-¿de donde sacaste esas pulseras? –dije entrando a la habitación de Harry furiosa. Esperaba una explicación de aquello y esperaba que fuera algo coherente y que no fuera lo que yo pensaba que era.
-¿Qué te ocurre?- dijo el sorprendido.
Estaba entrando a su habitación sin haber golpeado, sin tener llave, y en un estado de furia enorme. Se sentó en la cama y frunció el ceño dudoso y además, con algo de miedo.
-Quiero que me digas de donde sacaste esas pulseras- dije alterada y fuera de control.
-solo….solo son pulseras, ________.
- no, no son “solo pulseras”, Harry- dije, haciendo comillas con mis manos. – porque Kim tenia las mismas. -. Se me formo un nudo en la garganta. Quería llorar. Quería llorar porque recordaba y extrañaba a Kim y porque tenía la sospecha de saber quien la había matado: Harry.
-¿Quién… quién es Kim?- pregunto Harry, pero ya lo notaba nervioso, no sé si por mi forma de actuar o porque quería ocultar la verdad.
-la persona que perdí. -. Trataba de contener las lágrimas, de mostrarme fuerte, de parecer dura para que me dijera la verdad.
-lo siento. Siento que hayas perdido a alguien que querías pero yo no…-dijo él pero deje de escucharlo porque decidí hacer las cosas más fáciles: leer su mente. Esperaba que pudiera hacerlo, la cabeza no me dolía así que se suponía que podía.
Por un momento tuve miedo de lo que pudiera descubrir a partir de leer su mente pero quería saber la verdad. Me concentre lo mas que pude y logre escuchar: “¿Cómo es posible que ese estúpido detalle se me escapara? ¿Cómo es posible que se haya dado cuenta?”
Lo mire con furia, asco, desprecio y algo de miedo. No podía creer que la misma persona que había conocido como un chico que pensaba en lastimarme, enamorándome y luego dejándome, tal como lo haría un humano, pasar a ser un asesino que no dejaba pistas en la escena del crimen como si fuera profesional.
-¿Cómo pudiste?- comencé a gritar. Ya las lágrimas no las podía contener. Lo peor que me podía pasar era eso: conocer al asesino de mi amiga, hablar con él, tratarlo bien…sentir cosas por él. Sentía que me daba asco a mi misma por solamente estar parada frente a él.- Sé que fuiste tú.
Me sentía desarmada, desecha. ¿Por qué lo había hecho? Apoyé mi espalda contra la pared y me deje caer hasta el suelo. Sentía la mirada de Harry en mí, pero no decía nada, no se movía. Abrace fuertemente mis rodillas y escondí mi rostro entre ellas, dejando escapar un gran sollozo y más lágrimas.
-¿Por qué lo hiciste Harry? –le pregunté de forma casi imposible de entender gracias al llanto.
Sentí como camino hacia a mí y me levanto la cabeza para que lo mirara pero lo que menos quería hacer era mirarlo, así que lo aparte, y lo mire furiosa.
-¿Por qué?
-Se que parece que lo hice yo, pero, te lo juro, no lo hice. Déjame explicarte, cuando me di cuenta hacia donde iba todo era demasiado tarde porque ya habían muerto varias chicas.
-¿Las otras chicas… también?-dije perpleja. ¿Qué estaba ocurriendo?- te estás contradiciendo Harry.
-No.-dijo molesto- yo no lo hice, si estoy involucrado pero no lo hice.
-No quiero escucharte más.
Quería que aquello fuera un sueño, pero sabía perfectamente que no lo era porque los vampiros no dormimos y, por lo tanto, no soñamos tampoco. Mire hacia otro lado angustiada. Pensé conocer a Harry. Pensé que de verdad era otra persona pero terminó siendo algo que nunca imagine que fuera.
-_______, lo siento pero de verdad…-comenzó a decir pero me pare y me dirigí hacia la puerta.
-un “lo siento” no arregla las cosas, porque ellas, especialmente Kim, están muertas. –Dije- al igual que tu lo estas para mí.
Salí de aquella habitación y me encerré en la mía. Sabía que Harry no me molestaría por un buen rato después de lo que le dije. Ahora sí que no sabía qué hacer. Había dicho que quería vengarme de la persona que había dejado sin vida a Kim pero nunca espere que fuera Harry quien lo hiciera.
No estaba segura si la palabra “miedo” era la correcta para describir lo que sentía, porque no tenía miedo. No si yo tenía la Luz Roja. Toque con mi mano la esfera roja del collar y suspire.
Pensar en perdonarlo me hacía sentir fatal. No me había dado una buena escusa cuando le pregunte, aunque no hay escusa para matar a alguien a menos que sea autodefensa, cosa que no le creería ni en mil años. Sentía que era traicionar a Kim y a su familia, especialmente a Kurt. No quería decepcionarlos ni que se enojaran conmigo por algo así. Aunque creo que yo misma estaría decepcionada de mi.
Cerré mis ojos y mi cabeza comenzó a dar vueltas. Otro mareo más. Otra vez.
Ya en la noche estaba algo más tranquila, aunque seguía muy dolida. Mi cabeza me dolía de tanto pensar, del mareo de la tarde y de las emociones. Trataba de buscar una buena causa por la que lo hiciera pero lo único que se me ocurría era en que estaba celoso de Kurt y su amistad conmigo, cosa que me parece totalmente estúpida.
Sentí que alguien golpeaba la puerta, y sabia quien era, era obvio. Ya estaba cansada de todo así que lo deje pasar, para terminar con todo esto. Cerraría vínculos con Harry, no había otra cosa que hacer.
Entro mostrándose bastante dolido, con los ojos hinchados y serio.
-solo vengo a decirte algo sobre lo que estuvo pasando últimamente.
-¿Qué cosa?
- Se que no me vas a creer, pero no mate a Kim, pero si soy responsable de otra cosa. –dijo y yo alce las cejas esperando respuesta.
-Yo hice que sucedieran los encuentros con Steven, porque quería ver como reaccionabas ante alguien que fue novio tuyo. Quería que pensaras que es un idiota y que pensaras en mí, que lo compararas conmigo y que pensaras que yo soy mejor que él.
-Estás poniendo en peligro muchas cosas, Harry.- le dije lo más seca posible que pude y el solo asintió.
Sin pensarlo, comencé a jugar con el collar, moviendo el dije de la esfera de un lado a otro. Note que Harry se quedo mirándolo y disimuladamente, para que no notara que yo no quería que lo viera, deje de jugar con él unos segundos después y lo oculte un poco con mi cabello.
-creo que me voy-dijo. –Prometo no molestarte más, pero algún día te vas a dar cuenta de que yo no lo hice, no directamente. –dijo y se fue.
ESTÁS LEYENDO
Red Light™
General FictionNo tenia sentido. Nada lo tenia. Desde aquel día en que mi vida había cambiado completamente, nada tenia sentido, todo podía pasar y aun así, yo seguía sorprendiéndome de la mayoría de las cosas que me pasaban. Ya había escuchado la leyenda de “la l...
