Capítulo 24 "Celos"

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Narra Ailim

Al regresar del baño, pude observar que Mateo y Alonso hablaban, por un momento creí que trataban de llevarse bien pero por favor, eso es imposible.

— De nada, son cosas sin importancia, hermosa — me dijo Mateo, lo que me saco de onda.

Alonso rodó los ojos.

— Esta bien — dije y tome asiento.

— Por favor Ailim, platicame sobre ti — hablo Mateo.

— Bueno, yo...

— ¿En serio, Matias? — dijo Alonso.

— ¡Mateo! — corrigió molesto.

— Como sea — respondió Alonso amargamente — ¿esa es tu forma de ligar?, ¡que aburrido eres! — Alonso soltó una risita y se cruzo de brazos.

— Jos, por favor — dije para que se calmara.

— ¡Supongo entonces que eres un experto! — comentó Mateo enojado.

— No, claro que no, solo que yo no necesitó ligar con nadie — respondió —  eso es de idiotas.

Mateo se levantó agresivamente de la mesa, y Alonso comenzó a reír. Ya no puedo estar soportando esto.

— ¡Ya por favor! — dije de igual forma levantándome de la mesa — Yo solo quería pasar un buen rato, pero no ¡aquí los dos son unos idiotas inmaduros! — dicho esto comencé a caminar a la salida del restaurante.

Las personas se habían quedado viendo la escena con curiosidad.

Con Alonso y Mateo.

— ¡Ves lo que ocasionas imbécil! — exclamo Mateo.

— ¡Ahora resulta que todo es mi culpa!

— ¡Si no hubieras venido todo seria diferente, solo veniste a joder las cosas! — Mateo se acercó a Alonso.

— ¡Oh si claro como no! — dijo con sarcasmo.

— Estas celoso ¿verdad? — Alonso fulminó con la mirada a Mateo.

Él aún no conocía él nuevo sentimiento que sentía por Ailim y se le hizo una idiotez pensar que estaba celoso.

— Estas pendejo ¿verdad? — hablo Alonso con el mismo tono de voz que había utilizado Mateo.

— ¡Pero claro que lo estas! Que patético eres — Alonso dio un golpe en la mesa y se levantó del asiento.

— ¡No te metas conmigo! Si no quieres arrepentirte — habló seriamente.

— ¿Que me puedes hacer tú? No eres más que un idiota enamorado de su amiga, que imbécil, pero tenlo claro Jos, Ailim sera mía ¿comprendes?.

— Me das lástima, te vas a arrepentir eso ¡tú! tenlo por seguro — Alonso le dio una mirada no muy agradable y se fue del restaurante.

Estaba considerando en dejar a Mateo de lado e ignorarlo pero después de lo que le dijo, es mas que obvio que no sobreviviría.

Alonso se fue a lo mas profundo del bosque, cerro los ojos y a continuación ya se encontraba fuera del cuerpo de Jos, giro la cabeza y vio el cuerpo del pelinegro tirado.

— Me la vas a pagar Mateo — los ojos grises de Alonso brillaban con la luz de la luna — te vas a arrepentir — dijo mientras apretaba los puños.

Sabia que no debía salirse del cuerpo de Jos, pero debía hacerle saber a Mateo quien manda.

— ¡José! —le grito al pelinegro, el chico abrió los ojos de golpe.

— ¿Que hago aquí? — dijo poniéndose de pie.

— No tengo por que estar dándote explicaciones — dijo molesto Alonso — largate ya a tú casa, por hoy me has servido.

— Esta bien Alonso.

— ¡Pero ya!, ¡Largate! — Jos se fue corriendo.

Alonso de igual forma se fue de ahí tenía que encontrar a Mateo, se puso el gorro de su sudadera color negro y esbozo una sonrisa.

— ¡Hay imbécil — comentó Alonso.

Narra Ailim

Llegue a mi casa, molesta.

— ¡Aagg son unos idiotas! —  exclame.

— ¡Ailim! — escuche a mi abuela. Apreté los párpados, a ella no le gusta que diga malas palabras.

— Abuela —dije acercándome a ella.

— ¿Por que dices eso? ¿que te paso? — solté un suspiro.

— Nada abuela, todo esta tranquilo — mi abuela me dio una mirada divertida.

— ¿Chicos? — me puse nerviosa — cuentame cariño ¿que te sucede?, puedo darte un consejo.

— En verdad nada abuela, todo esta normal.

— A mi no puedes engañarme —  dijo — te conozco desde que eras bebé, dime ¿esos chicos te hicieron algo?

Mi abuela me tomó de la mano y me condujo al sofá. Tomamos asiento y solté un suspiro.

—;Hay un chico que, me invito a salir — mi abuela sonrió — acepte ir pero... — me puse nerviosa — otro chico se coló con nosotros, y todo el tiempo estuvieron peleando, por la culpa del que se coló — mi abuela soltó una risa — ¿Que es gracioso? Fue insoportable — frunci el ceño.

— ¡Ay cariño! el amor de la juventud es así, los celos pueden ocasionar muchas cosas.

— Abuela, es algo tan ilógico pensar que ese chico tenía celos, él es así de grosero y déspota — comente

—  Todos tenemos sentimientos cariño, también los mas groseros y déspotas — me sonrió — habla con ese chico, seguro es el que te quiere más — me codeo mi abuela — por algo se comporto grosero con el otro chico.

— Trataré — solté un suspiro

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora