Capítulo 11 "Alonso"

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Abrí la boca ligeramente, y decidí no hacer comentario alguno. Él sabe, sabe que estuve involucrada.

— ¿No vas a decir nada? — pregunto dando unos pasos mas para acercarse a mi.

— No. — lo observe. Era un chico demasiado apuesto para ser malo, me dio una mirada penetrante que sentí que me perforaba el alma — ¿Como te llamas? — dije apenas con un hilo de voz, el ambiente se hizo frío.

— ¿Te importa tanto.... Cariño? — dijo con una sonrisa burlona.

— ¡Responde!, se que tu eres el hijo de la luna y atemorizas a todos — dije armandome de valor.

— Vaya, vaya, han dañado mi reputación contigo — dijo negando con la cabeza — Los humanos son tan tontos.

— ¡Responde, dime tu nombre!

El chico me rodeo y se puso a mi espalda, apartó el cabello que cubría mi oído y se acerco.

— Alonso — susurro, me estremecí y me aparte  — ¿Contenta? Me llamo Alonso Villalpando un nombre común ¿verdad? — sus ojos azules brillaron en las obscuridad.

— Me largo. — avance.

— Seras muy interesante, Ailim — dijo mientras soltaba una carcajada.

Corrí lejos de ahí, ¡es él! El hijo de la Luna ¿debo decirle a Areli?, si Ailim, le diste tu palabra, corren peligro.

Al llegar a casa, entre rápidamente, mis abuelos estaban en la cocina, ya que había entrado a beber un vaso con agua.

— Hija, que bueno que has llegado ¿como te ha ido? — gire a ver a mi abuela.

— Bi.. bien — tartamudee — muy bien, el trabajo es...sencillo — solté un suspiro

— ¿Estas bien, Ailim? — pregunto mi abuelo mientras levantaba su taza de café para llevársela a los labios.

— Si, mejor que nunca — deje el vaso d agua en el fregadero.

— De acuerdo, cariño ¿quieres cenar? le puedo decir a Blanca que te prepare algo — comento mi abuela.

— No, no, ya he comido algo — lo se es mentira pero debo llamar a Areli.

— Oh...bueno.

— Estaré en mi habitación — salí rápidamente de la cocina, y subí a mi habitación. En verdad odio esta casa, me da miedo.

Cuando llegue cerré con seguro me puse la pijama y me acosté, tome mi celular y le marque a Areli.

Are — dije cuando me contestó.

Ailim, que bueno que llamas, estaba apuntó de llamartedijo con voz asustada.

¿Por que?, ¿que sucede? — pregunte alarmada.

Incendiaron la granja de mi padre. Y es algo extraño por que nadie puede entrar ahí, es un caos — dijo con la voz temblorosa.- es él Ailim, empieza a provocar cosas.

Cubrí mi boca con mi mano.

Areli, debo decirte que...hice una pausa — Tienes razón, él es el chico que dices.

¿Que?...¿Como te diste cuenta?

Cuando regresaba a casa me lo encontré.

¿Estas bien? — dijo alarmada.

Si, Are, estoy bien, pero en realidad me preocupa también. Me ha dicho su nombre, Alonso, ese es su nombre.

¡Oh por Dios, maldita sea! Y lo peor es que no encontramos el libro.

Tranquila.

— ¡Debemos ahora prevenir a todos, como habíamos quedado!

No. Yo hablare con Alonso.

¿Estas mal del cerebro? ¡Te va a matar!

No Areli, creo que puedo hacerlo.

Por favor Ailim, no hablaras en serio, estamos hablando de el hijo de la luna, ese chico es un demonio.

(...)

Iba en el transporte en camino a la universidad, no había podido pegar un ojo en toda la noche, aquellos ojos casi grises invadieron mi mente, impidiéndome dormir.

Me extrañaba que Jos no subiera al transporte, tal vez se le hizo tarde.

Cerré mis ojos.

(...)

Alguien me zarandeaba.

— Señorita hemos llegado a Tlaxcala — me dijo el hombre de los autobuses.

— Oh, gracias — tome mis cosas y baje.

El maldito sueño se apodero de mi cuerpo, nunca había sentido tanto sueño como hoy. Subí a la combi que me llevaría a mi universidad.

Cuando llegue a mi aula retranque mi cabeza en mi butaca.

— ¡Diablos! ¿te sientes bien Ailim? — preguntó Bryan quien acababa de llegar.

— Solo tengo sueño — comente toque mis sienes y las sobe. Mi vista se puso roja — ¡Bryan, Bryan! ¿Que me sucede? — dije alarmada — ¡no veo bien, veo todo rojo!

— ¡Ailim!, ¡Ailim! Tranquila te llevaré a la enfermería.

— ¡Bryan por favor, estoy asustada!

(...)

Bryan estaba sentado frente a mi y yo estaba sentada en una camilla mientras la enfermera ponía una lámpara frente a mis ojos.

— ¿Ya ves mejor? — preguntó, solo asentí.

— ¿Que tengo? — pregunte.

— No encuentro el motivo por el cual te paso eso, todo esta normal — dijo frunciendo el ceño.

— Pero, ¿estará bien? — preguntó Bryan.

— Si, pero por lo mientras te recomiendo que vayas a casa, te daré un permiso — dijo — trata de no forzar la vista y duerme un poco.

Sonreí y tome el permiso que me tendió.

— Gracias.

Bryan y yo salimos de la enfermería. Cada vez me suceden cosas mas extrañas.

-Dalia

Hijo de la Luna |Alonso Villalpando| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora