Narra Ailim
Al regresar del baño, pude observar que Mateo y Alonso hablaban, por un momento creí que trataban de llevarse bien pero por favor, eso es imposible.
— De nada, son cosas sin importancia, hermosa — me dijo Mateo, lo que me saco de onda.
Alonso rodó los ojos.
— Esta bien — dije y tome asiento.
— Por favor Ailim, platicame sobre ti — hablo Mateo.
— Bueno, yo...
— ¿En serio, Matias? — dijo Alonso.
— ¡Mateo! — corrigió molesto.
— Como sea — respondió Alonso amargamente — ¿esa es tu forma de ligar?, ¡que aburrido eres! — Alonso soltó una risita y se cruzo de brazos.
— Jos, por favor — dije para que se calmara.
— ¡Supongo entonces que eres un experto! — comentó Mateo enojado.
— No, claro que no, solo que yo no necesitó ligar con nadie — respondió — eso es de idiotas.
Mateo se levantó agresivamente de la mesa, y Alonso comenzó a reír. Ya no puedo estar soportando esto.
— ¡Ya por favor! — dije de igual forma levantándome de la mesa — Yo solo quería pasar un buen rato, pero no ¡aquí los dos son unos idiotas inmaduros! — dicho esto comencé a caminar a la salida del restaurante.
Las personas se habían quedado viendo la escena con curiosidad.
Con Alonso y Mateo.
— ¡Ves lo que ocasionas imbécil! — exclamo Mateo.
— ¡Ahora resulta que todo es mi culpa!
— ¡Si no hubieras venido todo seria diferente, solo veniste a joder las cosas! — Mateo se acercó a Alonso.
— ¡Oh si claro como no! — dijo con sarcasmo.
— Estas celoso ¿verdad? — Alonso fulminó con la mirada a Mateo.
Él aún no conocía él nuevo sentimiento que sentía por Ailim y se le hizo una idiotez pensar que estaba celoso.
— Estas pendejo ¿verdad? — hablo Alonso con el mismo tono de voz que había utilizado Mateo.
— ¡Pero claro que lo estas! Que patético eres — Alonso dio un golpe en la mesa y se levantó del asiento.
— ¡No te metas conmigo! Si no quieres arrepentirte — habló seriamente.
— ¿Que me puedes hacer tú? No eres más que un idiota enamorado de su amiga, que imbécil, pero tenlo claro Jos, Ailim sera mía ¿comprendes?.
— Me das lástima, te vas a arrepentir eso ¡tú! tenlo por seguro — Alonso le dio una mirada no muy agradable y se fue del restaurante.
Estaba considerando en dejar a Mateo de lado e ignorarlo pero después de lo que le dijo, es mas que obvio que no sobreviviría.
Alonso se fue a lo mas profundo del bosque, cerro los ojos y a continuación ya se encontraba fuera del cuerpo de Jos, giro la cabeza y vio el cuerpo del pelinegro tirado.
— Me la vas a pagar Mateo — los ojos grises de Alonso brillaban con la luz de la luna — te vas a arrepentir — dijo mientras apretaba los puños.
Sabia que no debía salirse del cuerpo de Jos, pero debía hacerle saber a Mateo quien manda.
— ¡José! —le grito al pelinegro, el chico abrió los ojos de golpe.
— ¿Que hago aquí? — dijo poniéndose de pie.
— No tengo por que estar dándote explicaciones — dijo molesto Alonso — largate ya a tú casa, por hoy me has servido.
— Esta bien Alonso.
— ¡Pero ya!, ¡Largate! — Jos se fue corriendo.
Alonso de igual forma se fue de ahí tenía que encontrar a Mateo, se puso el gorro de su sudadera color negro y esbozo una sonrisa.
— ¡Hay imbécil — comentó Alonso.
Narra Ailim
Llegue a mi casa, molesta.
— ¡Aagg son unos idiotas! — exclame.
— ¡Ailim! — escuche a mi abuela. Apreté los párpados, a ella no le gusta que diga malas palabras.
— Abuela —dije acercándome a ella.
— ¿Por que dices eso? ¿que te paso? — solté un suspiro.
— Nada abuela, todo esta tranquilo — mi abuela me dio una mirada divertida.
— ¿Chicos? — me puse nerviosa — cuentame cariño ¿que te sucede?, puedo darte un consejo.
— En verdad nada abuela, todo esta normal.
— A mi no puedes engañarme — dijo — te conozco desde que eras bebé, dime ¿esos chicos te hicieron algo?
Mi abuela me tomó de la mano y me condujo al sofá. Tomamos asiento y solté un suspiro.
—;Hay un chico que, me invito a salir — mi abuela sonrió — acepte ir pero... — me puse nerviosa — otro chico se coló con nosotros, y todo el tiempo estuvieron peleando, por la culpa del que se coló — mi abuela soltó una risa — ¿Que es gracioso? Fue insoportable — frunci el ceño.
— ¡Ay cariño! el amor de la juventud es así, los celos pueden ocasionar muchas cosas.
— Abuela, es algo tan ilógico pensar que ese chico tenía celos, él es así de grosero y déspota — comente
— Todos tenemos sentimientos cariño, también los mas groseros y déspotas — me sonrió — habla con ese chico, seguro es el que te quiere más — me codeo mi abuela — por algo se comporto grosero con el otro chico.
— Trataré — solté un suspiro
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...