40: Hermoso despertar

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Cuando desperté al día siguiente, logré sentír un agradable calor humano detrás de mí. Fue entonces cuando recordé el episodio de anoche. Luego de haber reconsiderado las palabras de Alonso, pude convencerme que lo que había sucedido realmente fue obra de Daniela y me atrevo a decir que Alan estuvo involucrado.

Me sentía un poco culpable al no creer de inmediato en él. Pero en las circunstancias en las que estaba era muy difícil pensar con lucidez. Después de pensar una y otra vez, la claridad fue apareciendo en mi mente. Confiaba en Alonso a pesar de todo.

Lo mejor de la noche fue cuando sentí su cuerpo acurrucándose junto al mío. Y aquel beso fue suficiente para hacerle saber que nadie podría separarnos. La noche concluyó de la manera más perfecta que fue dormir en sus brazos. Y aunque no llegamos más allá de las caricias, sé que eso no importa si realmente estás con la persona que quieres.

Pero algún día querré entregarme a él completamente y ese momento será el más magnifico de todos.

Volviendo al ahora, parpadeé lentamente adaptando mi vista. Miré sobre mi hombro y allí se encontraba el chico que me hacía enojar con sus comentarios estúpidos y pervertidos, pero que también me enamoraba con sus acciones y sus palabras llenas de sentimientos.

El brazo de Alonso seguía sobre mi cintura. Me rodeaba de una manera posesiva y calida. A pesar de que se encontraba en un profundo sueño, su agarre era fuerte y preciso. Como asegurándose de que no me alejara. Sus largas y peludas piernas estaban conectadas con las mías. Logré percibir su respiración estable resoplando en mi oído.

Me giré lentamente hacia él. Se veía tan sereno y pacífico. Peiné ligeramente su cabello con mis dedos hasta alborotarlo más de lo que ya estaba. Acaricié su rostro con lentitud dándole a mi vista la dicha de disfrutar de su belleza masculina. Con mi pulgar, recorrí el contorno de sus labios que se encontraban entreabiertos.

Era tan perfecto. Es tan hermoso por dentro y por fuera.

Mis dedos viajaron por su barbilla sintiendo el ligero picor de los vellos que no habían sido afectados hace días. Luego de contornear su mandíbula continué descendiendo hasta llegar a su cuello.

Entonces me di cuenta que la sabana se habían desplazado a la parte inferior de su abdomen. Fue cuando recordé que sólo llevaba unos bóxers de color negro. Recorriendo el costado desnudo de su cuerpo, llegué hasta el elástico del bóxer. Sonreí al leer la marca Calvin Klein en ellos.

Queria continuar mi viaje pero no podía tenerlo en una habitación por mucho tiempo. En cualquier momento mi mamá, Columba o lo que es peor, mi padre puede entrar y esta no es la manera para dar una explicación. No quiero que haya otro malentendido.

Miré el reloj que colgaba de la pared. Éste marcaba las 10:26am. A esta horas mi mamá ya debe de estar levantada. A ella no le importa si es domingo, siempre se despertará temprano sin importar que se haya desvelado la noche anterior. Tal vez tiene ancestros zombie o algo.

Comencé a moverme hacia atrás para intentar safarme de la agarré de Alonso. Tenía que levantarme a poner el seguro de la puerta. Eso aminorará  las posibilidades de que me manden a un convento si es que me descubren de esta forma.

Estaba por lograr apartarme cuando su brazo se tensó alrededor de mi cintura. Intentte de nuevo, pero esta vez sigilosamente. Fue peor. Escuché un gruñido por parte de Alonso a la vez que atraía mi cuerpo al suyo con fuerza.

El Huésped -Alonso Villalpando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora