20: Sabor amargo

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Sin editar

— ※ —

"¡Buenos días! Son las nueve de la mañana con siete minutos, seguimos con la transmisión musical..."

Una canción desconocida comenzó a sonar, me levanté de la silla y apagué el aparato, dejando el desayudo a medias. Era viernes, día soleado y con una temperatura ambiente. Bonito clima para ir a la playa, salir a correr o hacer algo productivo, y bueno, no tenía ganas de hacer ninguna de esas cosas; la flojera se apoderaba de mí cada vez que trataba de despabilarme. Columba y mamá habían salido desde hace rato a visitar a los hijos de Columba al campamento como cada viernes. Antes de que se fueran, le pedí permiso a mamá sobre mi salida de mañana, pero dijo que me daría la respuesta cuando regresara.

Mid fuerzas estaban por los suelos, lo único que quería era tirarme en la cama y dormir durante todo el día, pero el cesto de ropa estaba al borde y si dejaba pasar un día más sin lavar, todas las prendas saldrían volando por la habitación. Salí  de la cocina y luego de subir las escaleras, me encontré a Alonso. Llevaba un par de vaqueros desgastados, vans negros y una camiseta de Guns N' Roses. Nuestras miradas se encontraron por un momento, antes de que saliera de la casa y recordé la incógnita que tenía con respecto al último mensaje.

Después de unas horas, escuché movimiento en la planta baja
Bajé a la cocina, encontrándome con mamá y Columba con un paquete de comida.

-Comida china -aviso, alegremente. Sonreí, sentándome en el taburete y empezamos a comer. Alonso todavía no llegaba, ya eran casi las dos de la tarde y ridículamente estaba extrañando su presencia.

— ※ —
Narra Alonso

Le había pedido a uno de mis amigos, Freddy, que pasara por mi para ir a tomar un par de tragos. La conversación que tuve ayer por la noche con Julie pareció afectarme y diablos, claro que me afectó. Había aceptado salir con Alan y eso me hacía sentir impotente.

¿Acaso no sé daba cuenta que ese tipo quería follarla contra la pared, para después deshacerse de ella?

Tenía que encontrar la manera de abrirle los ojos y que diera cuenta la clase de imbécil que era. Maldición, mi conexión con ella parecía estabilizarse después de haber ido al parque de atracciones, hasta que llegó Alan a arruinarlo todo.

Mi conciencia me reclamaba constantemente, ¿Qué diablos me importaba que se la follaran o que le gritaran obscenidades? No lo sabía, pero el impulso simpre parecía sin previo aviso, cuando Alan le dirigía la palabra o cuando un estúpido le faltaba al respeto. Imaginar a Julie subirse al asqueroso mustang del depravado, me enfermaba. No podía hacer nada para evitar que saliera con él, pero si podía hacer algo al respecto. Eso ya lo tenía totalmente calculado.

Luego de conversaciones absurdas y divertidas que tuve con Freddy, le conté sobre Julie. No me puse sentimental ni nada de esas cursilerías. Al terminar la conversación, me señaló, diciendo: "Acepta que te gusta la chica". Me reí con su comentario, no me gustaba, nos llevábamos mal y la mayoría de las veces me sacaba de quicio, era sólo que...¡A la mierda! No me gusta, me encantaba.

Salimos del bar, subimos a su carro y me llevó se vuelva a casa. Durante el trayecto, hice una llamada al papá de Julie. Él era el único que me permitía estar cerca de su hija, teniendo el pretexto perfecto para que estuviera al pendiente de ella.

— ※ —
Narra Julie

Cuando estábamos en medio de una conversación, logré escuchar el motor de ub auto en el exterior. A los pocos segundos, oí la puerta principal y luego luego apareció Alonso.

El Huésped -Alonso Villalpando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora