Sin editar
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La rabia surgia nuevamente cada vez que leia el mensaje. No lograba entender su insistencia en hacerme la vida imposible. Maldito el día en el que mis padres les ofrecieron hospedaje aqui. Columba no estaba incluida en mi lista negra, ella era amigable y solidaria desde que llego a casa. Y sobre los otros dos niños, que nisiquiera llegue a tratarlos, estarian en el campamento hasta que las vacaciones terminarán.
El error aquí era con el intruso, que parecía disfrutar cada detalle que me hacia enojar. Con un gruñido, eliminé el mensaje. El estómago se me revolvia al imaginarlo escribir el texto con una sonrisa de satisfacción. ¡Ahs!
Tome una respiración profunda, intentado guardar compostura pero no ayudaba de nada. Las intensas ganas de golpear su sexy rostro se hacia cada vez más tentadoras, pero eso conllevaría problemas con mis padres, castigos regaños, etc. Así que descartare esa opción por ahora.
Sin perder el tiempo, caminé hasta la puerta de su habitación, que como siempre, permanecía cerrada. Pensé tocar, pero no creia que fuera merecedor de tal gentileza. De manera decidida, gire la perilla de la puerta de un movimiento y agradecí que no tuviera el pestillo puesto. Lo menos que queria era tocar su puerta, esperando a que se dignara a abrirme y era posible que me ignorara, sabiendo qur venía a reclamar.
Al instante en que abri su puerta, un aroma masculino se apodero de mis fosas nasales. Era la primera vez que entraba a su habitación. Me había dicho a mi misma que no pondría un pie aqui, pero debido a las circustancias, no tenía otra opción.
Ignorando la culpa, examiné discretamente el interior. Sinceramente, me lo imaginaba hecho un desastre, o por las menos, algo cercano a un contenedor de basura. El tipo de habitaciones que los hombres como él serian dignos de vivir. Pero ¿Quién iba a imaginar que el lugar estaria impecable? Por un momento pensé que está no era su habitación, pero no tuve más que aceptarlo.
Las paredes eran de un color oscuro, podía darle un aspecto espeluznante y tenebroso pero el lugar se veia cálido y en cierta parte, acogedor. Las cortinas estaban delicadamente recorridas, permitiendo la entrada de la luz natural. El pequeño tocador estaba, para mi sorpresa, ordenado. Cada perfume y loción que alcanzaba a ver, estaba perfectamente aliniado uno con otro.
Lo que me faltaba, ahora además de idiota, era un compulsivo con el orden. Ni siquiera había ropa tirada o algo parecido. Esperaba ver el suelo con manchas o desastres de revistas y ese tipo de cosas, pero estaba completamente libre de cualquier estorbo. La cama estaba perfectamente acomodada con sábanas poliéster en azul marino.
Diablos, esté chico tenía su cuarto más limpio y ordenado que el mío. No me juzguen, un poco de desorden no dañaba a nadie. Dicen que lo perfecto es aburrido ¿No? Bueno, pasa lo mismo con la limpieza. Si tú habitación estaba extremadamente perfecto, eras un anormal y desde mi perspectiva, Alonso lo era.
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El Huésped -Alonso Villalpando-
FanficUn intruso llegó a mi vida causando problemas y despertando emociones. #566 en Fanfin Julio/05/17 #585 en Fanfic Julio/09/17 #430 en Fanfic Julio/12/17 #359 en Fanfic Julio/16/17 #136 en Fanfic Agosto/26/17 #298 en Fanfic Agosto/28/17 # 32 en Cd9fan...