Capítulo 25 "La Carta"

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Subí a mi habitación  y al llegar prendí mi pequeña computadora.

Aun sigo sin superar el hecho de que Alonso haya arruinado una cita, me puse a pensar en lo que mi abuela me había dicho ¿celos?, Alonso, ¿celos?, pero él nunca me había mostrado un trato diferente, siempre me trata mal, se comporta grosero, nunca me ha dado motivos como para pensar que esta enamorado de mi, además él es malo, dudo que en su corazón exista algo que se llame amor.

Sacudí la cabeza ahuyentando todos esos pensamientos ilógicos. Teclee en la computadora "youtube" quería escuchar algo de música para olvidar lo desastrosa que resulto la primera cita que tuve en este lugar, bueno, igual no importa que la cita no saliera bien, de igual forma Mateo se ve que es un Don Juan y dudo mucho que lo que quiera lograr conmigo sea algo serio, por una parte estuvo bien que Alonso arruinará la cita.

En el buscador de youtube puse algo de Austin Mahone "Better With Youdeje que la música sonara y me quite el abrigo que tenia puesto, lo lance a el sofá que tenia en una esquina y me senté en la orilla de la cama, sonrei, que bueno que mis abuelos habían accedido a dejarme traer mi computadora, y aunque robaba el internet de los vecinos podía distraerme con algo de música.

Mi abuela entro a mi habitación sin llamar a la puerta.

— Querída, asegura bien tus ventanas — dijo mientras en las manos llevaba un bote transparente lleno de agua.

— Si, pero ¿por que tienes eso? — frunci el ceño

— Lo vengo a poner aquí en tu recámara, es agua con carbonato.

— ¿Para que lo dejaras aquí?

— La luna esta roja cariño tenemos que tomar medidas de seguridad, esta agua nos ayudara a ahuyentar las malas vibras — me dijo mientras colocaba el recipiente en una esquina de mi habitación.

— Oh ya — dije soltando un suspiro y tocándome la frente —  Creó que vivir en este pueblo trae mucho estrés, tantas cosas que debo conocer.

Mi abuela sonrió.

—Si, cariño — se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla —sera mejor que duermas, ya es tarde.

— Si abuela, en un rato mas dormire.

— De acuerdo — me dio una mirada que no era común en ella, estaba como indecisa.

— ¿Pasa algo? — pregunte.

— Acabo de revisar el correo y... — mi abuela hizo una pausa y de la bolsa de su abrigo saco una carta — Es de tú padre.

La tome un tanto asombrada e incrédula, nunca me mandaba nada.

— ¿Me ha mandado una carta? ¡De verdad! — dije un tanto feliz, a pesar de todo lo que ha pasado con mi padre le tengo mucho aprecio, no puedo juzgarlo, después de todo nunca dejara de ser mi padre y es la única familia que tengo si algún día llegan a faltar mis abuelos.

— Así es, linda, el destinatario dice tu nombre — sonrió — no sabía como ibas a tomarlo, pensaba que la ibas a rechazar.

Negué con la cabeza.

— No soy quien para juzgar a mi papá, él tendrá sus razones por las que se alejo de mí, además, me dio esta casa y gracias a él te tengo a ti y a mi abuelo — mi abuela me abrazo.

— Eres maravillosa, cariño — me dio un beso en la mejilla — bueno pues, ya descansa.

Asentí, mi abuela salio de la habitación y con una sonrisa abrí el sobre de la carta, mi sonrisa fue desapareciendo poco a poco al leer el contenido. Mi papá no había escrito esta carta.

Leí el remitente de la carta.

De: Luis Miguel G. Basteri

Para: Ailim Basteri

¿Que? el miedo me inundo profundamente, la piel se me puso chinita.

Necesitaba ver a Alonso.
Volví a leer la carta.

Eres tan ingenua que creiste que era tú papá, pobresita niña, fue tan fácil encontrarte y ahora no descansare hasta verte destruida, por tu culpa el hijo bastardo de la Luna no ha podido terminar con este pueblo, él no sabe lo mucho que me encantaría ver a tú pueblo hundido en llamas, ¡hacer que desaparezca para siempre!, pero gracias a ti ahora él no puede hacer nada, seguro no sabes por que, al igual que yo, así que ¿te parece que lo ayudemos? Dejame despedazarte, hasta que cada pieza de tu cuerpo deje de existir. De mi no te salvas, matare a todas las personas que quieran esconderte, he llegado a tu maldito pueblo, solo para matarte, tenía que hacértelo saber, aunque seguro ya lo sabias por la luna roja. Pero vamos, ayudemos a Alonsito, sin ti aquí, él podrá hacer que "El Beso del Diablo" deje de existir. Dejame matarte.

La carta no estaba firmada por lo tanto no tengo la mas mínima idea de quien sea, debía ver a Alonso lo mas urgentemente posible.

Quien sea ya sabe donde vivo.

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora