Al salir del sótano cerré la puerta y comencé a caminar hacia atrás con el libro entre mis brazos, fue cuando choque con alguien.
— ¡Aaaaaah! — pegue un grito y gire rápidamente, solté un suspiro de alivio al darme cuenta que era Blanca con quien había chocado.
— ¿Le sucede algo señorita Basteri? — quite un mechón de cabello de mi rostro.
— ¡Lo siento Blanca!
— No debió entrar ahí — me dijo — es peligroso — observó el libro que aun sostenía contra mi pecho.
— Yo...sólo, me dio curiosidad — dije.
— Como dicen, la curiosidad mato al gato, mas vale que tenga cuidado en donde se mete — después de que Blanca me dijera eso se retiro de ahí, dejándome con los nervios de punta.
Corrí a mi habitación, pero esta estaba destruida como si algo con garras hubiera entrado y desgarrado todo.
— ¡No, no, no! — dije tirando el libro al suelo por la impresión, mi ventana estaba abierta, como si el que hubiera ocasionado todo hubiera entrado y salido por ahí.
Todo, todo estaba destruido, mis cajones revueltos y varias prendas de ropa estaban desgarradas.
— ¿Quien me hizo esto? — susurré para mi misma.
Mi cama estaba desecha, el colchón abierto de lado a lado y algunas plumas aun volaban por la habitación. Sentía miedo, miedo de que quien me mando la carta estuviera en mi casa.
Tome un impermeable, una bolsa y metí el libro en ella, salí de mi habitación y la cerré con llave baje nuevamente.
— ¡Blanca! — grite atemorizada.
— ¿Se le ofrece algo? — asentí.
— Voy a salir a ver a una amiga — mentí — Por favor, necesito que llame al servicio de remodelación de habitaciones, lo que pasa es que... tuve un pequeño problema con la mía — no pensaba decirle lo que paso — y en cuanto lleguen por favor me marca a mi celular para que me esperen.
— Si gusta yo puedo arreglarla — dijo amablemente.
— ¡No! por que...ya sabe quiero un cambio total.
— Esta bien señorita ahora los llamo — asentí y salí de la casa.
Tendría que ver a Alonso, ya debe saber de quien se trata ¿donde puede estar?
La lluvia estaba un poco fuerte, en este momento seguro el maquillaje en mi cara ya no existe.
— ¡Alonso! — grite — ¡Alonso por favor! — continúe gritando.
La presencia de alguien tras de mi hizo que girara rápidamente, y por alguna razón me inundo la tranquilidad al ver al pelirrojo frente a mi, con ropa totalmente negra.
— ¡Alonso! — me acerque a él — que bueno que te encuentro, me paso algo terrible — lo mire a los ojos y frunci el ceño, Alonso tenia los ojos amarillos.
— ¿Que te paso nena? — respondió el pelirrojo y esbozo una sonrisa, esto no es normal.
— ¡Alejate de ella! — gire para ver de quien se trataba, era él, Alonso, sus ojos casi grises eran inconfundibles, los tenia como la primera vez que lo conocí, y llevaba una sudadera color gris.
Me aleje del falso Alonso, y este me mostró una sonrisa escalofriante con dientes filudos. Y se esfumo de ahí como arena en el ambiente, mi corazón palpitaba fuertemente, estaba a punto de perder la razón.
— ¿Quien era? — dije con un hilo de voz.
— Una pesadilla — dijo Secamente.
— ¿Una pesadilla?, ¿por que era como tú?, ¿que sucede? — Alonso me observó fijamente.
— ¿Que te paso? —se acercó a mi y me tocó el moretón, retrocedí rápidamente por que dolió.
— No lo se, apareció así sin más — Alonso apretó la mandíbula —Pero, explicame por favor ¿que paso?.
— Como lo dije, eso que viste se llaman pesadillas — abrí los ojos — ya se que los mortales entienden por pesadilla algo diferente sueños feos, ¿no es así?.
— Si.
— Bueno en mi mundo las pesadillas son seres malignos muy peligrosos, pueden adoptar forma de lo que mas quieres o necesitas en un momento preciso, solo puedes diferenciarlas por el color de los ojos, amarillos. Pero cuando las víctimas tienen la mente en blanco suelen ser invisibles. Ya veo que te ha hecho daño.
— ¿Por que no te hizo nada? — pregunte. Alonso me sonrió.
— Por que yo, soy mucho más poderoso y malo que ellas, estas con el peor nena.
— No te pueden hacer nada — dije, Alonso asintió.
— La repuesta que venias buscando ya la encontraste. Debes tener mucho cuidado, por que ellas pueden matarte, en lugar de volverte a escribir una carta ahora van a actuar.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
Fiksi PenggemarLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...