Seguía pensando en el comportamiento de Alexander, era muy inusual la reacción que había tenido, por lo general a los chicos que les dices algo así terminan por entender que no quieres nada, hay algunos casos en los que siguen insistiendo, pero no te tratan mal, es algo que simplemente no deben hacer sí quieren ganarse el aprecio de una chica.
Pero él me agredió y amenazo, y creo que eso es suficiente como para no querer verlo nunca.
Caminaba hacia mi casa, había rechazado la invitación de Areli a su casa para ver películas y comer palomitas de maíz, pero con esta situación en la que me encuentro donde el chico que quiero ha dejado de verme durante días y por otro lado el pretendiente intenso me insulta creo que es mejor ir a dormir para olvidar los acontecimientos, del día.
Cada vez a mi vida le encuentro menos sentido, las personas que quiero mueren o se alejan y eso me produce cierta depresión, como ahora.
Entre a mi casa mirando al suelo, sabia que mis abuelos estaban en la cocina esperando a que fuera a avisarles que ya había llegado, pero no lo hice, solo arrastre mi existencia a mi habitación, donde se que nadie me molestaría.
Con Alonso.
Después de que él pelirrojo hablara con Jos, decidió darle una pequeña visita a Ailim, pero sin que ella lo viera, estaba desde las alturas de un árbol, sentado en las ramas, observando a la chica quien hace poco había llegado a su casa, Alonso sonrió al poder verla y saber que estaba bien.
— Pronto estaremos juntos — dijo mientras sonreía — Lo prometo.
Las horas pasaron y Alonso seguía observándola por la ventana, ella leía acostada en su cama sin saber que el chico que ella quería estaba a unos metros de ella, observándola para asegurarse de que estaba bien.
Al día siguiente
Alonso corría a toda prisa hacia el monte, aquel monte donde su padre biológico lo había abandonado cuando era apenas un bebé, se preguntaran el por que.
Su madre lo había quedado de ver ahí, donde todo empezó.
Al llegar la luna ya estaba esperándolo.
— ¡Cariño! — dijo la luna y soltó un suspiró — ¿Estas seguro de que esto es lo que quieres hacer? — preguntó girando a verlo.
— Si, solo ella puede hacerme feliz madre, y quiero estar a su lado el resto de mi vida. — hablo Alonso.
— ¿Comprenderás que seras un mortal al igual que ella, verdad? — cuestiono la Luna levantando una ceja.
— Estoy dispuesto a hacerlo. Solo convirtiéndome en un mortal podré ser libre de estar con ella y así nadie ni nada podrá separarnos.
La Luna se acerco a su hijo lentamente.
— Sabes que te amo Alonso — dijo y acaricio la mejilla del pelirrojo — solo quiero tú felicidad, y aunque te deje de ver para siempre tienes que tener presente que siempre te voy a amar y a cuidar desde arriba — dijo.
— Lo se madre — le dio un abrazo a su mamá que había cuidado de él desde bebé y que le había brindado refugio cuando había quedado solo en el mundo — Dime lo que tengo que hacer mamá, en tres días seras la Luna creciente.
Ella asintió.
— Viernes de Luna creciente — dijo la bella mujer — A las 11:55 de la noche, debes nuevamente declararle tú amor a Ailim justamente aquí, en este monte. donde todo empezó y terminara, tus poderes serán eliminados y te convertirás en un mortal, todo saldrá al pie de la letra si ella te ama también, si no lo hace, deberás abandonar el pueblo para venir nuevamente conmigo y ahora jamás regresaras — Alonso escuchó todo con atención — Y última cosa... — dijo la Luna levantando el dedo índice — y la mas importante, a cambio de lo que voy a hacer por ti — hizo una pausa y sonrió la Luna — quiero que me entregues al primer hijo que tengas con esa chica...alguien debe ocupar tu lugar, para ser mi hijo.
Alonso abrió los ojos a mas no poder.
— ¿Quieres que el primer hijo que yo tenga... sea como yo? —la Luna asintió.
— La leyenda no se debe terminar, así sera Alonso, yo hago que seas un mortal como tu amada, pero quiero a tú primer hijo.
Alonso sabia lo que se sufría al ser hijo de la Luna, pero era un trato. Y con la Luna no se juega.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...