Capítulo 38 "Libro"

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Con Alonso.

— ¿Alonso?, ¡Alonso! — se escuchó la voz de Jos.

— ¿Que haces aquí? — preguntó Alonso molesto — Te dije muy claramente que te fueras a tú casa, no es seguro que estés aquí.

Jos se le quedo viendo a Alonso un tanto curioso y observo a su alrededor.

— Perdón, es que... — soltó un suspiro — escuche voces y ruidos extraños — Jos fruncio el ceño — pensé que tal vez necesitabas ayuda.

Alonso rodó los ojos.

— No niño, mira, aunque hubiera necesitado ayuda tú no puedes hacer nada — Jos agachó la cabeza — las cosas a las que yo me enfrento no son...— Alonso hizo una pausa — ¿Por que te estoy diciendo? ¡ya vete!

— Siento si te incomode.

— Aja si lo que digas pestañitas, ¡largo! Que luego no quiero sentirme culpable si te pasa algo.

— Esta bien, Alonso — Jos giro sobre su eje y siguió su camino.

— Ash, que niño — murmuró Alonso.

Narrador omnisciente.

Por la noche.

El frío entraba por la ventana de la habitación de hospital de Ailim, ella tenia los ojos cerrados, trataba de tranquilizarse después de ser víctima de seres invisibles que arañaron su cuerpo.

Alonso pensaba que era la oportunidad de colarse en el hospital para poder verla, así que escalo hasta la ventana abierta de la habitación de Ailim y entro.

Al verla ahí, se dio cuenta que era la chica más linda que ha visto en su vida, y vaya que ha visto muchas chicas, pero ella era diferente, tenía ese ángel que hacia que todo lo que ella hiciera o dijera fuera lo que él siempre quiso escuchar o ver, nadie podía compararse con ella.

Se acerco a la cama, y la vio dormir, su respiración era lenta y a Alonso se le hizo tan tierna aquella escena "pobre niña" pensó Alonso "Tuviste que ser tú la que me llamará la atención. Y por mi culpa estas aquí".

Ailim sintió la presencia de alguien en aquella habitación así que abrió los ojos, y pudo ver al chico de ojos azules, la luz de la luna lo alumbraba, se vía tan hermoso, un chico inigualable que si lo vieran, tendría a todas las chicas de "El beso del diablo" tras él, Ailim se sintió afortunada de ser la única que podía tenerlo tan de cerca.

Sonrió y Alonso le devolvió la sonrisa.

— Perdoname, no quería despertarte — comentó Alonso con voz tranquila.

— No lo hiciste. En realidad no estaba durmiendo, solo trataba de relajarme — habló Ailim.

— Me alegra, yo...— Alonso miro a sus manos y comenzó a jugar con ellas, señal de nerviosismo — solo quería saber como estabas, en verdad me he estado preocupando por ti.

— ¿Lo dices en serio? — Alonso asintió — Gracias por preocuparte, voy mejorando — soltó un suspiro — afortunadamente mi papá sera quien me doné sangre, pienso que después de eso podre salir de este lugar.

Alonso sonrió y soltó un suspiro de alivio, después de todo, lo que dijo Lucifer no iba a pasar.

— Eso me pone muy feliz — Alonso tomo la mano de Ailim — tienes que salir a delante.

— Lo haré Alonso, es mi prioridad, aun me inquietan algunas cosas que tengo que resolver — Alonso fruncio el ceño.

— ¿Cuales son esas cosas? — preguntó curioso.

— Bueno, creí que tú tenias el libro de las leyendas del pueblo — Alonso abrió lo ojos a mas no poder.

— Y lo sigo teniendo ¿por que dices eso? — comenzaba a alarmarse.

— El día que te fui a buscar, cuando llovía, encontré uno en mi sótano.

Alonso tenso la mandíbula.

— ¿Que?.

— Si Alonso, hay una copia de ese libro.

— Pero, supongo que tu lo tienes — Ailim asintió y Alonso soltó un suspiro.

— Lo tengo muy bien guardado, creo que es muy importante.

— ¡Lo es!, ese libro en manos equivocadas puede ser muy peligroso — hablo Alonso seriamente.

— ¿Por que?

— Ahi encuentras como... asesinarme - soltó un suspiro.

Cuando Alonso dijo eso Ailim se sintió horrorizada, no podía imaginar eso. Ahora, Alonso se había ganado su aprecio incluso algo mas y no permitiría que le hicieran daño.

— En cuanto salgas de este lugar, debes darme esa copia, estará segura conmigo — comentó Alonso.

— Claro que si, no te preocupes.

— Si, ahora lo que importa eres tu, Ailim, quiero que vuelvas a ser las misma curiosa de antes — Ailim sonrió ante esas palabras.

— No eres malo, Alonso, y eso me agrada — Alonso le sonrió.

— Puedo ser la persona mas escalofriante, pero tú me haces ser, alguien más.

Alonso se acerco poco a poco a ella, y depósito un beso en sus labios, que fue muy dulce y lleno de ternura, se separo de ella y esbozo una sonrisa.

— Duerme.

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora