Cerré el libro, sin marcarlo esta vez ya que lo había terminado. Suspire y me pare de mi cama, para así llevárselo a Bruce y tomar otro para leer. El consejo de Vanessa me había sido útil. Ya era el tercer libro que leía.
Golpeé la puerta y, desde adentro, Bruce me dijo que pasara y así lo hice. Sonrió al verme volver con otro libro en la mano y yo le devolví la sonrisa.
-toma el que quieras.- dijo él y yo me acerque a dejar el libro en mis manos de donde lo había sacado. Tome otro, que parecía ser interesante “Los Secretos más ocultos”. Bruce asintió complacido al ver mi elección. – es un buen libro.
-Eso espero.- conteste. El desvió su mirada a su portátil y yo me quede ahí parada. Aun no le había dicho sobre mi nuevo descubrimiento. Me mordí el labio inferior algo nerviosa y tome el libro un poco más fuerte. –tengo que decirte algo.
-toma asiento.- dijo y yo lo hice. Luego me miro y cruzo sus manos sobre el escritorio- ¿y bien?
Tome aire, esperando sacar el nerviosismo de mi mente. Bruce levanto sus cejas y yo abrí mi boca.
-escuche una conversación de Harry y mas vampiros. Eran cuatro además de él. Tres chicos y una chica y a uno lo llamo Louis como había dicho Vanessa. –comente. Bruce asintió y me hizo un gesto para que continuara hablando.- estaban hablando de mi. Harry quiere vengarse por haberlo… herido en el pasado.
-¿de que estás hablando?- pregunto Bruce
Le conté toda la historia sobre Harry, Steven y yo como humanos en el instituto unos años atrás. Bruce no me interrumpió en ningún momento de mi narración, simplemente asentía de forma pausada, paciente y regulada. Yo cada tanto tragaba porque había cosas que me costaba decirle.
-Les dijo que mi apellido es Miller.
-¿Cómo?
-que les dijo que mi apellido es Miller, no Canterville. Y tengo dos hipótesis. 1. Que no sepa de nosotros, es decir que no sepa nada como yo no sabía de ellos y el apellido no le mueve el piso, por lo que es un dato sin importancia para él y, por lo tanto y según él, para su familia aun más. Y la otra es que sepa que si es importante pero por alguna razón nos está cubriendo.
Bruce se rasco la nuca un par de segundos y luego negó con la cabeza. Yo solo lo miraba.
-No me cierra. Hay algo que no me cierra. Por ahora mantente alerta, pendiente y concentrada en el. En sus movimientos, en lo que dice, en lo que hace, en todo. Si él intenta hacerte daño lo hará de cualquier forma, no creo que te quiera cubrir si tu apellido es Canterville y eso lo ayuda a destruirte.
Asentí.
El sábado me encontraba en mi lugar de paz, repasando todo lo que había pasado en la semana, mis hipótesis y todo lo que pretendía mi padre que hiciera. Comencé a tirar piedritas luego de un buen rato de estar pensando. Me relajaba, me hacia olvidar todo, y para mí, eso era bueno.
Vi volar una piedra que yo no había tirado y me di cuenta de que allí se encontraba el, nuevamente. Suspire pero no me giré. Simplemente le hable.
-veo que otra vez me seguiste- dije algo molesta. ¿Por qué tenía que seguirme y arruinarme mi tiempo a solas y en paz? Si, tenía razones para hacerlo. Me quería enamorar, botarme y hacerme sufrir. Sentía que Harry seguía pensando como una persona humana. Desde mi transformación solo podía llegar a amar a mi familia biológica y amigos de cuando era humana, y sabia que la única forma en la que yo sufriría de verdad seria cuando ellos murieran.
Se sentó a mi lado mientras reía por lo bajo. ¿Por qué siempre lo hacía? Era tan molesto.
-sorpresa- dijo divertido y yo lo mire seria. Si quería jugar, yo también lo haría, de esa manera le sacaría información. La guerra empieza Harry.
-Bueno, si me vas a seguir todos los sábados vamos a tener que tratar de llevarnos bien.- conteste. Y él me miro sorprendido. Yo reí. Podría hacer volver a _______ Miller y esta era mi oportunidad, aunque yo supiera que no volvería jamás. –no me mires así. Cambiaste mucho desde la última vez que te vi y ahora ya no sos el nerd que eras antes. Puedo permitirme tenerte como… algo así como un conocido.- dije y luego mire a lo lejos.
Sentía la mirada penetrante de él sobre mi rostro. Leí su mente: “Esto sí que será fácil”. ¿Fácil? Que hipótesis más estúpidas que tenía. Sentí como se acomodaba en su lugar más relajado y sonreí para mis adentros. Leyéndole el pensamiento, jugando con él, el que terminaría mal seria él. Seguro.
-cambio de actitud- dijo.
-solo porque cambiaste.- conteste rápidamente como solía hacer antes. Era tan atrevida de adolescente.
Deje la hoja sobre el escritorio de Bruce. El la miro y luego me miro a mí. Le hice un gesto para que la leyera y el la tomo y la leyó detenidamente.
“7 “hermanos”: Harry, Louis, Niall, Liam, Zayn, Perrie y Eleanor.
Josh y Clare: “padres”
Están aquí porque les dijeron que era una zona “especial” por alguna razón, pero que aun no descubren porque lo es.
Viven del otro lado de las afueras de la ciudad, del lado oeste, mientras nosotros estamos del lado este.
Son como nosotros en cuanto a alimentación.
3 parejas: Josh y Clare, Zayn y Perrie y Louis y Eleanor.
Harry: es el ante penúltimo convertido. La ultima es Perrie.”
-¿Qué es esto?- pregunto el dejando la hoja sobre el escritorio otra vez y mirándome. Yo me senté frente a él.
-toda la información que logre descubrir esta semana. No te lo había dicho porque quería darle una estructura. –conteste.
El miro nuevamente la hoja de papel sorprendido y complacido con mi trabajo. Sacarle esa información a Harry no había sido difícil. Por más que fuera más inteligente que antes, no lograba ser lo suficiente como para bromear conmigo, como para no hacer en mi trampa, además, mi don me ayudaba mucho.
-¿estás segura de que esto es real?-pregunto Bruce. Obviamente, no sabía de mi don pero yo sí, y sabia que todo era real, lo había verificada antes que nada. Asentí muy segura de lo que decía. –bien. Es un buen comienzo. Sigue así.
Me levante del asiento y camine hasta la puerta pero antes de salir, Bruce me detuvo.
-______- volteé.- si este chico quiere lastimarte sentimentalmente, no dejes que logre enamorarte. –simplemente asentí y luego salí de su estudio hacia mi habitación.
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Red Light™
General FictionNo tenia sentido. Nada lo tenia. Desde aquel día en que mi vida había cambiado completamente, nada tenia sentido, todo podía pasar y aun así, yo seguía sorprendiéndome de la mayoría de las cosas que me pasaban. Ya había escuchado la leyenda de “la l...