Las clases transcurrieron tranquilas, en realidad el tiempo en la universidad fue demasiado relajado y es algo raro, por lo general yo me estreso demasiado rápido, es uno de mis defectos.
— ¿Quieres que te acompañe a la parada de autobuses? — me pregunto Bryan, creo que se volverá un amigo muy importante.
— Claro Bryan, gracias, necesitó saber cual es la parada mas cercana — dije con una sonrisa mientras metía mi libreta a mi mochila.
— De acuerdo, entonces vayamos — hablo mientras se echaba la mochila al hombro.
Caminamos fuera del aula.
— ¿Mañana a que hora llegaras al teatro? —cuestione al castaño.
— Por lo general acostumbró a llegar 20 minutos antes, en estos eventos se llena demasiado el teatro puesto que es una invitación abierta.
— Gracias por el dato, supongo que llegare al mismo tiempo que tu — sonreí.
— Es muy conveniente —me dedico una sonrisa — si quieres te espero para poder entrar juntos — sugirió.
— Me parece buena idea — dije.
— Entonces...¿Me pasarías tu número? — preguntó.
— ¡Claro! — Bryan saco su celular para anotar — es 2711682987.
— Perfecto — sonrio — estaré en contacto contigo.
— Vale.
— ¿Que te pareció la facultad?.
— Hermosa, y muy tranquila, bueno en general también Tlaxcala en muy tranquilo a comparación de la Ciudad de México.
— No pues, en eso creo que todos estamos de acuerdo — soltó una risita.
Después de platicar un rato sobre diversas cosas llegamos a la parada mas cercana, compre mi boleto, Bryan decidió esperar a que llegara el transporte junto conmigo y en verdad se lo agradezco por ser tan gentil conmigo.
— ¿Que tiempo de haces en llegar a la uní por la mañana? —me preguntó.
— Dos horas, debo de levantarme muy temprano — solté un suspiro.
— ¡Wooow, impresionante! yo en tu lugar no llegaría a tiempo — me dijo soltando una risa.
El autobús hacia mi pueblo se paro enfrente de donde estábamos.
— Bueno Bryan, un placer conocerte,nos vemos mañana — dije
— Igualmente Ailim, te cuidas — nos despedimos con un beso en la mejilla, subí al autobús, y como siempre tome el último asiento, saque mi celular y mis auriculares y decidí poner un poco de musica.
(...)
Abrí los ojos y me di cuenta que faltaba muy poco para llegar a el beso del diablo, me quite mis auriculares y los guarde, me levante del asiento y camine por el pasillo, las personas me miraron y se persignaron ya que sabían que iba a bajar en el "pueblo maldito" rodee los ojos, ahora entiendo por que Jos en la mañana dijo eso.
Baje del transporte y para mi mala suerte estaba lloviendo, no había gente por las calles.
— Demonios —susurre y me puse el gorro de mi sudadera.
Comencé a correr, solo me faltaban unas pocas cuadras para llegar a la casa de mis abuelos, cuando llegue abrí rápidamente la puerta y entre, me seque las suelas de los zapatos con el tapete que estaba en la entrada, moría de frío.
— ¡Eh llegado! — avise.
— ¡Que bueno, hija! — se escuchó la voz de la abuela — Ven aquí.
La voz de mi abuela me daba mucha tranquilidad, me acerque a donde estaban, recorrí el pasillo de la entrada y gire para encontrarme a mis abuelos frente a la chimenea. La casa de mis abuelos es enorme y muy vieja, parecía una "mansión embrujada" además de que el piso era de madera y crujía con cada paso que daba.
— ¡Mira nada mas como vienes! — me dijo mi abuela, me acerque a ella y le di un beso en la mejilla al igual que a mi abuelo quien se encontraba leyendo un periódico.
— Querida te recomiendo que siempre lleves un paraguas contigo — me dijo mi abuelo —aquí llueve muy seguido.
— Lo tomaré en cuenta abuelo, gracias — dije con una sonrisa.
— Bueno hija, ve a ducharte y luego bajas a cenar, Blanca a preparado chocolate caliente — dijo mi abuela, asentí y subí a mi recámara, la casa de mis abuelos me daba miedo arriba había muchas habitaciones y por desgracia a mi me había tocado la última del pasillo.
Abrí la puerta de mi habitación y deje mis cosas en el escritorio, busque mi toalla, ropa interior limpia y mi pijama, entre al baño y abrí la llave del agua caliente, me quite la ropa mojada y comencé a ducharme.
Al salir decidí poner algo de música en lo que me cepillaba el cabello, pero el sonido de que alguien tocaba la puerta me distrajo.
Me levante a abrir.
— Señorita Basteri — dijo Blanca la señora que ayudaba a mis abuelos con la casa.
— Hola, ¿Puedo ayudarla?
— Venia a avisarle que la cena ya esta lista — asentí.
— Gracias, ahora bajo.
Blanca asintió y se alejo de mi recamara, apague la música y baje a cenar.
— ¿Que tal tu primer día en la universidad? — preguntó mi abuela, mientras cortaba un pedazo de pan y lo remojaba en su chocolate caliente.
— Estuvo bien, muy tranquilo, diría yo —dije.
— Me parece muy bien...— dijo ella.
Mi abuelo continuaba leyendo su periódico, es muy aburrido estar aquí, mis abuelos son personas con mentalidad muy antigua por lo tanto no había TV en la casa, a duras penas me dejaron traer mi laptop, pero les dije que la necesitaba por las tareas, por lo tanto no tuvieron de otra mas que acceder.
Me llamo la atención un anuncio del periódico que leía mi abuelo.
— Abuelo — lo llame, el me miro por encima del borde de sus lentes.
— ¿Si?
— ¿Me prestarías la pagina de tu periódico? — señale la pagina que contenía el anuncio, mi abuelo asintió y me la dio.
Leí el anuncio y decía.
Se solicita chica con o sin experiencia para encargarse de biblioteca publica por medio tiempo (7:00 a 10:00pm) dirección A.v Cross numero 78
Tel: 234678799¡Perfecto! Amo los libros, y trabajar en una biblioteca me caería como anillo al dedo, no perjudicaría mis clases, tendría un ingreso para mi sola y además no me aburriría al estar aquí toda la tarde.
— ¡Necesito este empleo! — dije en voz alta
— ¿Para que quieres un empleo cariño? Aquí tienes todo, además no es recomendable que los estudiantes trabajen — me dijo mi abuela con su leve acento italiano.
— Pero es en una biblioteca abuela... Me serviría hasta para hacer mis tareas — comente — trabajaré ahí, mañana mismo iré a pedir ese empleo.
— Si eso quieres preciosa, pero... Solo ten cuidado — me acarició mi brazo como si me estuviera advirtiendo algo.
-Dalia
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Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]
FanfictionLa leyenda que nadie quiere contar. La vida de Ailim Basteri es sumamente normal, la típica vida de una chica de 19 años que sólo busca ser alguien en la vida, ella ha decidido estudiar en la Universidad la carrera de Filosofía. Todo iba bien hasta...