El tiempo con Alonso se me pasaba volando, era algo raro, por que al principio pensaba que estar con el toda la tarde iba a ser algo incomodo e insoportable pero hasta eso, Alonso se ha comportado muy diferente conmigo a como se venia comportando anteriormente.
Ahora se encontraba frente a mi, con la guitarra que había sacado de mi armario ya que ahí la tenia escondida, esa guitarra era un obsequio de mi padre cuando cumplí 15 años, antes solía tocar en los coros de las iglesias con ella, pero después de que mi madre murió la arrumbe.
— No así no — sonreí y me acerque a Alonso para poder ayudarlo con la guitarra — debes pasar los dedos así — tome su mano, y lo mire a los ojos — de do, re, do...a...do, sol, fa — dije moviendo su mano con la mía.
Alonso me sonrió tiernamente, algo que no solía hacer, yo sin pensarlo imite su acto.
— Gracias — asentí y quite mi mano de encima de la suya — ¿sabes cantar? — preguntó.
— Un poco, deje de hacerlo cuando, mi mamá murió — Alonso me miro con tristeza.
— Lo siento mucho. — solté un suspiro y negué con la cabeza.
— No, ella ahora esta mejor, y es mejor seguir adelante, a ella no le gustaría que me deprimiera — me levante de la cama en donde minutos antes estaba y camine unos pasos hacia la ventanas y me abrace a mi misma.
— Oye...— gire a verlo — ¿y si me tocas una canción?, para que no te sientas triste — le sonreí y me acerque a él.
— De acuerdo — nuevamente tome asiento a su lado — ¿cual tocó? — Alonso me entrego la guitarra y levantó los hombros.
— No tengo idea de música, sorprendeme — levanto una ceja y me regalo una linda sonrisa.
— Esta bien, pero te aviso que no canto de maravilla.
— Me gustaría correr el riesgo.
Solté una risa y comencé a tocar la guitarra.
Mientras estaba cantando Alonso me miraba fijamente y muy serio, lo que me hacia sentir nerviosa, pero yo continuaba con la canción, vi que a Alonso se le escapó una sonrisa, cuando estaba cantando el coro, lo que me hizo sonreír.
Cuando termine de cantar la canción Alonso se me quedo viendo a los ojos.
— ¿Que tal? — dije tímidamente.
— Tienes una voz muy poco común — dijo seriamente — y eso la hace hermosa, además tocas la guitarra increíble, deberías de dedicarte a la música. — baje la cabeza.
— Gracias — dije tímidamente — Aunque quisiera dedicarme a esto, lo tengo prohibido — dije mientras me levantaba de la cama y guardaba la guitarra en su funda, unos pasos se escucharon afuera de mi recámara — ¡Escondete! — Alonso corrió y se metió al baño.
Mi abuela abrió la puerta, y me observo asombrada.
— ¿Tu estabas cantando? — pregunto, asentí — Creí que jamas te iba a volver a escuchar, que bueno saber que estas volviendo a ser la misma Ailim de siempre — me abrazo.
— Aaam si abuela, pero ya no lo haré.
— Cariño no por que cantes aquí en casa es por que ya vas a ser algo en ese medio, puedes cantar cuando quieras, cantas muy lindo.
— Gracias, abuela — dije seria — ¿por que no vas allá abajo? — comente nerviosa.
— Bueno ya me voy, es que solo venia a comprobar lo que escuche. Pero ahora me voy — hice un ademán con la mano y mi abuela salio de mi habitación, cerrando la puerta tras ella.
Suspire y continúe guardando la guitarra, Alonso salio del baño.
— Lindo baño — me dijo y se tiro a la cama — Bueno me decías ¿tienes prohibido cantar?
— No, bueno, cantar no, si no que dedicarme a la música. En mi familia es complicado esto de la profesión musical, no lo entenderías.
Alonso me miro sonriente.
— Eres muy misteriosa — negué con la cabeza.
— No tanto como tu, señor Villalpando — camine al armario y metí la guitarra.
— Te das cuenta que hemos estado hablando como si fuéramos amigos, en todo el tiempo que he estado aquí, no te he molestado — se levantó de la cama y se acerco a mi, gire a verlo y choque contra él. Sus ojos estaban a unos centímetros de mi.
— Es impresionante...— susurré, mire sus labios ¿queria besarlo? ¡Si quería besarlo!.
— Creo que más que eso — sonrió ligeramente y se acercó un poco más a mi — me gusto la canción.
— Es...— estaba nervisisima — es una de mis favoritas.
— Me preguntó que pasaría si...— de pronto Alonso sin previo aviso junto sus labios con los mios, abrí los ojos ante su acto pero poco a poco los fui cerrando hasta que mis manos se un dieron en su lindo cabello.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...