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Durante la tarde mi mamá y Columba por fin aparecieron en la casa. Mientras los cuatros comíamos, platicó sobre lo bien que se está recuperando la tía Helen de su depresión y tratando de no recaer.
La conversación se fue extendiendo hasta que me preguntó sobre cómo me había ido en la salida de ayer. Me límite en decirle que estuvo bien.
Alonso me miraba de reojo, sabía que no la pasamos nada bien. Pero no interrumpió diciendo tonterías o contradiciendome. De hecho, él también fue interrogado por Columba. Logró decir que era la última vez que salía con Daniela. Y por alguna inexplicable razón me alegró su comentario.
Antes de haber terminado nuestra merienda le avisé a mi mamá que saldría dentro de unas horas con Alonso. No protestó ni se quejó, al contrario, dijo que era una buena idea de que fuéramos a la playa. Su forma de actuar me parece un poco extraña. Es como si guardara algún secreto. Columba a su vez, no comentó nada al respecto. Pero si noté como le mandaba miradas de advertencia a Alonso.
(...)
Luego de haberme dado una ducha y haber depilado las zonas elementales busqué entre los cajones algún traje de baño adecuado.
Rara vez íbamos a la playa por lo que no tenía muchas opciones en elegir, sólo tenía dos cambios. Uno de ellos me quedaba chico así que dadas las circunstancias tuve que ponerme el otro color azul cielo. Era realmente sencillo. La parte de arriba no estaba tan expuesto. Los tirantes se sujetaban por el cuello con firmeza. Ls parte del bikini estaba para mi sorpresa, cómodo. No era una de esas prendas que hace que se te vea todo el trasero.
Mientras me vestía no estaba segura si usarlo. No es que tenga miedo de mostrar mi abdomen ya que realmente no estaba tan mal pero andar por ahí en traje de baño es como estar prácticamente en ropa interior.
Dejando de autocriticarme terminé de ponerme un mini short de mezclilla junto con una blusa holgada del mismo color del traje de baño. Luego de que me maquillé lo más poco posible y con sólo una capa de rímel en mis pestañas arreglé mi cabello con una trenza común. En mi bolso guardé mi celular, las llaves de la casa y unas cuantas cosas innecesarias. Poniéndola en mi hombro fui hasta el baño para tomar la toalla de baño. Terminé de arreglarme deslizando mis pies en una sandalias blancas.
Jussto antes de salir de mi habitación mi celular sonó una vez. Viendo la pantalla me percaté que era una llamada perdida de Alonso. Rodando los ojos guardé nuevamente el celular. ¿Qué necesidad de llamarme si estamos en la misma casa?
Al abrir la puerta de mi habitación solté un grito al ver a Alonso a unos centímetros de mi cara esperándome.
-¿Tan feo estoy? -preguntó, arqueando las cejas.
-Me asustaste -respondí, llevando mi mano a mi pecho.
De la forma más rápida lo observé disimuladamente. De arriba hacia abajo. Comenzamos con su cabello rubio totalmente alborotado dándole un aspecto rebelde y sexy. Una playera blanca con una leyenda desconocida en el centro. Un short negro que le llegaba un poco debajo de las rodillas y unos vans negros.
Esos brazos santo dios. Esas piernas tupidas de vellos hace que se vean salvajes, grr.
Volví a subir mi vista hacia sus ojos y estaba mirando.
-¿Quieres que me de la vuelta para que observes mejor? -se burló sonriendo.
Diablos, disimulaste muy mal Julie.
Ignorando el calor esparciéndose por mis mejillas salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mí.
-¿Ya nos vamos? -pregunté nerviosa.
Me observó una vez más entrecerrando sus ojos.
-Bien, vámonos -sacó las llaves de su bolsillo y comenzamos a bajar las escaleras.
En la sala se encontraba Columba organizando unos papeles mientras que mi mamá hablaba por teléfono.
-Es tu papá -dijo Columba cuando le pregunté con quién hablaba.
La semana había pasado tan rápido. Mañana lunes papá estará de regreso de su viaje. Estoy feliz de volverlo a ver pero otra parte de mí está consciente de que estaré limitada en las próximas salidas. Gracias al cielo que no estaba presente el día en que Alonso casi golpeaba a Alan afuera de mi casa.
Despidiéndome de ambas con señas salimos de la casa y nos adentramos en la camioneta. La playa se encontraba a la orilla de la ciudad. Pero con Alonso conduciendo a toda velocidad llegaremos en menos de media hora.
Mirando a través de la ventana divisé la gran playa. La gente paseaba por la arena y otros disfrutaban del mar. Familias, parejas, amigos y uno que otro solitario se encontraba en el lugar. Mi vista dejó de ver cuando la camioneta seguía su camino lineal.
-¿Adónde vas? Allá está la playa -dije señalando hacia atrás.
-Lo sé -contestó sin dejar de ver al frente.
El miedo recorrió mi sistema. Me imaginé mi cuerpo tirado en algún terreno baldío.
-Alonso, ¿A dónde me llevas? -pregunté con pánico.
Giró su cabeza hacia mí estudiandome por unos momentos para después reír.
-Julie no voy a secuestrarte o asesinarte -expresó despreocupado.
Bien, tal vez estoy siendo demasiado extremosa y paranoica. Estaba por volver a insistir cuando la camioneta se adentro a un camino rocoso.
Al detenerse bajé de la suburban sin protestar. Caminé unos metros abrazándome a mí misma. Mí mandíbula casi se cae al suelo al ver el paisaje que estaba presenciando. Estábamos en una playa, vací. Totalmente desierta. Pero no fue eso lo que me impresionó sino el hermoso atardecer que estaba formándose. El sonido de las gaviotas completaba el panorama. Una fresca y limpia brisa recorría mi cuerpo.
Giré sobre mis talones viendo a Alonso recargado en la parte delantera de la camioneta cruzado de brazos observándome con intensa seriedad.
-Te dije que solo estaríamos tú y yo.
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El Huésped -Alonso Villalpando-
FanfictionUn intruso llegó a mi vida causando problemas y despertando emociones. #566 en Fanfin Julio/05/17 #585 en Fanfic Julio/09/17 #430 en Fanfic Julio/12/17 #359 en Fanfic Julio/16/17 #136 en Fanfic Agosto/26/17 #298 en Fanfic Agosto/28/17 # 32 en Cd9fan...