Capítulo 52 "Alexander"

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Días después.

Es increíble que mi vida diera un giro tan inesperado que ni yo misma me lo creo, hace un año solía ser una chica aburrida que vivía en la ciudad de México, de las típicas que no salían de casa y se la pasaban viendo películas en internet, depresiva por que su último novio había muerto en una estúpida redada de discoteca, hasta hace poco aun no había podido superar el hecho de que Jesús Omar muriera, pero ahora me hago la idea de que las cosas pasan por un motivo, todo pasa por que el destino así lo quiere, todos tenemos un destino escrito y no sabemos que pasará el día mañana con nosotros, por eso debemos estar preparados siempre. Mi destino era así. Ahora tengo mas personas a mi lado y son muy valiosas, conocí a un chico diferente, que me hace sentir en otro planeta. En mi vida imagine que me fuera a enamorar de alguien como Alonso, y se que no lo he visto en estos días, y eso me deprime demasiado , pero tengo presente que cumplirá su promesa. Podremos estar juntos y nadie podrá impedirlo.

— ¡Animo linda! — escuche la voz de Areli — Él vendrá a buscarte — levante la vista de mi lectura de tarea y la observe.

— Es lo que espero — dije y mire hacia la puerta de salida de la biblioteca.

Areli al igual que los demás chicos ya sabia acerca de Alonso, y aunque se sacó de onda al principio, me prometió guardar el secreto, sabia que Alonso no era del todo malo.

— Sabes... — me sonrió Areli — Tu historia de amor con Alonso, parece una película — dijo emocionada.

— La realidad supera la ficción — dije entre risas.

— La otra vez Alan me platico algunas cosas — dijo — sobre lo que paso hace unos días en tu casa, en verdad que fue muy arriesgado.

— Demasiado diría yo — dije subrayando algunas cosas de la lectura que tenía de tarea — Mis abuelos... — solté un suspiro — Estaban tan asustados, no me hubiera gustado saber que esa mujer pudo haberles hecho algo, afortunadamente, entendieron que lo que hice fue en defensa propia, aunque aun insisten con que vaya al psicólogo.

Areli negó con la cabeza.

— No lo necesitas — el sonido de la puerta de la biblioteca nos distrajo giramos a ver de quien se trataba.

— ¡Hola hermosa! — por dios, ¿por que Alexander es así? Odio que las personas sean así de intensas.

— Hola — respondí amable, si, se que no me agrada pero siempre he sido de las personas que tratan bien a las personas, por que me pongo en sus zapatos, ¡vamos! Trata a las personas como te gustaría que te trataran.

Areli hizo una mueca de desagrado y se fue de ahí dejándome sola con él.

Desde hace 3 días Alexander a venido todas las tardes a mi trabajo a verme, con el estúpido pretexto de que "le gustaba verme estudiar".

— Oye, estaba pensando en invitarte mañana a una obra de teatro — dijo con una sonrisa pícara, le Sonreí amable.

— En verdad lo lamento pero, estoy en exámenes y he faltado mucho a la universidad, ya sabes debo ponerme al corriente —  dije de la mejor forma — te aceptó la invitación quizá para otro día. — mire hacia mi lectura.

— ¡Nunca quieres salir conmigo! — exclamo molesto, he hizo que los jóvenes que se encontraban estudiando voltearan a verlo con una mueca enojada.

— Shhhh — dijo uno de ellos.

— Lo siento — me disculpe por él, ya que Alexander no mostraba interés en hacerlo.

— No es que no quiera, pero en verdad me agarras en un mal momento, por favor — dije.

— Claro que no, eres una... — abrí los ojos ante eso, Alexander no término la oración — Disculpa.

— ¿Que es lo que ibas a decir? — puedo soportar todo, menos que me insulten.

— No importa — respondió — Es que...yo solo quiero un poco de tú tiempo para mi, en verdad me gustas ¿no entiendes eso?— dijo irritado — Siempre estas con Jos, y me he dado cuenta que él no me tolera, bueno eso es mutuo pero nunca te deja sola ¿que le pasa? — dijo.

La verdad eso era cierto, Jos últimamente estaba muy al pendiente mio, y yo tampoco sabia el motivo.

— Yo... — la puerta se abrió nuevamente y esta vez pudimos observar a Mateo.

Dios, ¿que hice para que se juntaran hoy mis dos acosadores en mi trabajo?

— Hola, Ailim — dijo serio — ¿Donde puede encontrar estos libros? — me mostró una lista, la leí.

— Hola, en el pasillo dos — dije igual seria.

— Gracias. — que extraño su comportamiento, tal vez ya no tenga interés por mi, bueno eso es perfecto.

Mateo camino hacia el pasillo dos, mi vista regreso a Alexander.

— Creo que es mejor que te vayas — dije — estoy en horas de trabajo.

Alexander giro los ojos y salio sin despedirse de la biblioteca.

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora