Mire a Alonso un poco confundida.
— Entonces, si no eres tú ¿quien es? — frunci el ceño.
Alonso rodó los ojos y soltó un suspiro.
— ¡No se nada! la única que sabe es mi mamá — comentó secamente — ¡Oh mira! Ahí viene el idiota — señalo a Mateo que corría hacia a mi.
— ¡Hola, Ailim! — hablo con una sonrisa — creo que fue correcto que llegara temprano.
— Aamm si, el chico con quien que trabajo dijo que cerráramos temprano — sonreí.
— Ya veo por que, la Luna — señalo a la luna llena.
Mateo giro hacia donde estaba Jos.
— ¡Oh disculpa! ¿quien eres? — Alonso miro a Mateo con indiferencia.
— Soy Jos Canela — respondió — ¿Y tu?
— Mateo Aguilar, mucho gusto Jos — le tendió la mano agradablemente, Alonso la miro con repugnancia y no correspondió el saludo.
— Mmm — Mateo dejo de tenderle la mano a Alonso y me miro como pidiendo una explicación, yo solo me limite a sonreír y a hacerme la loca.
— Bueno, pues ¿nos vamos linda? — me preguntó.
— Ah, cla... — Alonso me interrumpió.
— ¡Si, ya vámonos! — Alonso me tomo del brazo.
— ¿Que? — preguntó Mateo.
— Mira niño, tengo que acompañarla — hablo le pelinegro — su papá me ha pedido que la cuidara, ya ves como esta la situación hoy con mi...— hizo una pequeña pausa — digo, con la Luna y no puedo dejarla sola, menos con un desconocido como tú.
Mateo le dio una mirada a Alonso que no era muy amable. Por la culpa de Alonso, Jos se esta buscando enemigos gratis.
— Mateo, todo estará bien, Jos es muy buen amigo mio.
— De acuerdo. Comprendo que es arriesgado salir en estos tiempos.
Alonso sonrió falsamente.
— Pues ya caminen — hablo Alonso.
(...)
Nos encontrábamos en un restaurante de comida mexicana, Alonso y Mateo se habían sentado frente a frente y yo me encontraba en la orilla del lado derecho de Mateo y de del lado izquierdo de Alonso, se podría decir que estaba en medio.
Ninguno comentaba nada, solo podía sentir la tención en el aire, mientras observaba como Alonso miraba con odio a Mateo.
— Oigan...— Mateo me interrumpió.
— Aun no puedo entender por que tu papá quiso que tu amigo te acompañara, me hubieras dicho para ir a pedirle permiso yo mismo, así no le deban molestias a Jos, ¿verdad?
— ¡De ninguna manera Matias!
— ¡Es Mateo! — Alonso rodó los ojos.
— Bueno como sea no me importa — comento desinteresadamente — creeme no es molestia, yo por Ailim lo hago con mucho gusto.
Sonreí falsamente y mire a Alonso.
— Bueno es que ya sabes. Cuando los padres le tienen confianza a algún amigo tuyo, sucede esto — dije y tome un sorbo de la bebida que tenía enfrente.
En verdad esto se me estaba haciendo bastante incómodo.
—Si, lo comprendo, pero esperó que para la siguiente me dejes hablar con tú papá, para hacerle saber que estas en buena compañía y que no tiene por que angustiarse — abrí los ojos como platos, y Alonso comenzó a reír.
— ¿Que es lo gracioso? — preguntó Mateo enojado.
— Nada, nada, es que niño seria inútil que hablaras con su papá, no te va a tener confianza — hablo Alonso.
— ¡Puedo ganarme su confianza! — dijo a la defensiva Mateo.
— ¡Ya basta! — dije harta de todo esto. Solté un suspiro lleno de frustración — lo lamento mucho Mateo, pero hablar con mi papá resulta difícil — Mateo abrió los ojos y me dio una mirada triste — no es por que no quiera que hables con él, creeme que si se pudiera con mucho gusto — Alonso fruncio el ceño y me miro con atención — pero mi padre es una persona muy ocupada y por lo tanto, casi no lo veo, es por eso — cambie mi tono de voz a uno más duro y mire a Alonso — que Jos me cuida cuando él no esta — Alonso sonrió, que agradezca que lo ayude con su ridícula mentira.
— Lo entiendo — suspiro el chico.
— Tu la escuchaste — comentó Alonso y tomo un trago de su cocacola.
Mateo lo miro mal.
— Aquí están sus tacos — llegó el mesero.
— ¡Gracias! — dijimos al unisono.
— Ustedes platiquén — dijo Alonso — hagan de cuenta que no estoy aquí.
— Pero antes iré al sanitario — dije y me levante de la mesa, tenia que lavarme las manos antes de agarrar los alimentos.
Me dirigí al baño dejando solos a Mateo y Alonso.
Con Alonso.
— ¡Oye Jos! — Alonso miro a Mateo — te doy todo el dinero que quieras, si me dejas a solas con ella.
Alonso curvo la comisura de su boca y miro a los ojos a Mateo, era una lástima que no pudiera utilizar sus poderes hipnóticos en este inútil cuerpo humano.
— ¿Asi? — Alonso levantó una ceja — ¿y como cuanto me vas a dar? — estaba claro que Alonso no se iba a ir de ahí ni por que le dieran todo el dinero del planeta.
— Dime ¿cuanto quieres?
— Con que niño rico — soltó una risita Alonso.
— ¿Entonces que dices? — sonrió Mateo, Alonso se puso serio, ocasionando que Mateo igual lo hiciera.
— Puedes meterte tu dinero por el trasero y de una vez te advierto niño, alejate de ella.
— ¿Y quien me lo va a impedir?, ¿tu? — dijo riendo de manera superficial.
— ¡No! Yo no, pero conozco a un chico que te puede hacer mucho daño — Alonso sonrió escalofriantemente.
En eso Basteri llegó a la mesa.
— ¡Genial!, veo que estaban hablando ¿de que me perdí? — comento la chica de cabello color caramelo.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...