Al parecer Jos era un chico muy buena onda, me agradaba su forma de ser, era muy gracioso.
— ¿De donde vienes? —preguntó el pelinegro.
— Soy de la Ciudad de México — respondí.
— Esta muy lejos — afirmo — ¿Por que veniste a vivir aquí?
— Amm es algo personal — explique y era cierto, no solía andar contando mi vida.
— Entiendo —asintió.
— Y ¿Estudias arquitectura? — señale sus planos.
El me observo y me dedico una sonrisa.
— ¡Exactamente! estoy en la UAT — abrí los ojos.
— ¡Yo igual entrare a esa universidad! — comente emocionada.
— ¿En verdad? —sonrío —¿A que facultad?
— Filosofía y letras, estudiare Filosofía — digo con una sonrisa.
— Oh es una lastima. Pensé que te dirigias a la misma facultad que yo, no precisamente para estudiar Arquitectura, tal vez artes o algo parecido — le sonrei amigablemente.
— Era una de mis opciones — dije.
— Fue un gusto platicar contigo, Ailim , espero volver a coincidir cualquier otro día — asentí —mi facultad queda a pocos kilómetros y debo bajar — dijo mientras se colocaba su mochila en el hombro.
— Igualmente, Jos —dije
— Oye... ¿me darías tu número?— pregunto.
¿Se lo daré? Apenas y lo conozco. Pero no es mala idea, estaría padre tener un amigo en el pueblo, así no me sentiría tan sola.
— ¡Claro! —Jos sacó su teléfono y lo desbloqueo — es 2711682987.
— ¡Gracias!, te escribiré, hasta luego — me despido con un ademán.
Continúe el viaje sola, saque de mi mochila un mapa que había sacado de internet para ubicar la universidad, siempre me estresa viajar a un lugar nuevo, soy muy tímida y me da pena estar preguntando direcciones a las personas.
Estudie un poco mas el mapa, y hasta que estuve casi segura de que sabia llegar, lo guarde...40 minutos después llegue a Tlaxcala.
Baje de el transporte publico y mire a mi alrededor.
*Tranquila, tranquila... Si sabrás llegar*
Apreté los párpados y camine por la ciudad, volví a sacar el mapa y leí el nombre de las calles.
Levante la vista y observe que había un señor que estaba diciendo el nombre de diferentes lugares y menciono "Rectoría" que es a donde debía llegar, sonreí y me acerque a el lo mas rápido posible.
— Disculpe... — el señor que por cierto tenia un sombrero me observó — buenos días — salude tímidamente, me percate que era el encargado de las combis, eso me alegró mas.
— Buenos días señorita ¿puedo ayudarla? — dijo amablemente.
Bueno eso me hacia sentir mas en confianza, luego las personas son unas groseras y hasta te hacen sentir mal.
— Uum bueno... Podría decirme ¿cual combi debo tomar para llegar a "rectoría"? — el hombre asintió y me señaló una que estaba apunto de emprender camino, tenía franjas rojas y amarillas.
— Aquella — señalo, y chiflo —¡SUBEN!
El chofer de la combi freno y abrió la puerta, me sentí aliviada.
— ¡Muchas gracias! — le agradecí al señor y subí al transporte.
Tome un asiento cerca para poder pagar, la combi comenzó a caminar, me sentía nerviosa... Espero que me vaya bien en la universidad. Saque de mi mochila mi cartera y saque dinero suficiente para el pasaje.
Le tendí él dinero al chofer y le dije él lugar donde quería bajar, el asintió y tres minutos después abrió la puerta de la combi.— Rectoría — me aviso, baje con cuidado del vehículo y este comenzó a alejarse.
Me quede parada y enfrente estaba mi universidad, era hermosa aunque un poco mas pequeña a la que solía ir en México, sin pensarlo mas me adentre a ella.
Muchos chicos caminaban por el campus, y conversaban entre ellos... de mi mochila saque un folder donde tenía anotado el edificio y el número de aula que me tocaban.
*Edificio 2, Aula 8, facultad de Filosofía y Letras* se leía en la hoja que observaba.
Genial ahora para saber cual es ese edificio, comencé a caminar y a buscar algún distintivo que me ayudara a ubicar ese edificio, estaba tan concentrada en las letras de mis hojas que de pronto estas estaban cayendo al suelo cubierto por una ligera capa de agua.
—¡Hay no, no! — dije agachandome para recogerlas, alguien me había empujado ocasionando que se me resbalaran de las manos.
— ¡Perdón! En verdad no me fije me tropecé — hablo una voz masculina — no fue mi intención — se arrodilló para ayudar a recoger las hojas.
— No hay problema fue un accidente — dije tomando del suelo mi horario un poco manchado de tierra — Mi horario — dije en un susurro mientras apretaba los párpados, acomode algunas hojas que había logrado rescatar dentro del folder. El chico me tendió las hojas que faltaban, nos levantamos y por fin vi su rostro, se trataba de un chico castaño y con grandes ojos marrones.
— En verdad estoy muy apenado — me dijo agachando la cabeza — no se como remediar lo que hice.
Suspire y puse un mechón de cabello detrás de mi oreja.
— No, no te preocupes... A todos nos puede pasar un accidente — dije para tranquilizarlo.
— Debo recompensarlo —me observó — ¿quieres que te ayude con tus cosas?— me pidió suplicando.
—No... No es necesario en verdad — ¡un momento!, él puede saber donde esta el edificio y el aula — Oye, creo que me ayudarías mucho si me dices donde puedo encontrar el edificio dos y el aula ocho.
— Oh eso es muy sencillo de hecho yo también voy para allá, si quieres puedo acompañarte — me sonrió.
— Te lo agradecería mucho —dije aliviada.
Comenzamos a caminar y el empezó a sacar plática.
—¿De donde vienes?—preguntó curioso.
—De "El beso del diablo"—abrió los ojos y me observó con curiosidad.
— ¡Asombroso! —dijo emocionado.
Vaya, creo que le gusto saber de donde venia.
— Pues algo — dije — en realidad nací en la ciudad de México pero por cuestiones personales tuve que mudarme.
— Pero ese lugar es hermoso... Bueno ya sabes lo que la gente dice pero la verdad eso es lo que lo hace aun mas interesante.
Le sonreí.
— ¿Cual es tu nombre? — pregunte.
— En serio ¿donde están mis modales? Soy Bryan Mouque y ¿cual es el tuyo?
— Soy Ailim Basteri.
— Lindo nombre — me sonrío — hemos llegado — el edificio era muy grande tenia cristales por todos lados, demasiadas áreas verdes y una cafetería que a mi parecer era muy acogedora.
— ¡Wooow! — fue lo único que logre decir.
— Entremos — Bryan me condujo al interior del edificio y entramos Al aula ocho — buenas noticias Basteri, seremos compañeros.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...