Capítulo 33. "Extrañar"

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-¿De verdad?- Dijo Harry, con la sombra de una sonrisa en su rostro. Yo solo asentí porque de verdad le creía, y podía verlo claramente en su mente. -Gracias - dijo y me abrazo. Sentí como sus brazos me rodeaban la cintura y su cabeza descansaba sobre mi hombro derecho. Yo también lo abrace, pasando mis brazos sobre sus hombros.

Sentí como alguien ponía su mano en el pestillo de la puerta de mi habitación. Solté a Harry rápidamente y volteé, pero solo me dio tiempo para hacer eso, aunque seria ocultar a Harry, antes de que Iván entrara a la habitación.

-Lamento interrumpir- dijo Iván, frunciendo el ceño. El sabía que yo podía leer su mente así que, mediante aquel medio, me hablo. "Vas a tener que tener una buena excusa para esto, ________". -solo necesitaba hablar contigo, ______. Pero veo que estas ocupada. En otro momento.

-Iván...-dije pero salió antes de que pudiera terminar mi frase. Me mordí el labio inferior y suspire.

-Creo que me voy. -dijo Harry y yo volteé a verlo.

Tenía sus manos en los bolsillos y me miraba tristemente. Suspire y me acerque un poco a él. Tenía frente a mí a mi pareja determinada: Harry, y me estaba diciendo que debería irse. ¿Se habría dado cuenta él también de aquello? En su mente parecía que si lo sabía porque se preguntaba o mismo que yo, si yo me había dado cuenta de aquellos sentimientos cuando él estaba cerca.

-Nos vamos a volver a ver ¿verdad?- pregunte inconscientemente y vi como el sonreía ante mi pregunta.

-claro que si- contesto.

Me volvió a abrazar por la cintura y hundió su rostro en mi cabello. Yo lo abrace por los hombros, juntando mis brazos detrás de su cuello. Cuando nos separamos, me dio un beso en la mejilla y se fue por la ventana, por donde había entrado y yo me quede mirándolo correr lejos de allí.

Ahora todo sería diferente. Totalmente diferente.

Sentí como alguien se sentaba a mi lado en el pasto del fondo de mi casa. Al mirar hacia allí, si a mi hermano Iván. No me miraba, ya que parecía tener su mirada fija en un punto lejano del bosque que teníamos en frente.

Volví a mirar mis manos, en las cuales sostenía un libro. Coloque el marcador entre las paginas y lo cerré. Ese movimiento hizo que mi hermano ahora mirara mis manos y el libro y luego me mirara a mí.

-¿Te interrumpí mucho ayer? Se los veía ocupados.-dijo. Yo rodeé los ojos y negué con la cabeza.

-no estábamos ocupados, solo estábamos hablando.-conteste sin mirarlo.

-parecía una conversación interesante. Es una lástima que me la perdiera.

-no hubiéramos hablado de ellos si hubieras estado.

Suspiro y se apoyo en sus codos y llevo su cabeza hacia atrás. Lo mire de reojo y luego suspire. En su mente pude ver que no confiaba en Harry, para nada, y que quería protegerme.

-Iván. -Le dije - yo confió en él.

-pero yo no.-contesto rápidamente.- Y no me importa lo que digas o lo que quieras, nunca voy a confiar en él y voy a protegerte. Sé que no nos criamos juntos, que siempre te molesto, pero te convertiste en mi hermanita pequeña y siento la necesidad de protegerte.

-¿y qué vas a hacer?- le pregunte

-cuidarte.

-sos un gran hermano. ¿Lo sabías?

-si, me lo habían dicho antes.

Solté una carcajada y el comenzó a reírse conmigo. Le pegue suavemente en el hombro y él se me tiro arriba y comenzó a hacerme cosquillas. Me encantaba poder actuar como niños con mis hermanos porque me hacia recordar a los buenos momentos de cuando era humana con mi hermana menor biológica.

-¿Desde cuándo son tan unidos ustedes dos? -pregunto Nick al vernos entrar a Iván y a mí a la casa riendo como unos locos.

-desde que la pequeña luz roja es la más poderosa. Me da miedo que me quiera hacer algo- contesto Iván pasando un brazo por mis hombros, apoyándose en mí.

-en realidad cada vez no llevamos mejor.-conteste luego de poner mis ojos en blanco. -no lo sabía, pero es divertido ser cómplice de Iván en algunas ocasiones.

-nunca me escuchaste- replico mi hermano.

Jade entró a la habitación con Vanessa e instantáneamente Iván se precipito contra ella y le dio un gran beso en los labios y el abrazo levantándola por los aires. Por un segundo me vi a mí y a Harry de aquella manera, enamorados y felices tanto o más que Jade e Iván.

-¿__________?- dijo Nick para llamarme la atención. Me había quedado perdida en mis pensamientos, soñando despierta en que, algún día, Harry y yo pudiéramos ser como ellos, ser tan felices como ellos.

-¿Qué?-conteste mientras sacudía mi cabeza y quitaba aquellos pensamientos.

- Vamos a ir a correr con Vanessa. ¿Venís? -me invito. Sonreí. Un poco de tiempo libre no me haría mal.

Salí del baño, me senté en la cama de piernas cruzadas y comencé a estirar mis miembros superiores de a poco, eso me relajaba. Cerré mis ojos. Sentía mi pelo húmedo sobre mis hombros y como caía por mi espalda. Luego comencé a hacer movimientos lentos de mi cabeza, haciendo que todo mi cuello sonara. Finalmente, estire mis piernas y el tronco. Luego de una buena carrera siempre me gustaba hacer eso.

Al tirarme a la cama, recordé todo lo que había pasado aquel día: La charla con Iván, las conversaciones entre hermanos con él y Nick, el pasar el tiempo con él y Vanessa corriendo y disfrutando del día. Eran todas cosas que me hacían sentirme humana. Era extraño. Pensaba que el extrañar ser humana se me había pasado pero no. Seguía allí, el sentimiento seguía allí y no se iba.

Mire hacia una de mis cómodas y vi una foto, una muy especial. Sin pensarlo, me levante de la cama y me dirigí directo a ella, la tome y la mire detenidamente.

Mi familia humana, mi familia biológica. Mis padres, mi pequeña hermana y yo uno de los últimos meses de mí como humana, y para ellos, de mí con vida. Había heredado el cabello, la sonrisa y la nariz de mi madre, mientras que mis ojos eran igual que los de mi padre, aquel color tan bonito que se transformo en el rojo, cuando tengo sed, o en el hazl, cuando estoy sin sed. Mi hermanita era igual a mi madre, con el mismo color de ojos grises, que era la mayor diferencia que tenía conmigo.

Suspire. Lo extrañaba de una forma inexplicable. Quería volver a sentir el beso en la frente de mi padre antes de dormir, la voz aguda de mi hermana pidiéndome que le cuente otro cuento, mi madre dándome consejos sobre Steven cuando me gustaba y sentía que para él yo no era nadie y tratando de consolarme, estando entre sus brazos, cuando me entere que me había engañado y habíamos terminado. Extrañaba todo eso y mucho mas como las cenas en familia o las fiestas. Todo lo cotidiano.

Sentí como unas lágrimas caían por mi mejilla y el quite rápidamente. Había tomado una decisión y era volver a mi casa aquella noche para volver a verlos.

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