21: Cita doble, mala idea. Parte O1.

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Sin editar

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Eran las tres de la tarde del sábado y
Yesenia estaba sentada sobre la cama, mientras leía una revista. La había llamado para que viniera a casa ya que mamá y Columba salieron desde temprano con mi tía Helen y Alonso había salido desde hace rato.

Le conté sobre la salida que tendría con Alan hoy y pareció estar en desacuerdo con eso. Me regaño por no haber seguido su consejo de hablar con Alonso con voz amenazante.

-No lo entiendo, ¿por qué salir con Alan cuando tienes a Alonso a tu disposición? -cerró la revista, dejándola a un lado de la cama.

-No empieces, Yesenia -me quejé, sentándome en el pequeño sofá que estaba a lado de la ventana.

-Hablo en serio, no estoy diciendo que Alonso sea el chico más dulce o romántico...

-Es un idiota -interrumpí.

-Él te ha dado demasiadas señales que le gustas y tú no las has captado -afirmó, con demencia.

-Me castigaron y sufrí de fiebre por su culpa ¿Esas son las señales? -cuestioné, molesta.

-Supéralo, Julie -reclamó, levantándose de la cama, poniéndose frente al armario y luego me miró-. ¿Quieres comprobar que le gustas? -preguntó, colocando las manos en sus caderas.

-¿Qué tienes en mente? -pregunté, entrecerrando los ojos.

-Tienes que ponerlo celoso -respondió, abriendo las puertas del armario.

-¿Qué quieres decir? -pregunté,confundida.

Antes de responder, se concentró en buscar ropa. Algunas lad miraba con repugnancia y otras las ignoraba, hasta que después de unos minutos, sus manos sostenían un short corto color negro y una blusa holgada color salmón.

-Te pondras esto -dijo, extendiendo las prendas sobre la cama.

Me levanté de mi lugar, examinando el atuendo. El short me quedaba demasiado corto, por esas razones no lo usaba y la blusa era linda, pero la parte del escote estaba demasiado expuesto para mi busto regular.

-¿Estás loca? Con eso voy a parecer una necesitada -comenté,cruzándome de brazos y puso los ojos en blanco.

-Arriésgate por una vez en tu vida, no tiene nada de malo que muestres un poco de piel -fruncí el ceño, mirando de nuevo la ropa.

-¿Por qué no uso jeans en vez de short? -realmente mi problema se basaba en eso, no me avergonzaba de mis piernas, pero no me gustaba andar por ahí con ellas prácticamente desnudas.

-Julie, no seas una aburrida. Alonso te ve todos los días con jeans, muéstrale de lo que se pierde cuando este con Daniela -tenía un punto.

-¿Qué hay de Alan? Se le caerá la baba cuando me vea -comenté, señalando el atuendo.

-Olvida a Alan, queremos poner celoso a Alonso, no a él -dijo, tomando unos tacones negros de aguja de la comoda.

-¿Qué estás...?

-Éste será tu calzado -contestó, colocándolas en el piso.

-Ni loca usaré esas cosas, están demasiado altas -protesté, sacudiendo la cabeza.

Recordé que ese par de tacones me lad había regalado la tía Martha en mí cumpleaños número dieciocho. En navidad las había usado y forma de andar era parecida a un elefante recién nacido, tratando de caminar. Esa noche terminé con los pies hinchados y adoloridos. Desde ese día, no los volvi a usar.

El Huésped -Alonso Villalpando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora