Con Alonso
José observaba al pelirrojo con mucha curiosidad, además de que había visto muchas cosas raras en el tiempo que ha estado junto con él, pudo jurar que Alonso tenia sentimientos.
— Oye Alonso — hablo Jos tímidamente, Alonso apretó el trapo contra la piel de Jos — ¡Au!
— ¿Que quieres? — dijo secamente.
— Yo solo quería saber, ¿Que tiene que ver Ailim, para que me dejes libre?
— Eso es algo que no te incumbe — lo observo con enojo.
— Pero es que... — Alonso lo interrumpió.
— ¡Escuchame bien Jos! — Alonso se levanto y lanzo el trapo lejos — los tratos que tenga con esa niña bonita son entre ella y yo ¿comprendes? Solo de nosotros dos, no tienen porque interesarte — soltó un suspiro — Yo que tu estaría tranquilo, ella sabrá lo que es mejor para ti.
— ¡Dejala en paz! — Alonso soltó una carcajada.
— Que romántico — dijo mientras limpiaba una lágrima falsa — no te preocupes Jos, no le haré nada a tu noviesita.
— ¡No es mi novia! — Alonso observó a Jos detenidamente.
— Que interesante — dicho esto el ojiverde salió de la casa, dejando a Jos solo y angustiado.
Alonso se puso el gorro de la sudadera que tenia puesta, era tan apuesto que cualquier chica podría caer rendida a sus pies, sus ojos color esmeralda soltaron un pequeño brillo travieso.
— Hay Basteri, que es lo que tienes, debo quitarte de mi camino, para poder destruir este maldito pueblo.
De pronto algo llamó su atención, bajo el gorro de la sudadera a su cara, para que no pudieran ver su rostro, eran dos chicas que pegaban anuncios a los postes de luz, ¿como podían salir tan tranquilas con este clima?.
Las chicas se alejaron de ahí y Alonso aprovechó para ver que era lo que habían pegado.
¡Gran baile de las luciérnagas!
No faltes
Día 2 de noviembre
Salón del Pueblo en punto de las 10:30 de la noche.
Disfruta de esta noche mágica.— ¡Ja! — se burlo — ridículos — arrancó el anunció del poste y lo incendio — ¿quien va a querer ir a estas estupideces? — lanzo las cenizas al suelo — en serio, esta gente es de lo peor — comenzó a caminar hacia la biblioteca donde sabia que Ailim trabajaba.
Al llegar pudo verla, su cabello color caramelo caía como una delicada cascada del lado derecho, dejando su perfil descubierto, al parecer estaba anotando bibliografías de los libros acumulados que tenia a su lado, se veía tan pacífica, al parecer ella había sentido la mirada de Alonso ya que levanto la vista hacia donde estaba el pelirrojo, por fortuna él había logrado ocultarse para que no lo viera. Cuando Alonso estuvo seguro que ella ya no lo vería volvió a asomarse y efectivamente ella seguía tan concentrada en esos estúpidos libros como Alonso los hubiera llamado.
Continuó observándola, y no comprendía por que sentía algo muy extraño en su interior. Tal vez era ¿odio? O ¿desprecio?, o eso era lo que Alonso quería sentir pero sin embargo era una sensación nueva para él, una sensación que lo hacia sentir bien, pero no sabia que era, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la chica de silla de ruedas se acerco a Ailim para llevarle mas libros, Basteri los acepto con una sonrisa la cual hizo que Alonso igual sonriera.
Narra Ailim.
— Por favor Ailim te los encargó mucho — me dijo Areli.
— No te preocupes Are, en cuanto termine con estos libros, continuare con estos — le sonreí
— En verdad lamento no poder quedarme, pero mi abuela esta vez si se puso algo grave — me explico.
— Ve tranquila Are, yo me hago cargo ¿de acuerdo? — ella me sonrió.
— Recuerda apagar las lámparas del pasillo de atrás cuando te vayas, las llaves están en la oficina de Alan — asentí.
— Vale, ve con cuidado — Areli se despido de beso en la mejilla y salio de la biblioteca, me quede sola, bueno ni tan sola, había unos cuantos chicos leyendo.
Suspire y mes dispuse a terminar el trabajo que Are me encargo.
Alguien abrió la puerta levante la vista y era un chico, a decir verdad era lindo.
— ¡Hola! — me saludo, tenia cabello castaño y ojos grandes color negro.
— ¡Hola!, ¿buscas algo en específico? — él me tendió una hoja donde tenia anotado una lista de libros.
La leí, buscaba libros de anatomía.
— En el pasillo tres — dije mientras le devolvía la hoja — ahí puedes encontrarlos.
— ¡Muchas gracias! — tomó la un hoja, y dio unos pasos y retrocedió — Oye, ¿cual es tu nombre? — frunci el ceño.
— Amm disculpa pero... —me interrumpió.
— Descuida, no te haré algo malo, vivo muy cerca de aquí, me llamo Mateo Aguilar — me sonrió.
— Mucho gusto — dije normal — Mi nombre es Ailim.
— Hermoso nombre, espero algún día puedas aceptarme una cita, tal vez salir a cenar, claro cuando termine tu turno — le sonreí, típico chico que se cree galán, había muchos de estos es México.
— Te lo agradezco, tal ves algún día — dije volviendo a mi trabajo.
— Piensalo — camino al pasillo numero tres, yo negué con la cabeza. En serio ¿como pueden existir chicos que apenas te conocen y ya te están invitando a salir?
Con Alonso.
— ¿Quien es ese payaso? — comentó para si mismo mientras observaba como Ailim platicaba con él y para colmo ella le sonreía, Alonso sintió que el estomago se le encogía.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...