Capítulo 34 "Vas a Estar Bien"

3.4K 428 44
                                    

Con Alonso

La chimenea ardía frente al chico, quien tenía un semblante pálido y preocupado. El ser del que Alonso estaba preocupado era capaz de todo, con tal de lograr sus objetivos.

— ¡No querrás saber, hijo! — hablo la madre de Alonso apareciendo detrás del chico.

— ¿Que ocurre? — Alonso giró a verla y se encontró con aquellos ojos grises preocupados, lo cual alarmó al chico.

— Estás tan preocupado por la llegada de Lucifer que, olvidaste a la persona que es muy importante para ti. — Alonso fruncio el ceño.

— ¿De que estas hablando? ¿Ailim? ¿que pasa con ella?.

La mamá de Alonso apretó los párpados y soltó un suspiro.

— ¡Vi...vi...todo hijo mío, las pesadillas la atacarón, la desangraron! — la cara de Alonso pasó a una horrorizada y sorprendida — Yo no pude evitarlo cariño, estaban demasiado lejos.

— ¿Que estás diciendo, mamá? — comentó el pelirrojo con la voz cortada.

— Lo siento hijo, pero ella... — Alonso negó.

— ¡No, no! — dijo apuntó de derramar lágrimas.

— ¡Tranquilo Alonso! ella esta muy grave, las pesadillas creyeron a verla matado.

Dicho estas palabras Alonso desapareció de la vista de la Luna.

(...)

Cuando Alonso llegó a la casa de Ailim, se dio cuenta que habían puesto un hechizo para dormir a los abuelos y a Blanca, Alonso corrió a la habitación de la chica, y se encontró con Ailim en un charco de sangre, tenía la piel destrozada, en la cara algunos rasguños, pero lo que restaba de su cuerpo estaba bañado en sangre.

— Vas a estar bien — dijo con lágrimas en los ojos — todo esto es mi culpa, desde que aparecí en tu vida.

Alonso corrió a la habitación de los abuelos de Ailim y deshizo el hechizo, lamentablemente él no tenía el poder de sanar, sólo podía sanar a alguien cuando era fuerte y tenía suficiente poder, lo que Alonso no tenía en ese momento, la poca energía que había obtenido por el cuerpo de Jos sólo había logrado hacer que fuera más rápido.

Cuando Alonso estuvo seguro que había logrado deshacer el hechizo hablo en voz baja para los abuelos.

— Vayan a la habitación de Ailim — salió rápidamente de ahí ya que habían despertado.

— Tengo un mal presentimiento Marcela, iré a ver a mi nieta — dijo el señor y se levantó de la cama para dirigirse a la habitación de su nieta, Marcela hizo lo mismo. Y al encontrarse la escena comenzaron a gritar y llamaron a la ambulancia.

(...)

Al amanecer.

— ¡No puedo creerlo! — habló. Jos mientras miraba a Alonso, después de que le platicara lo sucedido.

— ¿Entonces me ayudaras? — pregunto Alonso serio.

— Esta bien — soltó un suspiro el pelinegro.

Alonso iba a romper una regla y era la de tomar el cuerpo humano, él sabía que sólo podía ocuparlo en noches de Luna llena, si no era así, podía ser muy arriesgado para Alonso ya que podía hacerle daño a su cuerpo. Pero por Ailim era capaz de correr el riesgo, no podía ir al hospital como es verdaderamente, así que Jos era el único que podía ayudarlo.

Los dos chicos cerraron los ojos, Alonso dijo las palabras que lo transportarían al cuerpo del pelinegro.

Al abrirlos Alonso ya era Jos.

Con los abuelos de Ailim

El doctor que atendía a Ailim se acercó a ellos.

— ¿Ustedes son los familiares de la señorita Basteri?

— ¡Si, somos nosotros! — hablaron rápidamente.

— Lamentó decirles que ha perdido mucha sangre, necesitamos hacerle una transfusión, lo que será muy difícil — comentó el doctor.

— ¿Por que doctor? Haga lo que tenga que hacer, no importa lo que se tenga que pagar, yo doy todo el dinero del mundo por mi nieta — hablo el abuelo.

— No es eso señor, como sabe en este pueblo no contamos con los recursos necesarios, la sangre que su nieta posee es muy difícil de encontrar y la mala noticia es que no podemos trasladarla a otro hospital su estado es crítico, y en el camino puede morir. Lo mejor es que encontremos donadores.

— Yo...yo me ofrezco — dijo la Marcela.

— Entonces necesitamos hacerle un examen para saber si es el mismo tipo de sangre.

— No es necesario, se cual es mi tipo de sangre, es O positivo — el doctor negó.

— Lamento decirle que desafortunadamente no es compatible con la de su nieta, ella es AB negativo.

— Yo de todas formas no podría donarle, soy diabético — comentó el abuelo.

— Tal vez los padres de la joven puedan ser del mismo tipo — los abuelos se miraron entre sí.

El doctor escucho que lo necesitaban en la sala de cirugías, se despidió de los abuelos angustiados y les dijo que él trataría de hacer lo posible para salvar a Ailim.

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora