Jos y yo caminábamos en silencio, hasta que él lo rompió.
— No me gusta nada que ese chico ande rondandote — dijo un tanto molesto, lo mire.
— ¿Quieres que te ayude? — dije para cambiar de tema, las bolsas que llevaba Jos parecían pesar.
— No gracias, son solo latas de duraznos para hacer postres — al parecer había funcionado lo de cambiar de tema.
— ¿Haces postres? — cuestione levantando una ceja.
— No, yo no, mi madre los hace y los vende, es un pequeño negocio familiar — dijo — Pero dejemos eso de lado, estábamos hablando de Alexander.
Rodeé los ojos.
— Ni hablamos mucho — dije.
— Él dijo que hablaban muy a gusto — comento Jos.
— Mintió... de hecho me puso nerviosa, se le veía muy interesado en saber sobre mis cosas — Jos soltó un suspiro.
— No me hagas mucho caso, después de todo es tu vida pero... Yo te recomendaría que te mantuvieras lejos de él, la verdad es que tiene algo que no termina de gustarme — asentí.
— Tienes razón Jos — suspire — Sabes hoy vi a Alonso — el pelinegro abrió la boca sorprendido.
— ¿Asi? — preguntó curioso.
— Si — sonrei — me dijo que...— hice una pausa y mire a Jos — trataría de arreglar sus problemas para que estuviéramos juntos.
Jos sonrió.
— Me alegró — dijo, pero de pronto su rostro cambio a uno pensativo.
— ¿Que pasa Jos? — pregunte al ver su expresión.
— Nada... — me mostró una sonrisa — En verdad estoy muy feliz, te lo dije... Es el destino.
— Ojala no pase nada malo Jos — comente.
— No pasara nada, ya lo veras. Por cierto los chicos y yo iremos a visitarte por la tarde.
— ¿En verdad? Eso me parece genial, le diré a Blanca que prepare algo de cenar.
— Excelente.
Jos y yo seguimos caminando hasta llegar a mi casa.
Cuando llegamos, me despedí de Jos con un beso en la mejilla y entre.
— ¡Llegue! — grite, pero nadie respondió — ¿Abuela?— fui a la cocina para ver si ahí estaban — ¿Abuelo?...— quizá habían salido al mercado o visitar a alguna amiga de mi abuela, tome una manzana del frutero que estaba en la cocina, le di una mordida y me dirigí a las escaleras saque mi celular de mi bolsillo y comencé a ver las redes sociales, no tenía nada interesante, al abrir la puerta me lleve una sorpresa, que hizo que la manzana y mi celular cayeran al piso.
— ¡Blanca! — exclame horrorizada — ¿Que estas haciendo?.
Blanca había destrozado prácticamente mi habitación, la cama la había desatendido, había sacado ropa de mis cajones y del closet había sacado cajas en las cuales tenía cosas personales y muy importantes, había regado todos mis cosméticos al piso, parecía que había estado buscando algo.
— ¿Donde tienes el libro? — dijo de forma agresiva, di un paso hacia atrás, Blanca estaba loca.
— No se de lo que me estas hablando... ¿donde están mis abuelos? — dije tratando de mantener la compostura.
— ¿Por que?, ¿quieres unirte a ellos? — cuestionó y tomo un cuchillo que estaba sobre mi cama y lo apunto a mi dirección.
— Blanca suelta eso — dije con miedo — Hablemos tranquilamente, por favor.
— ¡No, claro que no maldita!— dijo acercándose a mi — e¡res una sucia! — me escupió.
— Blanca... — ella me interrumpió.
— ¡Callate! — grito, retrocedí unos pasos ya que ella estaba cada vez más cerca de mi — Ese libro yo lo tenia escondido en el sótano, pero tenias que encontrarlo tú... Traidora — dijo con asco — Iba a desaparecer del pueblo a ese miserable ser de Alonso.
— Estas en un error Blanca — dije con un hilo de voz — baja el chuchillo — dije un poco más alterada — ¡que bajes el chuchillo maldita sea! — grite, Blanca comenzó a reírse.
— Claro... Como has estado revolcandote con el diablo te has vuelto una altanera, por eso te paso lo que te paso — dijo — por su culpa te hirieron, y tú sigues a pesar de eso con él.
Negué con la cabeza.
— Él no es lo que crees — dije — ¡baja eso! — seguí insistiendo.
— ¡No lo voy a hacer! Sera mejor que te elimine a ti para así hacer que Alonso se vaya del pueblo y nos deje tranquilos.
— ¡Él no ha hecho nada al pueblo! ¿que no te das cuenta? — exclame molesta — Y solo para que sepas, no vas a encontrar ese libro, ¡por que se lo di a Alonso! — Blanca lanzo el cuchillo a mi dirección, por suerte su puntería no era buena e impacto contra la pared.
Corrí escaleras abajo tenía que huir de esa loca, después de esto que le dije ahora con más razón va a querer matarme.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...