo lo miro frunciendo el ceño.

Matty

No sé por que he venido pero no podía seguir mas en Londres, no sin ella. La manera en la que acabamos fue una puta mierda, ¿Por qué dije eso? He estado todos estos días en un infierno desde que se fue mi cabeza no paraba de atormentarme, fui al aeropuerto y ni si quiera tuve los cojones de despedirme de ella, de pedirle perdón... Una vez más, pero es que se besó con el puto de James ¿A caso la gente no reaccionaría igual que yo? Antes de conocerla solo buscaba venganza, pero cuando la conocí no sabía  lo que me he estado perdiendo todo este tiempo. Ella con su cabezoneria, tan borde, y sus preciosos ojos mirándome, hizo que en un día me volviera loco y no pudiera dejar de pensar en ella, asumo que la he cagado demasiadas veces, pero nunca he querido hacerle daño. Por eso he venido.

A los cinco minutos de enviarle el mensaje James está en mi casa, sigue como siempre. Me gustaría romperle la puta cara por haberla besado pero no puedo, es como mi hermano y sé que Julie no me lo perdonaría.

— Llévame a su casa —abro la puerta y el me mira frunciendo el ceño. — Ahora.

***

Estoy en frente de la casa de Julie, es enorme el cabrón del padre se ve que tiene dinero. Estoy lejos de su casa pero lo suficientemente cerca como para verla. Se ve a través del gran ventanal que hay en el salón ¿Está bailando? Debería de poner una puta cortina — frunzo el ceño.  Cualquier tío puede estar observándola —como yo—

Mira por la ventana pero aparta la vista al segundo y sale sentándose en el último escalón del porche. Lo mismo que hacíamos en Londres, mirar al cielo y ver lo pequeños que somos. Está mirando en esta dirección, frunce el ceño. ¡Mierda! No nos ve, por un momento creí que sí y el corazón casi se me escapa del pecho.

Julie

Estoy cansada de bailar, desde pequeñita he estado en distintas academias de baile hasta que tuve una lesión y dejé de bailar, cuando me recuperé no pude volver por los exámenes, vamos, una mierda. Me gustaría volver a retomarlo, por lo menos no estaría tan aburrida ni sola. Miro por la ventana para ver si mi padre ha llegado pero no, me pregunto si es verdad que está trabajando. Quizá está por ahí con la estúpida de Amanda y no me lo quiere decir para que no me sienta mal. Pero la verdad es que a mi me da lo mismo.

Salgo al porche y me siento en el último escalón, como casi todas las noches desde hace un par de semanas. Cierro los ojos para relajarme al sentir la brisa en mi cara, es el único momento que tengo para pensar. ¿Qué estarán haciendo las chicas? Y ¿Matty? bah, seguro que está con Abigail, me lo dejó muy clarito. 

Saco mi móvil, para mandarle un mensaje a James. 

"Eh tú caraculo, estoy sola en mi casa y me aburro" 

Tengo la sensación de que alguien me observa pero no sé, no veo nada, miro para ambos lados. Escucho el crujir de unas ramas y me pongo en pie mirando de donde viene el sonido. ¿Ese es el coche de James? Bajo las escaleras a toda prisa para acercarme a ver si es él pero algo me impide seguir. 

— Liam, ¿Qué haces aquí?

Un bonito caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora